Alguien dijo una vez...
Rizzo, el Bardo
No es que cante mal, es que no saben escuchar.
[Común] Chupito Matutino
Tofun
El Largo
Personaje


Mañana del día 34 de Verano del año 724
Cubierta de la Alborada, Puerto del Baratie.


El día 33, durante la cena, tuve una idea que sabía que no sería muy popular entre todos, especialmente con Asradi, mi médica personal. Después de los eventos recientes y con mi cuerpo aún hecho un colador de tantos agujeros que me dejaron los balazos de los galácticos, pensé que era buen momento para volver a entrenar, no me iba a quedar para toda la vida. Claro, Asradi, que había estado en modo "ni se te ocurra mover un músculo", no iba a aprobar mi plan de ninguna manera. Así que tuve que ser creativo.

En lugar de hacer el anuncio en voz alta, decidí tomar un enfoque más... sigiloso. Comencé a pasar papelitos de manera clandestina a Alistair y Lemon Stone. Con la sutileza de un elefante en una cristalería, deslicé el primer papel por debajo de la mesa, con un mensaje breve pero directo: “Mañana. Entrenamiento. Cubierta al amanecer. No se lo digan a Asradi que me corta los huevos.”. Cada vez que Asradi me miraba, yo trataba de parecer lo más inocente posible. Sonrisa forzada, ojos mirando al plato, como si nada estuviera ocurriendo. Pero la realidad es que estaba moviendo los brazos más que un mago en un truco de cartas, intentando que no se diera cuenta de mis maniobras. Cada vez que pasaba un papel, sentía que me estaba metiendo en una operación clandestina digna de la revolución, aunque todo fuera para no recibir otra bronca médica.

Finalmente, llegó el día 34, y con los primeros rayos de sol ya estaba en la cubierta, preparado para el "entrenamiento". Por supuesto, con mi cuerpo todavía cubierto de vendajes, no iba a vestirme como un luchador profesional. No, señor. Me aparecí en bata, con una botella de ron en la mano, si vamos a empezar el día golpeando cosas, lo mínimo es hacerlo con estilo. En el centro de la cubierta, había preparado una mesa improvisada con tres chupitos, esperando a mis compañeros de entrenamiento.

Cuando Alistair y Lemon llegaron, lo primero que vieron fue esta escena digna de un circo: yo, en bata, vendado como una momia, sosteniendo una botella de ron y con una sonrisa de oreja a oreja, señalando a la mesa. - Uno de estos antes de empezar. ¡Hip! -  No pude evitar soltar una carcajada interna al ver el trio que formábamos, Alistair, con su cabello en llamas y Lemon, con su máscara de corazón

Sabía que Asradi me iba a regañar en cuanto se enterara de todo esto, pero en ese momento no me importaba. Habíamos pasado por demasiado juntos, y necesitábamos un poco de humor y camaradería para compensar los días difíciles. Además, ¿qué es un entrenamiento sin un poco de desenfado?

Info general
#1
Alistair
Mochuelo
Personaje


Durante la cena, había recibido una propuesta que le tomó completamente por sorpresa. Llegó a sus manos un papel que, con la misma sutileza que Tofun había invertido en hacérselo llegar pasando desapercibido, hizo su mejor intento de leer sin levantar sospecha alguna; tenía una muy buena idea de porqué era que el Tontatta realizaba su acción de la forma mas clandestina posible, algo que no dejó espacio a duda porque venía bien aclarado en el papel. Como la sirena les pillara, seguro que les ponía a nadar detrás del Baratie de una manera para nada metafórica.

Dudó. ¿Realmente era buena idea aceptar la propuesta en la condición actual de Tofun? Al final del día, Alistair también era parte del equipo médico de los revolucionarios y entendía perfectamente cuán grave podía tornarse la situación para el Tontatta con un solo golpe mal encajado de cualquier arma, por débil que fuera. Incluso tratándose de un peleador que contaba con más experiencia en el campo de batalla que el Lunarian, e infinitamente más ágil que él, el prospecto de provocarle un corte en su cuerpo que pudiera comprometer su vida, por superficial que fuera, le hacía dudar de la validez del plan. 

