Alguien dijo una vez...
Donquixote Doflamingo
¿Los piratas son malos? ¿Los marines son los buenos? ¡Estos términos han cambiado siempre a lo largo de la historia! ¡Los niños que nunca han visto la paz y los niños que nunca han visto la guerra tienen valores diferentes! ¡Los que están en la cima determinan lo que está bien y lo que está mal! ¡Este lugar es un terreno neutral! ¿Dicen que la Justicia prevalecerá? ¡Por supuesto que lo hará! ¡Gane quién gane esta guerra se convertirá en la Justicia!
Tema cerrado 
[Aventura] [A-Presente] Termitas de Mar [T.1]
Picollo
Daimaku
 Corría principio del verano y era hora de regresar a puerto,  luego de meses de recorrer el East Blue en busca de riquezas y mercadería, acompañando a la tripulación de un viejo Marinero comerciante conocido como Jon Jon, quien meses atrás había contratado sus servicios como carpintero del Barco Esmeralda, mejor conocido por sus exóticas mercaderías que recorrían los puertos e islas de este famoso lado del Océano, era hora de regresar. Una vez vendida toda la mercadería y en ocasiones habiendo adquirido nuevas piezas, Jon Jon dictaba la vuelta a casa.

 El cielo del archipiélago se teñía de un suave naranja al atardecer, cuando el barco comercial en el que viajaba Picollo avanzaba con elegancia sobre la tranquilidad del Mar. La tartana, cargada de mercancías y tripulada mayormente por civiles inexpertos, se dirigía hacia Vodka Shore, una de las islas más prósperas de la región, conocida por su enorme cantidad de juegos de azar y casinos, un buen destino para aquella embarcación.

 Picollo, con sus verdes manos callosas y firmes, se encontraba en la bodega, reparando una de las vigas que había empezado a crujir bajo el peso del cargamento, aunque estuvieran llegando a su destino nunca estaba de más ser precavido y atender la embarcación siempre que fuera necesario. Su piel verde oscura y orejas puntiagudas lo hacían destacar entre los demás, si fuera por El, todo el viaje lo hubiera pasado allí, lejos de las miradas ajenas, pero los tripulantes poco a poco se acostumbraron a su presencia, algo que le permitió cierta confianza entre sus civiles compañeros. El capitán, un hombre robusto y experimentado, confiaba en las habilidades del carpintero Hafugyo, y sus dos secuaces seguían sus órdenes con disciplina.

 De repente, un estremecimiento recorrió la nave, como si esta hubiera reducido considerablemente su velocidad de navegación.¿¿?? Picollo alzó la vista, sus ojos reflejaron alerta. Un segundo temblor sacudió la tartana, seguido de un sonido que recordaba al crujir de la madera bajo una presión extrema. Dejó sus herramientas y corrió hacia la cubierta. Lo que vio al llegar lo dejó perplejo. Cientos de pequeñas criaturas, semejantes a termitas pero adaptadas al océano, cubrían la superficie del barco. Se movían con rapidez, devorando la madera con una voracidad aterradora. Los civiles gritaban y corrían en pánico, tratando de alejarse de las criaturas. El capitán y sus secuaces intentaban mantener el orden, pero la situación estaba fuera de control. Momentos desesperados requieren medidas desesperadas, aunque no era un gran combatiente estaba decidido a defender la nave, al fin y al cabo ese era su trabajo.

 -¡Termitas de mar!- gritó Grog, uno de los marineros más experimentados entre la tripulación y buen amigo de Picollo. -¡Tenemos que detenerlas o se hundirá el barco!- El capitán, con el ceño fruncido, negó con la cabeza. -Esto no es natural. Alguien las debe haber soltado a propósito. Piratas, quizás. ¡MALDITAS SANGIJUELAS QUIEREN QUEDARSE CON MI TESORO!-

 No había demasiado tiempo de reacción ni mucho menos para preparar un plan, a simple vista el horizonte estaba despojado de naves por lo que un asalto estaba descartado, quizá los Piratas estarían esperando a que las termitas criadas hagan su trabajo y destruyan la nave. El barco comenzó a inclinarse peligrosamente. Picollo, con la mente afilada por años de experiencia, ideó un plan rápido. -Necesitamos agua salada caliente y fuego. Eso podría detenerlas o al menos ralentizarlas.- Grito a los cuatro vientos esperando que el resto de civiles y cocineros se pusieron manos a la obra. Con el apoyo del capitán y sus secuaces, organizó a los civiles para que trajeran cubos de agua salada de la cubierta y comenzaran a calentarla en la cocina. Mientras tanto, él y los marineros luchaban por contener a las termitas con lo que tenían a mano: antorchas, cuchillos y cualquier cosa que pudiera servir como arma improvisada. Por suerte llevaba consigo sus guanteletes, ciertamente efectivos a la hora de atacar las termitas.

