Hay rumores sobre…
... que una banda pirata vegana, y otra de maestros pizzeros están enfrentados en el East Blue.
[Aventura] [T2] La Historia Continua
Rocket Raccoon
Rocket
Día 12 del Verano del año 724

El día no se mostraba particularmente acogedor. El cielo, cubierto de un manto gris azulado, anunciaba una inminente lluvia que prometía empapar hasta los huesos de quienes no se prepararan. Las nubes bajas casi parecían tocar el suelo de Vodka Shore, la primera y más próspera isla del archipiélago de Tequila Wolf. Esta isla, llena de una energía peculiar pese al clima, tenía su encanto oculto, aunque nada de eso importaba mucho ahora. Habías llegado con un propósito claro, dejando atrás el taxi que te había traído hasta aquí y cargando con un encargo que, aunque no era del todo tuyo, necesitabas cumplir.

Tu conexión con esta misión tenía nombre, rostro y un carácter que te había dejado perplejo desde el primer momento. Hace unos días, saliste de Loguetown con una pista y un favor pendiente. Amilka, la conocida que parecía disfrutar de mantenerte al borde de la incomodidad, había plantado la semilla de esta tarea en tu camino, no como un pedido desesperado, sino como un trato cuidadosamente orquestado.

-Está bien, está bien, guapo…- te había dicho con esa voz cargada de un matiz travieso, mientras sus labios se curvaban en una sonrisa juguetona. -Te ayudaré, claro que sí. Estos tres nombres que me mencionaste, puede que me suenen... o puede que no.- Hizo una pausa, inclinándose ligeramente hacia ti, dejando que su perfume dulce, con una pizca de algo cítrico, te alcanzara. Sus ojos brillaban con una mezcla de desafío y diversión. -Pero, si quieres que esta hermosa dama mueva sus encantos para darte una mano en tu peculiar búsqueda, va siendo hora de que el chico guapo frente a mí se ponga las pilas.- Sus palabras no eran un simple pedido. Eran una declaración de poder envuelta en coquetería, un recordatorio de que estabas jugando su juego, bajo sus reglas. Ella tenía un problemita, y tú, querido "chico guapo", habías sido nominado para resolverlo. El trato era sencillo en teoría, pero su manera de plantearlo lo volvía un tanto… provocador.

-Verás, cariño… últimamente han venido unos idiotas en traje, ya sabes, con toda esa bobería de mafiosos de pacotilla.- Su tono estaba cargado de burla, y sus labios se curvaban en una sonrisa sarcástica mientras hablaba. Se reclinó un poco hacia adelante, jugueteando con un mechón de su verde cabello, como si la situación fuese una mera molestia pasajera. -Quieren hacerse un nombre, los muy ilusos. Y claro, ¿qué hacen? Pues vienen a molestar a la más pendeja... según ellos.- Hizo una pausa, riendo suavemente antes de continuar con un brillo peligroso en los ojos. -La cosa es que estos imbéciles se han pasado de la raya. Pretenden que les pague por ''protección''...- Dejó salir una carcajada ligera y burlona, inclinándose hacia ti con un aire casi conspirador. -¿Yo? ¿Pagar por protección? Por favor. Como si la necesitara. Pero bueno, ahí está el problema.-

Mientras hablaba, tomó un pequeño trozo de papel y comenzó a escribir con movimientos ágiles y precisos, aunque lo más desconcertante era cómo no apartaba su mirada de tus ojos ni por un segundo. Al terminar, deslizó la nota entre tus manos, con un gesto tan calculado que te hizo preguntarte cuánto de todo esto era espontáneo.

