Aku
Señor de las tinieblas
02-02-2025, 01:35 AM
Muchas historias circulan estos días por el East Blue, algunas de ellas labran la historia de los nuevos piratas y marines que forjaron su leyenda en estos días, pero existen otras, que si bien parecen leyendas, te hacen cuestionar la extraña realidad en la que vivimos, de entre todas ellas, hay algunas que llegan hacerte cuestionar, incluso si no son creíbles, si el mundo en el que vives es tan seguro como realmente crees, y eso que vivimos asediados dia a dia por piratas, criminales y el alzamiento de un gobierno opresor que pretende controlar tu vida.
Una de esas historias es la siguiente:
En las noches más oscuras del pueblo de Rostock, cuando incluso la luna no se quiere asomar en el cielo nocturno, dejando a solas las estrellas vagabundas. Deja evidencia de las defectuosas luces, que fallan fácilmente o son abrumadas en la sombra, solo queda una única luz potente iluminando el lugar, la emitida por su característico Salvador, el Faro de Rostock, la luz más potente de toda la isla de Kilombo, salvando a los barcos de encallar contra las rocas.
Pero hay noches peores, que ni el faro puede salvar, pues cuando la niebla espesa, traída por el inmenso mar, se arrastra por las calles como un espectro silencioso queriendo, de apariencia fantasmagórica, como un ser etéreo que en pena busca eternamente su siguiente víctima, la solemne niebla, significativa y movediza. El tonto con los jueces, entre los tontos un juez. Ni siquiera la luz más fuerte puede atravesar su entrada, y mucho menos las pocas y débiles luces de las farolas que solo consiguen albergar largas sombras, donde uno puede ver cosas que no quiere ver.
La niebla alberga horrores, dicen los más sabios, pero nadie se queja realmente de la niebla, pues: aunque resulte molesta, permite hundirse en ella y sentirse seguro. Y aunque la niebla por sí misma, siendo un mero evento natural ya es protagonista de su propia leyenda urbana, donde puede acabar desapareciendo gente, o aparecen barcos fantasmas en su presencia, o que en su interior solo suceden horrores, no es de la que estamos hablando hoy.
Pues en esta penumbra, en este reino oscuro, la niebla es más densa y pesada de lo normal, pesada y asfixiante, por lo que es capaz de esconder una enorme figura enigmática, de la cual vamos a hablar. El extraño visitante de la sombra que viene a visitar Rostock de noche cerrada.
En esas noches algunos lugareños aseguran haber visto una gigante figura extraña, que se mueve entre las sombras de forma enigmática, siempre envuelto en una larga y gigantesca gabardina oscura y raída por el tiempo, cuyos bordes desgastados rozan el suelo con cada paso, rasgando el silencio con el ruido de la tela arrastrada, como la cortina de una casa abandonada medida al viento, rodeado siempre de este manto permanece ocultando así su verdadera forma y figura debajo de sus pliegues. Sus hombros suelen estar levemente encorvados, como queriendo disimular aún más su figura, o ser menos visible para los demás pese a su tamaño.
Su rostro es un misterio. Bajo el ala ancha de un sombrero de estilo antiguo, hundido sobre la cabeza casi a la fuerza, ocultando casi por completo su rostro, dejando solo ver apenas un par de ojos brillantes que parecen atravesar la penumbra, dos destellos brillantes que parecen perforar la oscuridad con una intensidad inhumana.
Nadie sabe si su piel es pálida o oscura, si su rostro es hermoso o está deformado, porque jamás ha permitido que la luz lo revele por completo. Algunos susurran que no tiene un rostro en absoluto, sino una sombra en perpetuo movimiento. Otros que su piel es tan oscura que se vuelve uno con la oscuridad que lo rodea, haciéndolo solo casi invisible al ojo humano.
Sus manos, a veces visibles desde las mangas de la gabardina, son corpulentas, envueltas en guantes de cuero viejo que ocultan cualquier rastro de humanidad. Se dice que aquellos que han sentido su toque han experimentado un frío que se clava en los huesos, como si estuvieran en presencia de algo que no pertenece del todo a este mundo.
No tiene un nombre conocido. Pero los ancianos del pueblo lo llaman La Sombra del Callejón Perdido de Rostock, un ser que, según la leyenda, aparece sólo ante aquellos que han cometido crímenes, errores irreparables y seguramente irredimibles. Dicen que extraños murmullos guturales y bestiales acompañan su presencia, allí adonde va como si susurrara secretos olvidados entre dientes afilados de una bestia rabiosa.
Nadie sabe de dónde viene ni qué busca, pero los pocos que han cruzado su camino aseguran que no se trata de un simple hombre… sino de un alma atrapada entre este mundo y el siguiente, como un demonio en pena que arrastra a las inocentes almas a su mismo destino cruel, paseando eternamente en una niebla sin fin, buscando a otros a los que maldecir.
Algunos afirman que vigila a los criminales, esperando el momento justo para llevarlos consigo, o que incluso es un terrible criminal de alto wanted buscado por la marina, que se disfraza para ocultar su presencia. Otros creen que es un espíritu errante, buscando algo que perdió hace mucho tiempo, su inocencia, un amor, o el perdón. Pero lo peor de toda esta historia, es que hay quienes juran, que si te detienes a escucharlo atentamente, te contará una verdad oculta, un secreto tan aterrador que jamás volverás a dormir tranquilo el resto de tus días.