 El trabajo en equipo empezó a dar frutos. Las termitas, expuestas al agua salada caliente, comenzaron a retroceder y algunas a marchitarse, pero Picollo sabía que no era suficiente y más si esto era el resultado de un ataque Pirata. El barco estaba demasiado dañado y debían llegar a Vodka Shore lo antes posible. -¡Todos a sus puestos!- ordenó el capitán. -¡¡Tenemos que hacerla avanzar a como de lugar!!

 La tripulación, aunque nerviosa, se movió con eficiencia bajo las órdenes de Jon Jon, mientras los miembros mas débiles se refugiaban en la Bodega, el resto de civiles seguía a Picollo en la defensa. Mientras tanto luchaban por contener a las termitas con antorchas y herramientas improvisadas. El calor del agua salada logró detener a muchas de las criaturas, pero el daño al barco ya era significativo. Cuando parecía que las cosas no podían empeorar, el vigía gritó de nuevo. -¡Barco pirata a la vista!-

...

  La sensación de  batalla se cernía en cada centímetro del Esmeralda. Mientras las termitas de mar continuaban su insidiosa labor, Picollo D. se movía frenéticamente, reparando las partes más afectadas del barco. La madera astillada y las vigas crujientes eran su campo de batalla, y cada golpe de martillo era una nota en la sinfonía de supervivencia, por suerte no estaba solo, de no ser por Grog, su tarea hubiera sido imposible, y más para un solo carpintero.

 Arriba, en cubierta, Jon Jon mostraba por qué había sobrevivido tantos años en el East Blue. Su experiencia y determinación eran indiscutibles, mientras maniobraba el barco con precisión casi sobrenatural, Los cañonazos resonaban en el aire, explosiones cercanas que enviaban salpicaduras de agua y astillas de madera al cielo, pero Jon Jon mantenía el rumbo, no había porque enfrentarlos, El sabía que estaba en desventaja, lo más sensato sería escapar a toda marcha.

  -¡¡A estribor!!- gritó Jon Jon, girando el timón con fuerza. El Esmeralda viró bruscamente, esquivando una andanada de cañonazos que explotaron justo donde habían estado segundos antes. - Más clavos y tablas!- ordenó Picollo a los marineros que corrían a su alrededor. Sus manos eran un torbellino de movimiento, reparando grietas, reforzando vigas y asegurando que el Esmeralda pudiera resistir un poco más, solo un poco más...

 La persecución se prolongó durante veinte minutos de tensión extrema. Jon Jon, con los ojos fijos en el horizonte y los labios apretados en una línea de concentración, calculaba cada movimiento con la precisión de un maestro ajedrecista. Picollo seguía luchando contra el daño, sus esfuerzos vitales para mantener el barco navegable fueron un completo éxito.

 Finalmente, una abertura se presentó. El barco pirata, demasiado confiado, cometió un error en su maniobra. Jon Jon no perdió tiempo y dirigió el Esmeralda hacia una ruta de escape, un pasaje estrecho entre dos arrecifes que solo un navegante con su conocimiento y habilidad podría sortear. - ¡¡AHORA!! gritó Jon Jon, y el Esmeralda se lanzó a través del estrecho pasaje. Los cañonazos disminuyeron y se volvieron esporádicos hasta que, finalmente, el silencio del mar tomó el lugar del estruendo de la batalla. -¡Lo logramos!- grito Jon Jon entusiasmado, deteniéndose un momento para tomar aliento. La persecución había terminado, y el puerto de Vodka Shore estaba a la vista. La tripulación, aunque exhausta y herida, estalló en vítores al ver la salvación tan cerca.

 Cuando el Esmeralda finalmente atracó en Vodka Shore, Picollo, Grog y Jon Jon intercambiaron una mirada de respeto y camaradería. Habían superado una prueba de fuego juntos, y aunque el barco necesitaba reparaciones extensas, el tesoro y mercadería se mantenían intactos.
#1
Moderador Gastino
Moderador Gaseoso
¡Curiosa aventura contra esos depredadores de barcos! 
Como consejo personal, recuerda cuidar un poquito más de tu ortografía Wink
Sin más dilación y dándome cierto gas, aquí están tus recompensas.

Recompensas de Aventura T1
#2
Tema cerrado 


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