-Hice mi tarea, por supuesto.- Continuó, dejando que su voz bajara un par de tonos, casi ronroneando mientras sus dedos rozaban los tuyos al entregarte el papel. -Sé que estos idiotas vienen de Tequila Wolf, o que alguien allá los controla.- Y entonces, como si quisiera asegurarse de tener toda tu atención, se inclinó aún más cerca, hasta que sus labios estuvieron peligrosamente cerca de tu oído. Su aliento cálido te acarició la piel, y su voz, baja y suave, susurró con un deje de picardía. -Si logras acabar con él, esta hermosura subirá a tu barco… y no solo te dará la información que deseas, sino todas las demás que quieras.- Se apartó despacio, lo justo para que pudieras ver la sonrisa juguetona que se dibujaba en sus labios.

Nota de papel


Las calles de aquella ciudad desconocida se desplegaban ante ti como un laberinto vivo, caótico y bullicioso. Todo en ella gritaba libertad, o, según como lo miraras, anarquía. Aquí, los límites no existían. El derroche y la exuberancia parecían ser el credo local. Puestos de comida exótica desprendían aromas especiados, mientras músicos callejeros competían entre sí por atraer la atención de los transeúntes. Las risas y los gritos de un público variopinto, compuesto de piratas, mercaderes y buscavidas, llenaban el aire, haciéndote sentir que estabas en el corazón palpitante de la ciudad.

A diferencia de otros rincones de este mundo, no había guardias o soldados patrullando las esquinas, ni la sombra opresiva de la autoridad. Nadie parecía preocuparse por las reglas, porque, aquí, parecía no haberlas. Sin embargo, esa libertad aparente podía ser un arma de doble filo. Sin reglas también significaba sin protección. Todo dependía de ti: tu ingenio, tu fuerza y tu capacidad para navegar en estas aguas turbias. El verdadero dilema, entonces, no era cómo sobrevivir en este lugar, sino algo más esencial: ¿qué coño ibas a hacer ahora? Tenías un nombre en tu papel y también un local. Ahora te toca a ti seguir siendo el protagonista de esta historia, tu me dirás.

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#1
John Joestar
Jojo
Personaje

Virtudes y Defectos

Inventario


Aquella mujer habia aceptado acompañarme en mis aventuras, ser la priemra nakama de la tripulación de John Joestar, los Stardust Crusaders. No obstante, no se si yo iba a corresponder a aquella chica, no se porque se habia lanzado tan rápido, ni porque pensaba que iba a acostarme con ella a la primera de cambio. Todo hay que decirlo, aquella mujer era una diosa, no aparentaba tener defectos, al menos físicos, pero era escandalosa y demasiado...extrovertida, acabaria poniendome nervioso y no prometo que no la tiraria por la borda algún dia. 
Pero tenia algo especial, no se el que, pero me gustaria saber porque intenta manipularme usando sus ``encantos´´ femeninos, creo que deberia saber, aunque apenas me conozca, que no me atraen esos jueguecitos que se trae, pero ella tenia mucha información, y quizá fuese útil en algún momento.
Tras mucho hablar, y muchos intentos de manipularme, llegamos a Vodka Shore, el destino esperado. Amilka me pasó una nota en el trayecto, dandome instrucciones de a donde ir. Buscabamos a un gilipollas que iba de mafioso, Basilio, menudo nombre de puta mierda, y ya ni hablar de su apodo de los cojones ``El mago´´, ese tio era un flipado con grandes necesidades de recibir una somanta de ostias.
Nuestro destino era la taberna el Timbalero, ¿Por que todos los recados empiezan por una dichosa taberna?. Al menos esta seria de alta gamma, o no, ¿Quien sabe?.
Amilka escondia algo que no queria contarme, le notaba cierta mirada de preocupación mientras caminabamos por las calles laberinticas de Vodka Shore, aunque la escondia tras una falsa sonrisa y una luz brillante en los ojos que clavaba firmemente sobre los mios.