Pero... por otro lado, no sabía cuando sería la próxima oportunidad tan idónea de entrenamiento como para no solo ir contra el Tontatta rápido como un rayo, sino además estar codo a codo con su compañero de tres armas: Lemon. Era una oferta imperdible que le daría un pesar enorme como una casa dejar pasar, para ser completamente honesto. 

Suspiró, indeciso. 

Finalmente cedió. Ser parte de una tragedia a punto de ser escrita no estaba en sus planes, pero tampoco quería dejar pasar tal ocasión sin al menos intentarlo. Se preparó para reunirse en el punto de encuentro que Tofun había indicado, acomodando sus tres katanas firmemente en el lado izquierdo de su cadera, por debajo de su cinturón blanco. Y se tomó su sagrado tiempo avanzando hacia la cubierta, bastante justo de tiempo, en un intento por quitarse el entumecimiento de encima que llegaba sin falta cada vez que despertaba por las mañanas. No era fanático de estar de pie antes de lo necesario, pero podía hacer excepciones de vez en cuando, con algunos contras que su cuerpo usaba para mostrar su descontento. La imperecedera sonrisa que siempre estaba dibujada en su rostro lo acompañaba, así como sus confiadas katanas. Y cómo no: Un bocadillo por si su estomago decidía gruñir en medio del enfrentamiento. La gula era una de sus debilidades, lo admitía.

Una vez llegó al lugar, lo había visto todo. La misma persona que hasta hace un par de días parecía estar al borde de la muerte ahora estaba frente a ellos, con una bata, un cosplay de momia y una botella de ron como si nada hubiese pasado. ¡Un hueso duro de roer! Siempre era grato ver a un compañero sonreír incluso en esas condiciones. — ¿Para nosotros? Te lo tomo encantado, que seguro me ayuda a acabar de despertarme del tirón. — Se acercó a uno de los chupitos y lo tragó de un solo movimiento; digno brebaje del maestro cervecero, era una bebida que salía a gloria. Y tal y como pensó: El alcohol fue excelente para meterle un corrientazo a su cuerpo capaz de levantarlo sin fallo. Ahora sí sentía sus sentidos en su sitio, preparados para lo que seguía. 

Antes de empezar: A la primera que vea una herida nueva o sangrado de una de las heridas "cerradas", me detendré sin preguntarlo. ¿De acuerdo? — Una advertencia importante, pues se rehusaba a poner la vida del Tontatta por una sesión de entrenamiento. Debía trazar la linea nítida justo antes de lastimar a un compañero. Además... — No quiero pensar en lo que pueda pasarte si alguno de los filos consigue alcanzarte aunque sea por accidente y llega a reabrirte una herida que pueda infectarse. O peor, lo que pasará si le deshago el trabajo de un día a Asra y decide ponerse creativa con el castigo. — Así como había visto el mejor lado de la sirena, en la noche que los Galacticos asaltaron el Baratie pudo ver un ápice de su peor lado.  

Con eso fuera del camino, desenfundaría dos de sus katanas para que cada una ocupara una mano, mientras que la tercera permanecería enfundada por ahora. Primero, un combate dinámico. Y una vez entraran en calor, podía intentar entrar con todo. Inhaló una profunda bocanada de aire, y para cuando la exhaló, la llama Lunarian rugiría con fuerza, manifestándose tras su espalda. Estaba tan preparado como podía estar. 

Resumen Bélico & Mates


V&D
#2
Lemon Stone
MVP
Personaje


Desde que se unió al Ejército Revolucionario su gusto por golpear personas había crecido. ¿Pegarle a camaradas? Eso nada. Sus compañeros de la Armada eran buenos amigos, eran su nueva familia con la que querría pasar los próximos años, luchando codo a codo contra las Fuerzas Opresoras. Sin embargo, de alguna manera entendía que, para conseguir que el mundo estuviera lleno de Territorios Libres, necesitaba hacerse aún más fuerte. ¿Y qué mejor manera de hacerlo que enfrentando en un combate dinámico y amistoso al hombre pequeño? 

