Alguien dijo una vez...
Monkey D. Luffy
Digamos que hay un pedazo de carne. Los piratas tendrían un banquete y se lo comerían, pero los héroes lo compartirían con otras personas. ¡Yo quiero toda la carne!
[Diario] [Diario-auto narrado] Historia de un inicio
Gretta
La Devoramundos
Día 83 de verano del año 699
Gretta estaba en su celda del barco como siempre, una celda de grandes dimensiones en la que no había nada más que un poco de paja que usaba de cama y un cubo con agua, no había conocido otra cosa y había hecho de eso su vida como podía, pero llevaba unos días que se inquietaba y se ponía mas nerviosa de lo normal conforme pasaba la semana, como si se acercase algo malo, no sabía bien porqué ya que creía que al final se acostumbraría al hambre y al sufrimiento físico, pero eso eran ilusiones, esperanzas banales, el mundo no le daba el lujo de morirse, ni siquiera sobre su muerte tenía decisión, y lo había intentado, la celda, el cubo, la paja y una rata sabían que lo había intentado, pero siempre había alguien que la detenía o que la devolvía a la vida en el último momento.                                                                                                                                                                 

La rata era la que hacía que aguantase la soledad ya que estaba en su celda desde hacía años, casi los mismos que ella llevaba allí, hablaba siempre con ella, la rata con el tiempo parecía que hasta la entendía y se pasaban horas haciendo trucos, incluso alguna vez le traía comida que el pequeño roedor robaba de la cocina del barco, no era mucho, pero eso había hecho que Greta pasase la depresión de una forma un poco más llevadera, aunque los años empezaban a pesar ya una barbaridad.                                                                                                             

La secuestraron de los brazos de sus padres hará ya 15 años, lo sabía porque siempre se lo recordaban sus captores, cada vez que pasaba un año de su secuestro entraban donde la tuviesen y le hacían algo una vez por cada año que tenía, al principio eran pequeñas agresiones, con el tiempo, pasaron a palizas y estos últimos años habían sido violaciones.                                                                                                                                                      

Escucho unas voces, seguidas de unas risas -¿20 ya? hoy va a ser una noche movidita, algunos van a repetir incluso- jajajaja- entonces supo porque llevaba unos días mala y sin ganas, su cuerpo la estaba avisando, ella no sabía como medir el tiempo, había días que ni siquiera veía el sol, pero su instinto como el reloj biológico de cualquier otro ser vivo había encontrado un patrón fijo. La llegada de la comida, el agua y las visitas eran inciertos ya que había días que tenía y días que no, pero había un día al año a lo largo de 15 años que pasara lo que pasara siempre se repetía y su cuerpo había aprendido a calcularlo. Se puso muy tensa, no tenía fuerzas para esto, ni siquiera tenía la suficiente agua en el cuerpo para llorar, asique se fue a un rincón a esperar su destino.                  

Con la luz de antorchas llegaron las primeras siluetas, no sabía decir cuantas porque no sabía contar pero eran bastantes, todas de diferentes alturas, aunque para ella todas eran pequeñas, se arrinconó aun más, a los ojos de la rata que miraba desde una rendija en la madera, la escena era a todas luces contradictoria, una decena de hombres, que entre todos no equiparaban el peso de la bestia arrinconaban a un jabalí de más de cinco metros que se hacía un ovillo temerosa en una esquina de la pared -Venga Cerda que no te vamos a hacer nada, ven puerquita sal oink oink- dijo el primero de ellos, lo llamaban Fred no era el jefe pero era el más cabrón de todos, era el que se encargaba todos los días de su cuidado y aprovechaba siempre para pegarle, el jefe entraba siempre el último cuando los demás ya no estaban, para poder explayarse lo que le diese la gana.                          

-O vienes o ya sabes lo que hay- dijo mientras hacía un estallido en el suelo con un látigo, ante el impacto Gretta se movió por instinto hacia el lecho de paja, como un animal de circo, Fred se bajó los pantalones y después de él, otro, y lo que siguió fueron unas horas de sufrimiento, dolor y vejación, Gretta solo miraba hacia arriba y dejaba el cuerpo como un muerto, pasaron 19 en total, cuando hubieron acabado, salieron y entró el jefe.              

Prest era un hombre muy mayor y se jartaba de ser un hombre duro y bromista, entró con una bandeja enorme de comida recién hecha, no era la primera vez, todos los años lo hacía -Mira cerdita son tus papás, han venido a felicitarte- levantó la tapa, y se vislumbraron dos cerdos asados muy grandes con manzanas en la boca -Adelante, ya sabes que no hay que hacer esperar a los invitados- dijo con una sonrisa, ofreciéndole a los cerdos para comer, Gretta rompió a llorar, sacando líquido de dónde no había pero algo sucedió -AGHHHHHHH- gritó Prest de dolor, agarrándose el pie, Gretta se asustó y pudo ver como la rata le estaba mordiendo a Prest, había ido por detrás de el y ahora este estaba luchando por deshacerse de ella, la rata acabó lanzada de un patadón e iba camino de su rendija para salvarse cuando se escucho un -BUM!- la estancia se llenó de olor a pólvora y cuando se desvaneció el humo, Prest blandía un trabuco que aun tenía la boca roja y en la dirección que apuntaba yacía la rata reventada en mil pedazos a escasos centímetros de su rendija, apunto de salvarse.              
 