-Amilka, espero que no malentiendas esto que estamos haciendo, tienes información valiosa que me vendrá bien, y tu tienes a una especia de ``amigo´´ medio ``guardaespaldas´´, además de formar parte de mi nueva tripulación. No me malentiendas, no es que no me parezcas atractiva, pero odio a las mujeres escandalosas, y más aún las que esconden algo bajo una capa de físico apabullante o un carácter tierno , asi que vamos a hacer una cosa; Voy a ayudarte con este problema que tienes, y después te unirás a mi tripulación como la ``bardo´´ personal, y si quieres, podemos empezar a conocernos si asi lo deseas, pero quiero y necesito que seas totalmente sincera conmigo- Le dije mientras la miraba fijamente y la agarraba del brazo. Le pasé el brazo por detrás de su nuca y la pegué a mi para disimular -Tenemos un rato de viaje hasta la taberna, al menos tendremos unos minutos, supongo que sabrás donde viene quedando, asi que cuentame que relación tienes con ese soplapollas y disimula, vamos a hacernos pasar por una pareja, para evitarnos problemas-
#2
Rocket Raccoon
Rocket
Y pues ahí estaba la pareja que recién unos minutos había tocado suelo de la isla llamada Vodka Shore, una de las tres que conformaban el archipiélago conocido como Tequila Wolf; lugar donde se hospeda la familia Blackmore. Este clan era bastante conocido en el East Blue, pero su mansión se encontraba en la isla del sur, y ustedes habían llegado a la isla situada al norte. Así que el plan de visitarla, si lo querían en un futuro, pues tendría que esperar. Ya que su objetivo se encuentra en la isla donde están caminando ahora mismo. 

Tú y la cuentacuentos caminaban por calles llenas de vida, repletas de locales comerciales y carteles llamativos que anunciaban desde bares extravagantes hasta casinos de luces cegadoras. Era un lugar donde la riqueza y el exceso parecían bailar de la mano, atrayendo a turistas, mercaderes y jugadores empedernidos. 

Finalmente, ambos se detuvieron en un pequeño parque al borde de la calle principal. A diferencia del bullicio que los rodeaba, este rincón ofrecía un respiro. Bancos bien cuidados se alineaban bajo árboles frondosos, y una fuente central de mármol lanzaba finos chorros de agua que brillaban bajo las luces de neón cercanas. Aunque era temprano en el día, ya había grupos de gente descansando, parejas conversando, y un par de niños corriendo entre los caminos de piedra.

Amilka te seguía escuchando con especial atención. Y creíste haber visto en su rostro, una expresión de desaprobación ante tus recientes palabras. Miraba al cielo y resoplaba con sus labios, para luego dirigirte la palabra. -Sigues tan tenso como el día que entraste a la taberna de Lamdrosa.- Volvía a sonreír mientras inclinaba su cabeza hacia un lado. -''La Bardo Amilka''... eso me gusta, buena idea.- Te tomaba la palabra. En ese momento justo iba pasando un pequeño carrito con algunas golosinas para vender, le hizo una señal para llamar su atención, atrayendo así al vendedor ambulante. -¿Quieres una? Brindo yo, por el favor...- Tenía golosinas de varios tipos: desde algodones de azúcar de varios colores y formas, bastones y caramelos de menta, etc. Más allá de si aceptaras o no, ella sacaría un par de billetes con los que pagar, y al rato el vendedor se iría de ahí.

-¡Entonces si estás soltero eh!- Levantaba los brazos mostrando cierta euforia. -Ah si si, el ruido, disculpa.- Volvía a bajarlos y a sonar timidilla. Aunque notabas que estaba medio fingiendo. La conocías, era escandalosa por naturaleza.

-¿Cuáles soplapollas dices?- De un momento a otro, escuchan una voz que viene desde detrás de ustedes. Por la cercanía de la misma, pare que quien la produce no está muy lejos, y así es. Apenas al girar, logras ver a unos tres sujetos de gran tamaño, y los tres visten ropas bastante formales y todas de color negro, con sus corbatas, camiseta blanca y zapatos bien pulidos. -Mira mira nada maaaaas... ¿Amilka no? Paseando por aquí, como si no fuese a pasar nada malo por tu cabeza.- Uno de ellos, de cabello rojo y con varias marcas de cicatrices en sus brazos, era el que parecía liderar este trío, dando un paso al frente y elevando la voz. No parecía llevar armas, pero no podrías pensar lo mismo de los otros dos. Mantenía una sonrisa cruel mientras miraba a la peliverde, obviándote totalmente. 