Se había despertado bastante temprano, incluso antes de que saliera el sol. Tuvo que zamparse un litro de café para sacarse el entorpecimiento mental de encima, pues era de esos hombres que les cuesta funcionar nada más despertar. Y una vez terminado el ritual matutino del café, comenzó a martillar con fuerza. Pam, pam, pam. Cada martillazo emitía un sonido agudo cuando chocaba con el acero, el fuego más vivo que nunca en el interior de horno. Usaba cuarzo para que el fundido alcanzara temperaturas sobre los 700°C, una técnica que había aprendido de uno de sus hermanos mayores, uno de los más reservados y distantes de la familia, pero que siempre había sido bueno con Lemon. De esta manera, los materiales que usaba para forjar se integraban adecuadamente y cada martillazo eliminaba las impurezas. Lo que hacía allí, con ese horno improvisado y esa mesa de trabajo tosca y pequeña, era arte. 

-Ya es la hora, ¿no? -se dijo a sí mismo, secándose el sudor de la frente y colocándose la máscara en forma de corazón. 

Se dirigió hacia el Baratie, el famoso restaurante en el que había luchado hacía unos días, y buscó a sus compañeros de armas, a sus camaradas. Era el último en llegar. Gracias a su vista prodigiosa pudo identificar rápidamente a Duende, el hombre pequeño que producía alcohol gracias a sus poderes malditos, y junto a él vio a Plumas. Llevaba las mismas espadas que le había regalado hacía unos meses, cuando le dijo que era un presente del Ejército Revolucionario siendo que, en realidad, las había comprado él; sería un secreto que guardaría por muchos, muchos años. 

-Aquí huele a hombre -dijo, sus armas sujetas en la espalda-, huele a que nos vamos a romper la madre. No sé si hay reglas particulares o no, pero solo aceptaré este combate si nos comprometemos a no darnos en las bolas ni agarrarnos las tetillas. Quiero tener treinta y tres hijos, ¿saben? Necesito mis esferas del dragón funcionen hasta haber completado mi misión personal. 

Tras lo dicho, aceptó el chupito de Duende. Delicioso. No había nada mejor que un buen trago para comenzar un combate y, quién sabe, llevarse a la cama un par de huesos rotos. Esperaba que el hombre pequeño no golpease tan fuerte como lo había demostrado hacía unos días en el Baratie. ¿Sería cobarde reconocer que tenía un poco de miedo? Mientras no lo demostrase estaría todo bien. 

-Gracias por el trago, camarada. Yo tengo… Eh… Mantequilla -comentó, generando dos bloques de mantequilla que flotaban en la palma de su mano derecha-. No nos hará volar ni ser hombres de acero, pero está rica. Luego nos hacemos unas tostadas con esto. 

Entonces, Lemon generó una cola de mantequilla que salía de su culo, no de su ano porque sería incómodo, y que acababa en una mano firme y poderosa. Sostuvo las tres armas y se preparó para el combate. 

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#3
Tofun
El Largo
Debuff de Tofun (Para moderador)


Brindé con Alistair y Lemon, disfrutando del momento antes de que comenzaran las advertencias. El sol brillaba intensamente en una mañana hermosa, las gaviotas graznaban alegremente sobre el Baratie, y el delicioso olor de la comida que salía de la cocina me hacía agua la boca. Escuché atentamente a Alistair; debí haber invitado a otro, ya que olvidé que el joven también hacía sus pinitos en el campo de la medicina. Ahora tendría que enfrentarme a sus consejos de salud. Grrrrrrr, gruñí a regañadientes.

Esta juventud... — murmuré, con un aire de desprecio.— Ahora se alarman por cualquier cosa. ¡Cuando yo era joven, si llegabas a casa con el brazo roto, llegaba tu madre y o te lo ajustaba o te lo arrancaba del cuerpo! ¡Había que andar! Ahora los chavales están hechos de...

Y entonces, mis ojos se abrieron como platos cuando vi a Lemon generando una cola de mantequilla que salía de su... ¿trasero?

Mantequilla... —dije en voz baja, agitando la cabeza sorprendido por una creación tan... extraña. El aroma del mar se mezclaba con el de la comida, y el espectáculo que ofrecía Lemon hacía que me preguntara si estábamos listos para la batalla o si habíamos caído en un episodio de comedia absurda. Quizás el entrenamiento no era solo para pelear, sino para ver hasta dónde podían llegar las locuras de mis compañeros.