Una de esas historias es la siguiente:
En las noches más oscuras del pueblo de Rostock, cuando incluso la luna no se quiere asomar en el cielo nocturno, dejando a solas las estrellas vagabundas. Deja evidencia de las defectuosas luces, que fallan fácilmente o son abrumadas en la sombra, solo queda una única luz potente iluminando el lugar, la emitida por su característico Salvador, el Faro de Rostock, la luz más potente de toda la isla de Kilombo, salvando a los barcos de encallar contra las rocas.
Pero hay noches peores, que ni el faro puede salvar, pues cuando la niebla espesa, traída por el inmenso mar, se arrastra por las calles como un espectro silencioso queriendo, de apariencia fantasmagórica, como un ser etéreo que en pena busca eternamente su siguiente víctima, la solemne niebla, significativa y movediza. El tonto con los jueces, entre los tontos un juez. Ni siquiera la luz más fuerte puede atravesar su entrada, y mucho menos las pocas y débiles luces de las farolas que solo consiguen albergar largas sombras, donde uno puede ver cosas que no quiere ver.
La niebla alberga horrores, dicen los más sabios, pero nadie se queja realmente de la niebla, pues: aunque resulte molesta, permite hundirse en ella y sentirse seguro. Y aunque la niebla por sí misma, siendo un mero evento natural ya es protagonista de su propia leyenda urbana, donde puede acabar desapareciendo gente, o aparecen barcos fantasmas en su presencia, o que en su interior solo suceden horrores, no es de la que estamos hablando hoy.
Pues en esta penumbra, en este reino oscuro, la niebla es más densa y pesada de lo normal, pesada y asfixiante, por lo que es capaz de esconder una enorme figura enigmática, de la cual vamos a hablar. El extraño visitante de la sombra que viene a visitar Rostock de noche cerrada.
En esas noches algunos lugareños aseguran haber visto una gigante figura extraña, que se mueve entre las sombras de forma enigmática, siempre envuelto en una larga y gigantesca gabardina oscura y raída por el tiempo, cuyos bordes desgastados rozan el suelo con cada paso, rasgando el silencio con el ruido de la tela arrastrada, como la cortina de una casa abandonada medida al viento, rodeado siempre de este manto permanece ocultando así su verdadera forma y figura debajo de sus pliegues. Sus hombros suelen estar levemente encorvados, como queriendo disimular aún más su figura, o ser menos visible para los demás pese a su tamaño.
Su rostro es un misterio. Bajo el ala ancha de un sombrero de estilo antiguo, hundido sobre la cabeza casi a la fuerza, ocultando casi por completo su rostro, dejando solo ver apenas un par de ojos brillantes que parecen atravesar la penumbra, dos destellos brillantes que parecen perforar la oscuridad con una intensidad inhumana.
Nadie sabe si su piel es pálida o oscura, si su rostro es hermoso o está deformado, porque jamás ha permitido que la luz lo revele por completo. Algunos susurran que no tiene un rostro en absoluto, sino una sombra en perpetuo movimiento. Otros que su piel es tan oscura que se vuelve uno con la oscuridad que lo rodea, haciéndolo solo casi invisible al ojo humano.
Sus manos, a veces visibles desde las mangas de la gabardina, son corpulentas, envueltas en guantes de cuero viejo que ocultan cualquier rastro de humanidad. Se dice que aquellos que han sentido su toque han experimentado un frío que se clava en los huesos, como si estuvieran en presencia de algo que no pertenece del todo a este mundo.
No tiene un nombre conocido. Pero los ancianos del pueblo lo llaman La Sombra del Callejón Perdido de Rostock, un ser que, según la leyenda, aparece sólo ante aquellos que han cometido crímenes, errores irreparables y seguramente irredimibles. Dicen que extraños murmullos guturales y bestiales acompañan su presencia, allí adonde va como si susurrara secretos olvidados entre dientes afilados de una bestia rabiosa.
Nadie sabe de dónde viene ni qué busca, pero los pocos que han cruzado su camino aseguran que no se trata de un simple hombre… sino de un alma atrapada entre este mundo y el siguiente, como un demonio en pena que arrastra a las inocentes almas a su mismo destino cruel, paseando eternamente en una niebla sin fin, buscando a otros a los que maldecir.
Algunos afirman que vigila a los criminales, esperando el momento justo para llevarlos consigo, o que incluso es un terrible criminal de alto wanted buscado por la marina, que se disfraza para ocultar su presencia. Otros creen que es un espíritu errante, buscando algo que perdió hace mucho tiempo, su inocencia, un amor, o el perdón. Pero lo peor de toda esta historia, es que hay quienes juran, que si te detienes a escucharlo atentamente, te contará una verdad oculta, un secreto tan aterrador que jamás volverás a dormir tranquilo el resto de tus días.
-Que extraño es vagar por la niebla, ningún hombre conoce a otro.
-Dios, cuando no sabe qué hacer con nosotros, nos mata…
-Ustedes no saben lo que será su vida mañana. Por que son una neblina que aparece por un poco de tiempo, y luego… desaparece.
-La verdad es una antorcha que luce entre la niebla, sin disiparla jamás.
Aunque posiblemente la leyenda o mito, esté exagerado, toda leyenda tiene en base una verdad, y nunca lo olvides: Si alguna vez caminas por un callejón solitario y sientes que alguien te observa desde las sombras, no mires atrás. Apresura el paso y no pronuncies su nombre. Porque si lo haces… podrías descubrir que, en realidad, nunca estuviste solo, más allá de la neblina solo hay una niebla más profunda y oscura.