-¿Acaso este enano que traes contigo va a pagar lo que debes?- Viste como unía sus dos puños y hacía sonar sus huesos, intentando ser intimidante. -Si no quieren armas un escándalo, vengan con nosotros.-

Tu acompañante tenía uno de esos bastones dulces en una de sus manos, había girado a verlos y notaste que se había paralizado en el acto. La chica ruda que conociste en la taberna, ahora parecía una simple niñita más. ¿Qué ibas a hacer, cuál exactamente sería tu reacción?
#3
John Joestar
Jojo
-Si me disculpan caballeros, tengo mejores maneras de perder el tiempo que con ustedes, asi que haganse un favor, y dense media vuelta, los problemas que tengan con Amilka podrán resolverse en otro momento.- Respondí confiado, esos tres eran unos farfulleros, que necesitaban ir de duros, estaba seguro que ni si quiera eran los jefes, solo tres matones, perritos falderos que seguian a su amo. -Y si me perdonan tambien, permitidme que os recomiende que, alterarme, implica una visita, no precisamente lenta y corta, en el hospital más cercano, de continuar en vuestro empeño, igual la visita será al cementerio, y será una visita sobradamente larga.-
Veia en sus ojos algo, me daba la sensación de que por su tamaño y sus vozarrones habian intimidado a más de uno, y no habian tenido que meterse en peleas, craso error por su parte. Preparé el Hamon, seguramente esos tres buscaban pelea, y si era necesario, no me importaba dar unas cuantas lecciones, sobretodo si se metian con los miembros de mi tripulación, con un Stardust Crusader. 
Mi mente tenia muchas cosas en las que trabajar, revisé a los hombres frente a mi con certeza. Pensé en varias maneras de acabar con ellos rapidamente, si romperles las piernas y luego machacarles la cabeza a puñetazos, o cogerlos de uno en uno y salir volando hacia el cielo, soltandolos en el punto más alto al que pudiera llegar. Seguramente un par de puñetazos imbuidos con Hamon serian suficientes, quizá imbuirlas las piernas seria lo necesario para que no pudieran moverlas durante un rato. Para estos casos me habia preparado mi padre, para cuando un idiota se creyera mejor que yo o que mis amigos. -Y si, querida, sigo soltero porque tengo cosas más importantes en las que pensar, al menos de momento, y me gustaria que me explicases quienes son estos payasos que solo me molestan-
Preparación
#4
Rocket Raccoon
Rocket
¿Acaso el narrador de esta historia sería tan cruel como para poner al joven protagonista en una situación donde deba enfrentarse, él solo, contra tres matones? Claro que podría hacerlo, no hay reglas que se lo impidan. Pero, ¿sería justo? Probablemente no. Aunque, considerando la actitud del muchacho, tal vez un poco de acción le serviría de lección. ¿O quizás no? Quizás, en lugar de calmar su valentía imprudente, solo conseguiría inflar su ego aún más.

Cuando aquellos tres individuos de aspecto amenazante hicieron su entrada, John, como si llevara grabado un instinto suicida, se levantó de inmediato y se plantó frente a ellos con la determinación de un héroe de teatro barato. Ni siquiera volteó a mirar a su acompañante, Amilka, que seguía allí, congelada como una estatua de cera en medio de la tormenta que ella misma había desatado. La situación, por surrealista que pareciera, tenía su dosis de ironía. Amilka había buscado a John precisamente para que le ayudara a lidiar con estos tipos, y ahora parecía arrepentida de su propia decisión. Quizá, en su mente, había imaginado una resolución limpia, rápida y sin necesidad de su implicación directa. Pero el mundo, como siempre, tenía sus propios planes. Nada sale nunca como uno espera.