Me acerqué al muchacho, Alistair, y le extendí la mano con la veteranía de quien ha vivido muchas batallas. ¿Sería un agarre firme? ¿Flojo como esos jóvenes de ahora que no saben dar un buen agarre? O quizás ya empezaba a tener pelos en las bolas de dragón.

Haces bien en preocuparte... ¡Hip! — Exclamé, sorprendido por el hipo que me salió de repente. — Pero no te preocupes, hombre. En peores plazas he toreado.

Después de ese pequeño intercambio, me alejé hasta una distancia de unos ocho metros. La brisa marina me despejaba la mente.

¿Estáis listos? A la de tres... —grité, concentrándome en lo que estaba a punto de hacer. — Uno... ¡Tres!

Sin más dilación, di un salto y lancé una patada de barrido lateral al aire. La onda que se generó se dirigió hacia mis dos oponentes como una barco a toda veloidad.

¡Que empiece la fiesta! — Grité, mientras la adrenalina comenzaba a recorrer mis venas. La mañana estaba llena de posibilidades y, con un poco de suerte, de mantequilla.


Contenido Oculto

Información de Tofun

Resumen y mates
#4
Alistair
Mochuelo
Su preocupación por Tofun fue respondida con un discurso que, no iba a mentir, en lo más profundo de su mente consiguió hacerle un poco de gracia. Era como pasar una tarde con el abuelo querido de la familia. Hacía ver al Tontatta cervecero como un estricto veterano cascarrabias que te esperaba de pie a las 7 de la mañana sin falta para organizar los artículos de su tienda de la cual era dueño desde que había dejado la guerra. ¡Hasta le había recordado al veterano de la Marina que se había encontrado en Oykot! "Que recuerdos aquellos" es lo que hubiera pensado si no fuera porque habían salido del reino liberado hace solamente menos de unos cuantos días. 

Con lo vivaz y enérgico que era el hombre, a veces se hacía una tarea difícil recordar que era el mayor en edad de todos los presentes. Quien más años había vivido de su larga vida, y quien más años de experiencia llevaba a cuestas de su pequeña pero fuerte espalda. 

Fue por ese recordatorio que Alistair pudo sacudir la mano del hombre como se merecía: Un apretón firme de manos mientras, por un momento, su propia sonrisa se agrandó. Aún tenía sus dudas con respecto a lo que podía suceder en medio del entrenamiento, era difícil pelear contra instintos tan básicos como el de querer proteger por encima de herir, pero también era cierto que estaba mostrando un deje de irrespeto al Tontatta con su falta de disposición hacia la actividad. En vez de intercambiar tantas palabras que al final no hablarían mas que sus acciones, lo mejor que el Lunarian podía hacer era invertir esa misma energía en cuidar de no hacer un desastre. — Te tomaré la palabra en eso. Que sea como un agradecimiento por lo que hiciste en Oykot. — Le respondió, risueño. El emplumado no olvidaba, tenía buena memoria que era aún mejor para los actos que merecían su gratitud. 

El combate inició con un aviso irregular, uno que se avergonzaba de admitir que le tomó desprevenido. Intentó levantar una de sus katanas en respuesta a la ofensiva del Tontatta, pero no iba a mentir: Incluso si todos sus sentidos hubiesen estado preparados para la onda de viento que venía en su dirección, no habría sido capaz de salir ileso. 

El choque de la onda contra su katana provocó tal presión que sintió todo su cuerpo estremecerse y perder su balance, haciéndolo retroceder mientras sus dientes hacían presión contra sí mismos y fruncía el ceño en una mueca de esfuerzo que surgió como respuesta a intentar empujar la onda de vuelta, o siquiera desviarla. No lo consiguió, y el resultado fue un desagradable sonido de Crack que vino de su brazo derecho, acompañado de una sensación que imitaba un millar de agujas bajo piel y carne. Descuadrado o fracturado, lo que sea que hubiera pasado, le quitó casi toda capacidad de manipular correctamente su extremidad. Apenas suficiente para moverla lentamente, pero completamente deshabilitada para blandir una katana por un tiempo. Siquiera le dio tiempo de soltar un quejido de dolor antes de experimentar el resto de consecuencias.

