
Ryu Sukehiro
La Sombra
09-01-2025, 11:20 PM
Día 4 de invierno, año 724.
Ciudad Orange, 11:45.
Otro día más y otra misión de mierda más, Danzo el líder del gremio había vuelto a coger un trabajo sencillo y se pago ínfimo para mis habilidades, perseguía al objetivo por las calles de ciudad Orange y el pobre diablo solo podía correr y tratar de entorpecer mi paso arrojando puestos de frutas y algún que otro puesto de baratijas, todo en vano pues cuando ponía el ojo en una presa y aceptaba el trabajo no me retiraba jamás hasta cumplir mi misión, por ridículamente sencilla que est fuera.
El tipo no paraba de mirar hacia atrás con el espanto pintado en la cara, casi como si fuera a matarle o algo, pero a simple vista se veía que no valía el esfuerzo, tenía el pelo bastante pobre y una "barba" si es que a esos cuatro pelos se les podía llamar de aquella manera ambos de color negro azabache, le faltaban la mitad de los dientes y tenía la cara totalmente desencajada, algo lógico cuando el que te esta persiguiendo le apodan "La Sombra" porque nunca deja de perseguirte.
El tipo hizo un quiebro hacia la derecha, pero rompió a correr hacia un callejón a su izquierda, para su mala suerte me di cuenta de sus intenciones y salté sobre la espalda de un transeúnte, usándolo como un trampolín humano, me lancé hacia el callejón y apoye mi pie y mano derecha en la pared, a unos dos metros por encima de del ladrón de abuelas y me lancé en picado hacia el. Mi peso le hizo caer al suelo, golpeándose la cara contra la acera provocando que el pobre diablo perdiera un par de dientes más, agarre su brazo derecho con el mio propio y lo lleve a su espalda, mientras que con la mano izquierda agarraba su pelo sujetando con fuerza, me incorpore mientras tiraba de el y lo ponía de pie, el tipo gimoteaba con la cara llena de sangre, sobretodo en la parte del labio, cosa que me hizo sonreír bajo el cuello alto que ocultaba mi rostro.
"Venga muévete escoria."
Comencemos a movernos dirección a la sede del gremio, la gente se apartaba alarmada, aunque alguna que otra vieja escupía a mi prisionero mientras le gritaba obscenidades y maleficios de vieja, llamándolo de todo menos bonito vamos. Lo que me recorría la cabeza era otra cosa sin embargo, como se suponía que podía ganar fama si solo perseguíamos a ladrones de tres al cuarto como este roba viejas de mierda, el tipo no intento ni defenderse, ya comenzaba a estar arto de esto, necesitaba retos de verdad, desafíos más grandes que yo mismo, si era eso acaso posible, el gremio me estaba frenando.
Tras un largo paseo de casi media hora lleguemos por fin al gremio, era una casa austera casi de aspecto abandonado, pues los trabajos que solía agarrar el jefe eran cuanto menos sencillos de ejecutar y el pago por ellos era lo justo para mantener con vida al grupo. Empuje la puerta hacia dentro con la cara del ladrón de abuelas, caminando por el pasillo principal mientras mis compañeros, todos ellos con máscaras de animales, me saludaban al pasar y yo contestaba asintiendo con la cabeza, no tarde mucho en llegar a las celdas del sótano y encerrar al capullo que llevaba conmigo, me lo quedé mirando y fue cuando lo comprendí, ya no había lugar para alguien con mi ambición en este gremio.
Me dirigí hacia el despacho principal, la sala donde Danzo lideraba el gremio, esto se terminaba hoy no estaba dispuesto a hacer otro trabajo de mierda como el de hoy, quería cazar gente con recompensas por sus cabezas, no ladrones de barrio. Abrí la puerta del despacho entrando como si fuera mio propio.
"Danzo tenemos que hablar"
Dije mirando al jefe del gremio a los ojos mientras el me aguantaba la mirada y me invitaba a sentarme con un gesto de su mano.
"Que sucede Ryu?"
Me senté frente a el y preferí ser sincero desde el primer momento.
"Me voy del gremio, necesito desafíos más grandes y sintiéndolo mucho vosotros no podéis proporcionarlos"
Me levanté y hice una pequeña reverencia.
"Gracias por haber cuidado de mi estos diez años"
Dije al hacer la reverencia mientras Danzo cruzaba sus manos frente a su rostro, luego abrió un cajón con su mano derecha y de ella saco un objeto, el cual deslizó por la mesa hasta que quedó a mi vista, una hermosa máscara blanca con motivos rojos dándole una apariencia de zorro.
"Kozaburo la fabricó para tí antes de marcharse al otro mundo, no me sentiría cómodo con que te fueras sin que te la llevases contigo."
Agarré la máscara y la coloque sobre mi rostro mientras marchaba hacia la puerta.
"Recuerda que está siempre será tu casa, Ryu."
Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas mientras seguía avanzando hacia la salida del gremio, apenas logré meter un chicle en mi boca antes de que las lágrimas comenzasen a fluir como si fueran un río, pero gracias a la máscara era algo que solo yo sabía que estaba ocurriendo. Era hora de ir a buscar mi destino.