¿Qué estaría pasando por la mente de aquella mujer de cabello verde? Quizá jamás lo sabremos. Pero lo que sí estaba claro era su estado: completamente paralizada, incapaz de hacer nada más que observar.

Entonces, como si todo esto no fuera lo suficientemente absurdo, la voz de John resonó en el aire con una respuesta casual sobre su estado de soltería. ¿Era en serio? En ese momento, la situación no podía ser más ridícula. Amilka escuchó esas palabras, pero estaban tan lejos de ser importantes que se desvanecieron en el ruido de su mente saturada.

Su bastón de caramelo había caído al suelo en algún punto de su bloqueo mental. Una mujer inmóvil, tres matones preparados para la acción, y un joven que, en lugar de preocuparse, parecía estar disfrutando de todo el caos. La escena no podía ser más caótica... ni más prometedora.

Pero en ese instante, justo en ese instante, logro reaccionar ante las palabras del más alto de ellos, quien parecía ser quien mandaba en ese trío. -Ustedes dos, déjenme a este enano a mí. Tocará enseñarle modales a la vieja escuela.- Si, ella había escuchado eso claramente, y apenas al ver como los otros dos peleles iban tras ella, comenzó su carrera. ¿Hacia dónde? Pues quien sabe. Lo importante ahora era el uno contra uno que el amable narrador le puso al protagonista. Pero claro, ¿qué haría ahora? ¿Se enfrascaría en esta pelea contra el grandote y musculoso, o buscaría a su nueva nakama? 

-¿A ver, esos puños son tan fieros como tu bien educada boquita?- Preguntaba la montaña de carne. A la vez que se ponía en posición de combate, flexionando un poco sus rodillas y levantando sus puños. Mirando fijamente al pequeño que tenía en frente. Parecia esperar que ejecutaras el primer movimiento.


Maton Grande
#5
John Joestar
Jojo
Otro gilipollas al que debia enfrentar para enseñarle modales. ¿No me habia llegado ya con aquella pelea con Marshall de hace un tiempecito?, en fin, hay que joderse. Flexioné ligeramente las piernas para mejorar mi potencia, levanté los brazos en posición de combate ofensivo y comencé a canalizar el Hamon por todo mi cuerpo, sentia la energia vibrando por mi interior, ligeros rayos pasaban por mis brazos y piernas a toda velocidad, el Hamon se hacia presente, rapido, fuerte, imparable. Cubrí mis brazos con Haki y posteiormente mis piernas, iba a darlo todo en un solo golpe, necesitaba impresionar a los otros payasos para que nos dejasen en paz rapidito, no queria perder mi tiempo. Fruncí el ceño y exhale el aire que habia recogido poco a poco, mis ojos se fijaron en los de él, penetrando en su alma. -Vamos gilipollas, vamos a bailar como dios manda, muestrame lo mejor que tengas- Realmente sabia que dejar KO a estos subnormales no iba a ser algo demasiado complicado, pero ya iban a hacerme perder por lo menos, cinco minutos de mi tiempo, y eso serian por lo menos 50 millones de zenis, soy un tio ocupado, más aun si tengo que investigar a un mafioso de los cojones para que Amilka se uniera a mi tripulación.
Respiré de nuevo, con calma, manteniendo la armonia y el ritmo de la misma para hacer fluir el hamon, iba a necesitarlo para mandar a volar al gorila de espalda plateada que tenia enfrente de mi cara. Apreté mis puños tensando los músculos, eché los hombros ligeramente hacia atrás y me preparé para golpear el careto de aquel imbecil, mostrandole porque no deberia meterse nunca con un Joestar, y menos aun, enfadarlo hasta cierto punto, la cosa la iba a pagar muy muy cara.
Técnicas


Mates


Estado de John
#6
Rocket Raccoon
Rocket
El escenario estaba listo, la tensión en el aire se podía cortar con un kunai oxidado, y en la mente de todos los presentes —los lectores que observan esta escena desde la comodidad de sus asientos— resonaba una voz grave y emocionada, como la de un locutor épico de peleas clandestinas. -¡QuÉ eMpIeCeN LoS GuAmAzOs!- clamaba la voz imaginaria, mientras en su mente todos escuchaban un “¡GOOOONG!” metálico, de esos que parecían sacados de un dojo o de una película de kung-fu de los 80. Claro, no había gong real, pero la imaginación tiene sus propios efectos especiales.