Su katana salió a rodar por los suelos hasta finalmente detenerse unos segundos después, mientras que el cuerpo de Alistair saldría volando hacia atrás 13 metros hasta chocar con... ¿Unas cajas? Cualesquiera que fuera el bulto de madera rota sobre el cual se sentaba tras el choque, ya solo existía en una memoria. 

Se hubiese quejado del dolor en su brazo si no fuera porque el dolor ahora abarcaba todo su cuerpo. ¡Era como si un barco hubiese aprendido a andar por tierra y lo hubiese embestido por delante! Pero lejos de una mueca de dolor, o quejidos de dolor del Lunarian, lo único que se vería era una sonrisa desafiante de su parte, a juego con una risa entre dientes que poco llegó a escucharse. Ya había experimentado ese subidón de adrenalina antes, en su combate contra quien ahora era su aliado en combate: Lemon. Solo que, ahora mismo, la montaña que observaba de frente había crecido diez pisos más de altura. 

Alistair se levantaría de la pila de escombros débilmente en un inicio, removiéndose el cinturón blanco que vestía y que sujetaba las fundas de las katanas a su cintura, provocando que éstas cayeran al suelo con la tercera de sus armas desenfundada; rodeó su torso con él pasándolo por encima de un hombro y, una vez consiguiera colocar la mano detrás del trozo de cuero blanco, apretó fuerte para hacer un improvisado cabestrillo que le tendría la extremidad en su sitio, encontrando el punto ideal en que la retenía firme sin presionarla demasiado para no acabar de desalinear el hueso.

Ser presuntuoso sacó en él un exceso de confianza sin fundamento, algo por lo que se encargaría de disculparse con el Tontatta; Tofun podía ser pequeño, y podía ir un poco ebrio, pero los años de diferencia en experiencia se notaban. No tenía que preocuparse por el Tontatta, sino por sí mismo. 

La mano buena que sostenía una katana la colocaría ahora entre sus dientes, firmemente sujeta, y de las fundas que permanecían en el suelo desenfundaría la tercer arma para blandirla con la mano que aún estaba intacta -sosteniendo la funda con el pie a falta de otra mano-. Era un método impráctico, pues el Nitoryu siempre era mejor con una espada en cada mano, pero en esta situación no tenía mas opciones. 

Realmente estaba bien no contenerse si pretendía intentar siquiera hacerle sentir amenaza al Tontatta. — ¡Tienes toda la razón! ¡Que empiece la fiesta! — Alzó la katana en su zurda por encima de su cabeza, una posición que Tofun quizá reconocería del enfrentamiento con los Galácticos. Esperó un único segundo para reunir más fuerzas y, con un brusco movimiento circular que acompaño con sus dos katanas, una onda de aire cortante saldría disparada y avanzaría como un tirabuzón, dispuesta a poner a prueba los reflejos de Tofun. Había una pega: Dado que la postura era irregular a la acostumbrada, la onda era aún mas errática que su ejecución anterior, más difícil de predecir y aún más de reaccionar en contra. Al final había salido bien que le inutilizaran la mano: Aprendió un nuevo truco. 

Hyakuhachi Pound Ho
san401
SANTORYU
Ofensiva Activa
Tier 4
15/10/2024
48
Costo de Energía
2
Enfriamiento
Empuñando con fuerza sus tres espadas, el usuario trazara un poderoso golpe circular con todas ellas liberando una rafaga de aire a presión ondulante que avanzara dando tirabuzones hasta un alcance de 20 metros, golpeando a todos los objetivos en el camino. Ittōryū: El tamaño del tajo será de unos 40 cm. Viajará a +5 [Tasa de Acierto]. Nitōryū: El tamaño del tajo será de unos 80cm. Contará con 5 metros más de alcance, causará una [Hemorragia leve] y su multiplicador aumentara [+0,2], Santōryū: El tamaño del tajo será de 160cm. Contará con 10 metros más de alcance y su multiplicador aumentara [+0,4],
Golpe Básico + [FUEx2,6] de [Daño cortante]

