¿Sabías que…?
... Eiichiro Oda empezó la serie con la idea de terminarla en 5 años, pero se dio cuenta de que en esos 5 años que la trama ni siquiera llegaba al 50%.
[Aventura] [Aventura T1] [Autonarrada] A Contracorriente
Nagaki
Medusa
Día 3 de Verano de 724.
Nagaki, forma de pólipo (día 3 de esta forma)

Nunca olvidaré mi tercer día en la Marina. Tenía solo 12 años, bueno no, pero técnicamente si, ya me entendéis. Con mi alegre personalidad al estar en forma de pólipo, había decidido que quería cambiar las cosas, incluso en un lugar donde se suponía que había orden y disciplina. Desde que salí de La Corriente y encontré aquel barco por primera vez había sentido una gran atracción por todo tipo de barcos y las aventuras que se gestaban en el horizonte así que cuando me enteré de que una de las tareas de los Marines era ayudar con el mantenimiento de los barcos en el puerto, ¡no pude resistirme y me alisté!

El olor del mar me llenaba los pulmones y la brisa marina acariciaba mi piel con aspecto gelatinoso.. Me pasé la mañana haciendo pequeñas bromas a los marineros mientras intentaba aprender sobre sus tareas. Mi curiosidad me llevó rápidamente, con permiso de mis superiores por supuesto, guiño, guiño, a colarme en los rincones más interesantes. Desde el interior del barco hasta los almacenes, siempre había algo nuevo y fascinante. Pero, como muchos de mis amigos humanos descubrieron por las malas, mi sentido del decoro era muy limitado. Me encantaba observar a la gente en sus momentos más íntimos; me parecía tan divertido, como si fuera un espectáculo exclusivo solo para mí.

Mientras me deslizaba por la parte de abajo del barco revisando la eslora del barco debajo del agua, invisible para todo el mundo, me dediqué a espiar a algunos de los marineros en sus charlas. Observé a un par de ellos hablando de sus sueños de navegación, y otro equipo jugaba a contar historias de monstruos marinos. La risa y la camaradería eran contagiosas, y yo no podía evitar reírme a carcajadas, aunque ellos no podían verme.

Sin embargo, todo cambió cuando el cielo se oscureció un poco, y el oleaje del mar comenzó a tomar un ritmo más frenético. Mis instintos me decían que algo no estaba bien. Decidí salir de mi escondite debajo del casco del barco y acercarme a la superficie. Fue entonces cuando vi las sombras moverse bajo el agua: ¡bestias marinas! Eran enormes criaturas con escamas brillantes y dientes afilados como espadas. Yo sabía que no estaban simplemente de paso, claramente algo les había perturbado en sus territorios y se habían visto obligados a acercarse tanto a la civilización para buscar comida.

Pensé un momento mientras me mordía el labio inferior. Tenía que actuar rápido. Mis compañeros humanos en el puerto no sabían nada de este nuevo peligro que se avecinaba, y yo tenía que protegerlos. Confié en mis habilidades gyojin, si había algo que sabía hacer bien era nadar. Y si había algo en lo que estaba muy especializada en mi forma de pólipo, era en hacer ruido, molestar y despistar a cualquier criatura que se acercara.

Mientras las bestias merodeaban, me acerqué con cautela, tratando de no hacer muchas vibraciones. Al estar en mi hábitat, me sentía muy cómoda. Apreté mis manos, o más bien, mis manos y mis tentáculos,  y me preparé para lo que vendría. Como no me habían descubierto todavía aproveché mi color azulado para desplazarme rápidamente hacia el fondo marino y ocultarme detrás de una roca, y entonces, cuando creí que estaban a la distancia perfecta, me dejé llevar por mi instinto travieso y les tendí una emboscada.

Con un movimiento rápido, creé una serie de enormes burbujas de aire que subieron rápidamente a la superficie. El espectáculo imprevisto de burbujas sorprendió a las bestias, y en un instante, vi sus escamas relucir al reflejar la luz del sol. Se espantaron, nadando rápidamente hacia atrás, confundidas. Pero no iba a dejar que se escaparan tan fácilmente. Necesitaba hacerles un espectáculo que jamás olvidarían.

Mientras seguían retrocediendo, utilicé mi habilidad de controlar el agua a mi alrededor. Aprovechando su confusión formé un pequeño  torbellino marino y lo dirigí a sus cabezas consiguiendo retenerlas en su posición  brevemente. El agua giraba en un danza espectacular alrededor de ellas, mientras yo me movía velozmente en su interior, como si fuera un borrón en medio de un torbellino,, armando un festival de burbujas dirigidos sobre sus cabezas, picándoles e irritándoles la cara para evitar que se acercaran al puerto. Aunque todo hay que admitir, alguna que otra burbuja fueron a parar y estallar directamente a los ojos de la criatura. No les haría ningún daño, sólo las molestaría, pero siendo una criatura enorme sin brazos que te piquen los ojos sin poder rascarte puede ser un gran calvario.

Si los marineros miraban hacia el mar, verían un espectáculo que no podían imaginar, pero estaban muy ocupados y el barco de la Marina era tan grande que eclipsaba toda la acción que pasaba a menos de 50 metros del puerto.

Con cada giro y remolino que creaba, las criaturas se iban alejando cada vez más. Me dio un poco de pena pensar que quizás solo estaban buscando un bocado, pero mi cariño por los marineros del puerto y por mi propia vida superaba cualquier lástima que pudiera sentir. Además, cada vez que las bestias intentaban volver, el espectáculo de luces y burbujas parecía hacerlas dudar. ¡Genial!

Finalmente, con un último esfuerzo, hice que el torbellino se volviera más fuerte, atrayendo a las bestias hacia un camino de regreso en lugar de proseguir hacia el puerto. Rebalsando energía, recordé algunas historias que había escuchado sobre criaturas que podrían ser controladas por el ritmo del mar. Tal vez tenía un poco de razón cuando se trataba de la marea.

Al final, las bestias cansadas por la situación y viendo que no iban a conseguir nada se retiraron, ve como no las deseaba en el puerto. Nadé hacia la superficie, sonriendo mientras las pequeñas olas acariciaban mi rostro. Los marineros ni se habían inmutado del espectáculo que había montado bajo el agua, sin ser conscientes del peligro que podía haber conllevado un ataque así.

-¿Qué te retuvo tanto tiempo allá abajo recluta? -Preguntó mi supervisor al poco de verme salir del agua-

- Aproveché la inspección para hacer un poco de limpieza debajo del barco para evitar futuros problemas, señor -Mentí mientras hacía el saludo marcial, aunque técnicamente no era mentira del todo-

Así fue como, en mis primeros días en la Marina, defendí el puerto sin que nadie sopesara realmente la importancia de lo que había hecho, y aunque estaba orgullosa de mis actos, al no tener pruebas de mis acciones no valía la pena comentárselo a nadie. Total, con el aspecto de una niña de 12 años quien va a creer una historia como esa.

Regularmente me preguntaba cómo sería la vida más allá de las olas. Los terravivientes, así llamaba a los habitantes de la superficie, y gyojins eran un poco diferentes, al menos en ese puerto y por mi experiencia, juntos formamos una comunidad y nos esforzamos para que a todos nos vaya lo mejor posible..

Aunque mis días en la Marina solo estaban comenzando, sabía que siempre habría algo más que descubrir, alguien más que observar, y mientras estuviera en esta fase, muchas más travesuras que realizar. ¡Después de todo, cada día significaba estar más cerca de cumplir su sueño!
#1
Moderador Bon Clay
OKAMA WAY
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#2


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