El combate había comenzado, y con él, una narración digna de cualquier campeonato épico. -¡Por un lado del ring, señoras y señores, tenemos a uno de los matones más temidos de toda Vodka Shore! Su nombre es un misterio, pero su reputación lo precede, como ese tipo de cuentos que asustan a los niños antes de dormir. ¡El titán anónimo, la montaña de músculos, el bruto sin nombreeee!-

La narración daba una pausa que nadie necesitaba, pero que servía para que el público imaginario se animara. Porque sí, era un combate sin espectadores reales, pero con una audiencia en la imaginación que ovacionaba como si fuera el Super Bowl. -¡Y por el otro lado! ¡Un debutante que apenas acaba de llegar a la isla y ya la está liando, pero que de seguro se quedara en nuestro recuerdo! ¡Desde el lado azul del cuadrilátero mental, un fuerte aplauso paraaaa… JOOOOHN!-

El silencio volvió, porque claro, nunca hubo ruido, pero la narrativa continuaba en nuestras cabezas como si el lugar estuviera lleno.

Frente al muchacho de cabello blanco, la montaña sin nombre se movió, y era como si todo el parque temblara bajo su peso. Pero John no era de los que se dejaban intimidar. En vez de retroceder, el recién llegado apretó los puños y respondió con insultos tan creativos que si los tradujeras en Loguetown, se requeriría un diccionario de doble grosor para descifrarlos.

-¡Un raton que sabe usar el Haki eh!- Gritaba el matón, mientras que alguna que otra saliva salía escupida desde su boca mientras hablaba y balbuceaba. -Esta mierda será interesante.- Seguía con sus puños alzados, preparándose para aguantar el primer golpe que le tirases. 

-¡Y asi empieza la contiendaaaa!. El primero en moverse es nuestro novato favorito, quien con un rapido movimiento se acerca a la montaña, quien no se mueve un solo centimetro de su posicion. Pero mantiene sus brazos en alto, ¡va a intentar aguantar el golpe del muchacho parece!- Y asi entonces, carne contra carne impactaban en el lugar. El choque entre ambas entidades fue de tal magnitud, que las hojas del suelo que habian caido de los arboles de los alrededores, se agitaron y se elevaron al instante. La batalla era sin duda la mas esperada de la decada, y el poder de ambos lo reflejaba claramente. -¿Pero que ven mis ojos? ¿Eso es Hakiiii? Si si lo es, pero la montaña aun asi pudo aguantar el embiste del peliblancoo.- El publico alrededor, el imaginario, volvia a levantar sus brazos luego de presenciar el bloqueo por parte del ''sin nombre''.
Bloqueo

-Buen intento, pequeñin... ¡ME TOCA A MIIII!- Se te reia en la cara luego de lograr bloquear tu primer golpe con total exito en su defensa. -¡Ni un maldito rasguño, JA!-

-Parece que ahora será el turno del matón para contragolpear, después de lograr bloquear el golpe de John. Y con uno de sus puños, intenta dar un fuerte golpe que va directo a la mandíbula del novato. ¿Logrará aguantarlo, lo esquivara, o contraatacara con algo mucho más poderoso que lo que hemos visto? Todo esto será respondido en breves, se los prometo.- La narrativa de nuestro locutor imaginario seguía tan intensa como lo estaba siendo el combate en medio del parque.