Desenfunde Rápido
sam301
SAMURAI
Utilidad Activa
Tier 3
1/10/2024
36
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Tomando la empuñadura de su arma sin desenfundar o posicionando en la misma pose aunque este desenfundada. El usuario tomará una postura muy habitual para iniciar un duelo de espadachines para concentrar sus fuerzas en un primer movimiento ofensivo, ya sea un básico o una tecnica, junto al veloz desenfunde del arma obteniendo un incremento de [Destreza] y de daño a una ofensiva que se ejecute junto a esta postura.
+5 [Destreza] y +25 de [Daño]


Al demonio con contenerse. Si ya estaban condenados a ser colgados del mástil por el desastre que estaban a punto de causar, que como mínimo se fuesen con un momento de gloria.

Resumen Bélico & Mates


V&D
#5
Lemon Stone
MVP
Un hombre medianamente inteligente sabe que es demasiado riesgoso cruzar una carretera congestionada, así que decide no hacerlo y busca una alternativa. Un hombre medianamente inteligente comprende que es un suicidio enfrentarse a un animal salvaje, como un elefante o un león, así que evita las sabanas y prefiere quedarse en la seguridad de la ciudad. Un hombre inteligente reconoce cuando está en peligro pues sus piernas comienzan a temblar, el sudor frío se hace presente y su corazón se acelera. Un hombre inteligente sabría huir únicamente para permanecer con vida un día más.
 
Sin embargo, Lemon era mucho más que solo un hombre para nada inteligente incapaz de reconocer el peligro. Tenía huevos, unos muy grandes, y aceptaba los desafíos incluso cuando todas las probabilidades estaban en su contra. Cuando subió a la cubierta del barco supo que intentaría escalar una montaña cuya cumbre desconocía, cuya cima ni siquiera la podía ver desde la base en la que se encontraba, pero ¿acaso era razón suficiente para no intentarlo?
 
Cuando Duende se preparó para iniciar el combate de entrenamiento, el aire se tensó y respirar se hizo una tarea extremadamente pesada. Todo en su cuerpo, desde las diminutas células hasta las rapidísimas neuronas, le imploraban que se echase hacia un lado, que corriese. Si sus ojos hubieran visto a tiempo el ataque, si sus piernas hubieran sido lo suficientemente rápidas, habría esquivado. Empuñó con la fuerza de un titán sus armas, mientras una Voz interna anunciaba peligro. Un extraño sentimiento se apoderó de él, no era la primera vez que lo sentía ni sería la última, y de pronto pudo ver con mayor claridad.
 
Utilizó cada una de sus armas para levantar un muro de aire que chocó con la onda lanzada por el hombre pequeño pero poderoso, al mismo tiempo que su cuerpo generaba una gruesa película de mantequilla. La onda de choque destrozó el muro de viento y pronto se encontró con las armas de Lemon. Sintió el impacto en sus manos que se extendió rápida y dolorosamente hasta sus brazos, y finalmente hacia el resto de su cuerpo. La potencia fue suficiente para desarmar al rebelde enmascarado, sus armas emitiendo un chirrido metálico cuando rebotaron contra el suelo, y su rodilla encontró el suelo a la vez que su compañero era expulsado hacia atrás como si fuera un balón de fútbol lanzado por un profesional.
Choque Atmosférico
BAS501
BASTIóN
Ofensiva Activa
Tier 5
No Aprendida
65
Costo de Energía
3
Enfriamiento
El usuario tomara con todas sus fuerzas su arma, pudiendo llegarse a ver cómo se inflan un poco los músculos de sus brazos con el fin de ejecutar un poderoso y pesado movimiento con su arma que arrastre el aire de su alrededor aplastandolo y condensando con el movimiento para crear un muro de aire a presión que impacte contra una ofensiva. Generando [Desarme] mandando a volar el arma del agresor al tiempo que le aplica un [Empuje] de 10 metros sí era una ofensiva melee en caso de Mitigar todo el daño de la ofensiva.
Defensa Pasiva + [RESx3,1] de Daño Mitigado
 
-Eso sí que ha dolido -gruñó con un dejo de satisfacción en el rostro; al menos no le había roto ningún hueso.
 