Ciudad Orange, 11:45.
Otro día más y otra misión de mierda más, Danzo el líder del gremio había vuelto a coger un trabajo sencillo y se pago ínfimo para mis habilidades, perseguía al objetivo por las calles de ciudad Orange y el pobre diablo solo podía correr y tratar de entorpecer mi paso arrojando puestos de frutas y algún que otro puesto de baratijas, todo en vano pues cuando ponía el ojo en una presa y aceptaba el trabajo no me retiraba jamás hasta cumplir mi misión, por ridículamente sencilla que est fuera.
El tipo no paraba de mirar hacia atrás con el espanto pintado en la cara, casi como si fuera a matarle o algo, pero a simple vista se veía que no valía el esfuerzo, tenía el pelo bastante pobre y una "barba" si es que a esos cuatro pelos se les podía llamar de aquella manera ambos de color negro azabache, le faltaban la mitad de los dientes y tenía la cara totalmente desencajada, algo lógico cuando el que te esta persiguiendo le apodan "La Sombra" porque nunca deja de perseguirte.
El tipo hizo un quiebro hacia la derecha, pero rompió a correr hacia un callejón a su izquierda, para su mala suerte me di cuenta de sus intenciones y salté sobre la espalda de un transeúnte, usándolo como un trampolín humano, me lancé hacia el callejón y apoye mi pie y mano derecha en la pared, a unos dos metros por encima de del ladrón de abuelas y me lancé en picado hacia el. Mi peso le hizo caer al suelo, golpeándose la cara contra la acera provocando que el pobre diablo perdiera un par de dientes más, agarre su brazo derecho con el mio propio y lo lleve a su espalda, mientras que con la mano izquierda agarraba su pelo sujetando con fuerza, me incorpore mientras tiraba de el y lo ponía de pie, el tipo gimoteaba con la cara llena de sangre, sobretodo en la parte del labio, cosa que me hizo sonreír bajo el cuello alto que ocultaba mi rostro.
"Venga muévete escoria."
Comencemos a movernos dirección a la sede del gremio, la gente se apartaba alarmada, aunque alguna que otra vieja escupía a mi prisionero mientras le gritaba obscenidades y maleficios de vieja, llamándolo de todo menos bonito vamos. Lo que me recorría la cabeza era otra cosa sin embargo, como se suponía que podía ganar fama si solo perseguíamos a ladrones de tres al cuarto como este roba viejas de mierda, el tipo no intento ni defenderse, ya comenzaba a estar arto de esto, necesitaba retos de verdad, desafíos más grandes que yo mismo, si era eso acaso posible, el gremio me estaba frenando.
Tras un largo paseo de casi media hora lleguemos por fin al gremio, era una casa austera casi de aspecto abandonado, pues los trabajos que solía agarrar el jefe eran cuanto menos sencillos de ejecutar y el pago por ellos era lo justo para mantener con vida al grupo. Empuje la puerta hacia dentro con la cara del ladrón de abuelas, caminando por el pasillo principal mientras mis compañeros, todos ellos con máscaras de animales, me saludaban al pasar y yo contestaba asintiendo con la cabeza, no tarde mucho en llegar a las celdas del sótano y encerrar al capullo que llevaba conmigo, me lo quedé mirando y fue cuando lo comprendí, ya no había lugar para alguien con mi ambición en este gremio.
Me dirigí hacia el despacho principal, la sala donde Danzo lideraba el gremio, esto se terminaba hoy no estaba dispuesto a hacer otro trabajo de mierda como el de hoy, quería cazar gente con recompensas por sus cabezas, no ladrones de barrio. Abrí la puerta del despacho entrando como si fuera mio propio.
"Danzo tenemos que hablar"
Dije mirando al jefe del gremio a los ojos mientras el me aguantaba la mirada y me invitaba a sentarme con un gesto de su mano.
"Que sucede Ryu?"
Me senté frente a el y preferí ser sincero desde el primer momento.
"Me voy del gremio, necesito desafíos más grandes y sintiéndolo mucho vosotros no podéis proporcionarlos"
Me levanté y hice una pequeña reverencia.
"Gracias por haber cuidado de mi estos diez años"
Dije al hacer la reverencia mientras Danzo cruzaba sus manos frente a su rostro, luego abrió un cajón con su mano derecha y de ella saco un objeto, el cual deslizó por la mesa hasta que quedó a mi vista, una hermosa máscara blanca con motivos rojos dándole una apariencia de zorro.
"Kozaburo la fabricó para tí antes de marcharse al otro mundo, no me sentiría cómodo con que te fueras sin que te la llevases contigo."
Agarré la máscara y la coloque sobre mi rostro mientras marchaba hacia la puerta.
"Recuerda que está siempre será tu casa, Ryu."
Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas mientras seguía avanzando hacia la salida del gremio, apenas logré meter un chicle en mi boca antes de que las lágrimas comenzasen a fluir como si fueran un río, pero gracias a la máscara era algo que solo yo sabía que estaba ocurriendo. Era hora de ir a buscar mi destino.