-Oh oh! Pero no para ahí, parece que va a dar otro fuerte golpe, este ultimo apunta más abajo, ¡si... al estómago! ¡Aguanta John!- 
Ofensiva


Maton Grande
Cositas
#7
John Joestar
Jojo
Personaje


-Este tio es idiota, detiene un golpe y ya se viene arriba, problemas con papá sin duda- pensé en ese momento. El gorila apenas se habia movido, estaba completamente intacto, pero obvio no habia utilizado a penas nada de mi poder, pero se conoce que tendré que esforzarme al máximo, y mandar a la tumba a aquel soplapollas, iba a enterarse de lo que vale un peine. -Menudo pringao estás hecho, paras un golpe y ya te crees el mejor, sinceramente, eres jodidamente ridiculo, vamos a continuar con esto- le respondí a sus grititos de nena ardida. Seguí manteniendo el Hamon activo para poder seguir disfrutando de sus efectos, doy gracias a mi padre por haberme enseñado este arte marcial. 
Hamon
 
Me volví a preparar, pero esta vez a la defensiva, ese tio se me habia abalanzado como una puta se abalanza sobre un millonario desorientado, con uno de sus brazos, me lanzó un puñetazo directamente hacia mi cara, y por otro lado, me pude fijar en que con el otro intentaba darme una especie de gancho al estómago, ataques muy simplones y bajos, lo típico en un matón de tres al cuarto como este, por supuesto esto no iba a quedar asi, mi respuesta iba a ser muy contundente, queria terminar esta peleilla aqui y ahora, al menos, queria intentarlo, estaba perdiendo el tiempo en esta rellerta de patio de colegio. -Bien, que conste, que esto lo has elegido tu- le dije mientras me crujia los nudillos y flexionaba las piernas una vez más. Respiré prfundamente manteniendo la armonia por todo el cuerpo, el Hamon fluia e iba a ayudarme a acabar con este gorila mononeuronal con cara de langosta. Lo único que pido es que Amilka no se pusiera muy pesada cuando todo esto terminase. -Preparate, SENDO HAMON OVERDRIVE-
Primer Ataque

Segundo Ataque

Anotación

Estado de John
#8
Rocket Raccoon
Rocket
-¿Pero qué par de monstruos estamos viendo?- La voz de un narrador ficticio resonaba en nuestras cabezas, teñida de asombro y dramatismo. El espectáculo que se desplegaba ante los ojos de todos en el parque era simplemente inimaginable: dos colosos enfrentándose para ver quién era el más macho de la zona. Había un premio, una mujer, que seguía corriendo quién sabe donde. Aquel narrador, inexistente en realidad pero vivo en nuestra imaginación, no podía apartar su atención del impacto que acababa de sacudir el aire. Los dos combatientes, expertos en convertir sus propios puños en armas letales, estaban librando un duelo digno de leyendas. Uno de ellos, el peliblanco, había demostrado un dominio excepcional de su espíritu, cubriendo sus golpes con una armadura negra que destellaba bajo la luz de las farolas.

-¡¿Podrá la montaña resistir los martillazos de John?!- gritaba el narrador, alentando a un público imaginario que, de existir, estaría al borde de sus asientos.

Y entonces, sucedió.

El choque de sus golpes sacudió el aire. No, más que sacudirlo: lo rompió. A primera vista, parecía que ambos puños habían colisionado directamente, pero si se afinaba la vista, o con unos buenos binoculares, -¡¿Coño, alguien trajo unos binoculares?!- Uno podía notar un detalle crucial. Los puños nunca llegaron a tocarse. La técnica de John era tan devastadora que el aire alrededor de su puño comprimido actuaba como un proyectil invisible. Cuando lanzó su golpe, fue como si un cañón hubiese estallado en el corazón del parque. Una onda de choque explotó entre los dos combatientes, arrancando hojas de los árboles cercanos, levantando una polvareda que cegó a los observadores por un instante, que por suerte no había, creo. Y provocando que el suelo vibrara como si el propio parque protestara ante la intensidad del enfrentamiento.