Y es que la patada no había dolido tanto como el haber sido derribado casi sin esfuerzo, pues siempre se sintió orgulloso de su férrea defensa. Hasta ese momento. Bastó un solo movimiento para que su autopercepción fuera completamente destruida, para mostrarle que por mucho que escalara la montaña todavía era demasiado pronto para ver la cumbre, ya ni hablemos de alcanzarla.
 
El ver a su compañero tan motivado, a pesar de haber recibido bastante más daño, le impulsó a seguir con el combate de entrenamiento. Desde el suelo y sin sus armas era similar a un pez fuera del agua, aunque se le ocurrían un par de ideas. Generó mantequilla, un montón de ella, y formó auténticos tentáculos en busca de una decena de cajas. Transformó la punta de los tentáculos en una masa pegajosa y moldeable. Entonces, a la vez que Plumas comenzaba a lanzar una potente onda cortante, Lemon arrojó un montonazo de cajas (las que serían rotas en las próximas centésimas de segundos por la técnica de Plumas). Estas obstaculizarían la visión de Duende, no demasiado, pero sí lo suficiente para (1) reducir ligeramente su tiempo de reacción y (2) distraerlo para que los últimos dos tentáculos de mantequilla, movilizados sigilosamente a ras de suelo, atrapasen sus pequeñas pero extraordinariamente poderosas piernas. De alcanzarle, los tentáculos de mantequilla se expandirían hasta atrapar su cuello, asfixiándole.   


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#6
Tofun
El Largo
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Mapa

Para el moderador


El joven Alistair cayó en mi trampa como un ratón hambriento siguiendo el olor del queso. Su honradez y sentido de la moral lo llevaron a darme un apretón de manos firme, lo cual dibujó una sonrisa en mi rostro. No tardaría en darse cuenta, pero pronto empezaría a sentirse mareado y un poco borracho. Me iba a hacer una gracia tremenda verlo tambalearse a primera hora de la mañana… aunque no tanto cuando se enterase la sirena. Ahí sí que iba a crujirme, seguro.

La patada voladora fue un éxito; no era para menos, pues es una de mis mejores técnicas, cortesía de “Los Piezas,” que me enseñaron el estilo de combate del ejército revolucionario. ¡Ah, el combate del pueblo! Un estilo diferente, elegante y mas pulcro que el que había aprendido entre rejas. El golpe impactó de lleno en el joven. Para mi sorpresa, Lemon fue capaz de mitigar algo del daño con una combinación de movimientos tan extraña que me quedé mirando, achinando los ojos, intentando descifrar qué carajo acababa de ver.

¡Hip! — Exclamé con las manos en las caderas, echando un vistazo a mis compañeros que trataban de levantarse. — ¿Cómo vas, pollito? A ver si el chupito te ha dejado tocado… ¡Shahaha! — Reí a carcajadas, despreocupado, sin darme cuenta de que me había excedido en los daños a Alistair… hasta que mis carcajadas se cortaron en seco. ¡Joder! Se habían recompuesto en un abrir y cerrar de ojos. Desde el suelo, Lemon lanzó unas cajas al aire con… ¿tentáculos? ¿Pero qué era este tipo, un pulpo de prácticas? No tuve tiempo de encontrar respuestas, porque Alistair envió un cañonazo de aire con sus espadas que atravesó las cajas, haciendo que estallaran en miles de astillas y trozos de cristal.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡LEEEEEEEEEEEEEEMON!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Gruñí como si me hubieran dado la peor de las noticias. Mi plan inicial de entrenamiento, que Asradi no se enterara de la que estábamos montando en cubierta, había pasado a mejor vida con ese grito. El muy animal había usado las cajas llenas de botellas de ron, que ahora empapaba la madera y se escurría por entre las tablas. Me puse serio. Esto no se podía permitir: ¡alcohol desperdiciándose! ¡No bajo mi turno!

Se acabó la tontería. — Solté con tono grave, endureciendo los brazos hasta volverlos de un color azabache mientras tragaba algo mas que saliva. — ¡Hígado de hierro! — Crucé ambos brazos y flexioné un poco las rodillas, ladeando el cuerpo para bloquear la ofensiva de mis rivales. El impacto fue potente; una onda expansiva despejó la zona de astillas y trozos de cristal, revelando dos formaciones de mantequilla que avanzaban hacia mí como si fueran tentáculos de calamar. Pero por suerte, estaba más rápido que nunca y me perdí en una nube de humo que confundiría a esos wannabe de cefalópodo.

Si mis rivales desviaban la vista hacia la derecha, me verían fuera de la nube, tirado en el suelo, boca abajo, con solo el brazo derecho a la vista que buscaba encontrar un apoyo, con el trasero arqueado casi en pompa, la cara pegada al suelo mirando en su dirección y la lengua fuera, lamiendo la aspera madera de cubierta para no desperdiciar ni una sola gota de ron. Estaba más borracho y preparado que nunca.

Aaaeeeee… Lenonnnn, te voy a maaataaar…


Mapa actualizado

Información de Tofun

Resumen
#7
Lemon Stone
MVP
Se había dado cuenta de que la había cagado un poco cuando escuchó el ¡¡¡LEEEEEMOOOOON!!! del hombre pequeño añejado en barril de roble. ¿Estaba en problemas? Bueno, quizás… Como había tirado a lo loco las cajas, tanto estas como su contenido quedaron absolutamente destrozados. De pronto, la cubierta del barco parecía una cantina de mala muerte con el olor a ron que se mezclaba con los aromas costeros, una llamativa combinación entre destilado, sal y pescado. Tuvo que sacar un cigarrillo y encenderlo para calmarse y pensar con mayor claridad.
 
¡Encima había esquivado cada uno de los intentos de Lemon y Plumas por joderle un tanto! Era rápido y escurridizo, como se esperaría de un hombre de treinta centímetros, y también pegaba muy duro. No era un oponente al que podría superar si iba solo de frente, usando los músculos en vez del cerebro. Además, debía considerar mejor el contexto en el que estaba: no luchaba él solo contra Duende, sino que acompañado de Plumas. Su compañero de armas pegaba fuerte, pero era medio torpe bloqueando y esquivando; eso, o es que era obsesivamente terco y desafiante, lo cual estaba bastante bien.
 
Entrecerró los ojos como si le ayudara a analizar mejor la situación. Había un montón de ron disperso en la cubierta del barco, y ya no solo eso, sino que también vino y un montón de humo gris. Duende estaba a la derecha de toda esa para nada apetecible mezcla. La mente se le iluminó y se le ocurrieron al menos un par de ideas. Podría aprovechar la mantequilla y el alcohol para incendiar el barco, así las cosas serían más candentes; usar las ondas de choque generadas por sus ataques y empujar a Duende al mar; o golpear la cubierta del barco con todas sus fuerzas, destrozándolo y provocando un naufragio involuntario. Sin embargo, todo estaba demasiado relacionado con la destrucción y digamos que quería evitarla para ahorrarse futuros problemas.
 
-¡¡AAAAAGHHH!!! ¡¿Por qué esto es tan complicado?! -rugió hacia el cielo en un arrebato de ira, pero luego se tranquilizó-. Bien, bien, así es como será… ¡Plumas, escúchame! No somos Duende contra mí y Duende contra ti, somos nosotros contra él, ¿entiendes? Trabajemos juntos como buenos camaradas -le propuso a Plumas, esperando que aceptase. Era un chico amable y de buen corazón, así que estaba seguro de que aceptaría-. Yo tendría cuidado de acercarme a esa charca de vino y ron, el jefe manipula el alcohol, ¿no? Atraigámoslo a un combate cuerpo a cuerpo y deja que yo me encargue de nuestra defensa.
 
Luego de hacerle la propuesta a su compañero, se movilizó en diagonal y hacia la derecha para quedar justo delante de Plumas. Volvió a generar tentáculos de mantequilla, viscosos y pegajosos, los que estiró para agarrar cada una de sus armas que volaron hacia diferentes lugares al intentar bloquear la patada todopoderosa de Duende, y alzó la guardia. Esperaba no volver a perder sus preciadas armas, sin ellas era como un atleta sin piernas.
 
-¡Jajaja! ¡No podrás matarme si Aletas lo hace primero! -le recordó al otro revolucionario-. ¡Y no te preocupes que yo invito estas rondas!   

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#8


Salto de foro:


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