El enorme oponente de John, ''la montaña'', dio un paso atrás, sus pies enormes dejando marcas profundas en la tierra blanda. -¡UOOOOH! ¡El primero en retroceder ha sido la mole! ¡¿Quién lo habría imaginado, eh?!- La voz del narrador rugía en nuestras cabezas como un comentarista deportivo en el clímax del partido más importante del mundo. -¡Qué batalla estamos presenciando! ¡Esto no es una pelea, es un duelo de titanes!- continuaba el narrador imaginario, su voz cargada de emoción. ¿Era rubio como un supersaiyajin? ¿O quizás tenía el porte de un luchador profesional? Eso quedaba a la imaginación del lector, pero lo que no dejaba dudas era que este combate quedaría grabado en la memoria, como un espectáculo único, una guerra que hacía temblar hasta la tierra.

El gigante rival de nuestro protagonista parecía querer reponerse rápidamente de su retroceso. Pero John en otro movimiento rápido de brazos, volvía a arremeter contra la mole, quien sorprendido intento actuar rápido. -Eso que viene... ¿Es otro choque de puños? ¡Claro que sí, claro que si lo es!- Nuevamente ambos contrincantes volvieron a chocar sus golpes, produciendo otro estallido en el lugar del impacto. La arena a sus pies, y las pequeñas piedritas se agitaban por el poder destructivo de ambos. 
Bloqueo #1


Pero claro que la contienda no se iba a detener ahí, y es que la mole aprovecharía el caos para dar dos fuertes golpes contra su rival. El primero de ellos iba dirigido justo hacia su mentón, con su mano diestra. Mientras que son su puño zurdo, intentaba llegar a su costilla. Ambos golpes no iban juntos, si no uno detrás del otro. Siendo el dirigido hacia su barbilla, el primero de ellos. -Ya me estás comenzando a cansar muchacho, a ver que tantos de estos golpes puedes aguantar, JA JA- El gigante rival se reía en la cara del peliblanco. -¿Oye y tu chica? Quizás ya mis cómplices la tienen, JA JA JAJA- Parecía querer despistar la atención de John, ¿lo lograría?
Ofensivas


Maton Grande
Cositas
#9
John Joestar
Jojo
Este tio aprecia aguantarlo todo, supongo que tenia que entrenar más si queria acabar ganando a todo el que se me pusiera por delante, sobretodo si eran unos cara almendra como estos, mi rabia empezaba a crecer, aunque un sentimiento de frustración lo hacia a la vez. Mis golpes parecian no afectarle en lo absoluto, y eso que iban con toda la fuerza que tenia en mi interior, pero aquel cabezón no se daba por vencido, empezaba a estar harto de verle la cara, tendria que ir con todo si queria acabar con él, pero deberia guardar fuerzas, quien sabe si ese gilipollas no escondia algún as en la manga. Mantuve la respiración del Hamon activa en completa armonia, sin perder el ritmo ni desfallecer en el intento de hacerlo fluir por mis venas. 
Hamon
. Junte las manos para ayudarme con la concetración, el gorila tosco y con un fuerte olor a rancio volvia a abalanzarse, ¿No se cansaba nunca?, ¿No veia un mínimo de peligro?, era desesperante, sobretodo si no lo acababa abatiendo rapidamente, me quedaria sin fuerzas o haki, aunque este último lo tenia bastante dominado, no lo suficiente como para poder pelear infinitamente. Asi que, una vez más, cargué el Hamon por todo mi cuerpo, lo sentí fluir, más rapido que antes esta vez, mis brazos empezarona  brillar como nunca, como si rayos eléctricos pasasena  través de mi, mi padre me lo habia mostrado, me habia convertido en un guerrero del Hamon. -Vamos, gorila de mierda, quiero acabar con esto a la de ya-
Mates 1º

Mates 2º


Estado de Jhon


Anotación
#10


Salto de foro:


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