El ambiente de repente se volvió oscuro, una presencia densifico el aire y cuando Prest se giró a ver a Gretta, esta estaba de pie frente a el con un aura oscura a su alrededor, erguida totalmente con sus más de cinco metros su cabeza tocaba el techo teniendo que agacharse y aunque estaba muy delgada su presencia llenaba la sala como si fuese una montaña, Prest sintió el miedo por primera vez en mucho tiempo y no era para menos, Gretta lo cogió por los hombros y lo levantó como si nada, Prest le apuntó con el trabuco como pudo y disparó, el impacto le abrió un boquete al monstruo en el hombro, pero este ni se inmutó, -otro dolorr, otra herrida, nunca más, ninguna más- dijo Gretta mientras partía por la mitad al hombre y salía de la celda, arramblando con la puerta y arrastrando con las manos las dos partes de Prest.                                                                                          

Cuando la tripulación notó las vibraciones de los pasos y vio subir por las escaleras a Gretta con los trozos de su jefe chorreando sangre, se quedaron inmóviles. La escena era terrorífica y para cuando quisieron reaccionar, Gretta había reventado contra al suelo a uno de ellos con el tronco superior de Prest, todo explotó en sangre, miembros y vísceras. En el mar se escucharon disparos y gritos todo lo que quedaba de noche, rincón por rincón y camarote por camarote Gretta busco a cada uno, cuando saló el sol no se escuchaba ya nada y la escena a la que dio luz era una autentica salvajada, el barcos estaba lleno de sangre y trozos de personas, Gretta estaba en medio de todo sentada, sujetando un cuerpo decapitado que aun portaba un látigo mientras se comía la cabeza de Fred.                                                                                                                                                                                 

Ahora tocaba la libertad y eso la asustaba, pero jamás volvería a pasar este miedo.
#1
Gretta
La Devoramundos
Pasaron dos días y Gretta no se había movido de su sitio, estaba herida por mil sitio y sostenía unos huesos pelados, aun no comprendía que había pasado ni porqué pero no sentía dolor y por primera vez en mucho tiempo estaba tranquila, estaba feliz. Y era raro teniendo en cuenta que estaba rodeada de cadáveres, la imagen era dantesca, cualquier ser que lo viese se aterrorizaría, pero a ella le daba igual, no sentía asco ni se preguntaba si esto sería raro, no podía hacerlo porque no tenía con que compararlo, toda su vida en una celda la hacían una total inculta en lo que a ser normal se refería, no sabía como relacionarse o comportarse, tampoco ni hablar casi y por supuesto no sabía sumar, leer ni escribir, asique las emociones que debía tener no las tenía ni le importaba.    

Al final se animó a levantarse porque el estómago le rugía, fue en busca de sustento al almacén y vio tal cantidad de comida que se desmayó, tardó en recuperarse un momento y rápidamente empezó a comer sin control, sin pensar en lo que había ocurrido hace dos días, sin pensar en su pasado, sin pensar en que haría si la comida se acababa y seguía en el mar, sin pensar en nada.                                                                                                              

A la semana no quedaba comida normal en el barco, se había fundido la comida de una tripulación de unos 20 hombres en unos días, asique tuvo que recurrir a los cadáveres, pronto comprendió que el fuego mejoraba las cosas, sobre todo si estas estaban podridas, no se preocupaba de por dónde la llevaba el barco, si es que la llevaba a algún lado. Porque tampoco sabía manejarlo y si algo había aprendido todo aquel tiempo encerrada, era a no preocuparse por cosas que no podía controlar. Pasó otra semana y los cadáveres también se acabaron, entonces un temor le recorrió el cuerpo, en estas dos semanas no había tenido otra preocupación salvo de que parte se comía ahora y que parte dejaba para después, pero ahora si no llegaba a tierra no tendría que comer.      

La noche siguiente una tormenta restalló en el horizonte, el sonido le recordó a un látigo chispando y fue corriendo a su celda a refugiarse, de repente se quedó paralizada en la puerta, no había vuelto a pasar por ese sitio desde lo ocurrido y al ver los trozos de su amiga la rata ya podridos esparcidos por el suelo, sus recuerdos entraron en su mente como un huracán, todo lo vivido hasta entonces volvía para atormentarla, habían sido dos semanas buenas, pero el mundo le volvía a recordar quien era. Pasó un rato largo hasta que pudo recomponerse y salió corriendo de la habitación hacia la cubierta, cuando llegó arriba la tormenta ya estaba encima del barco y lo zarandeaba de un lado a otro, Gretta se aferraba a lo que podía, barriles, mástiles, suelo, pero al final una ola enorme acabo partiendo el barco por la mitad y ella salió despedida al océano agarrada a un trozo de madera enorme que había sido parte del suelo de la cubierta.                                                                                                     

Se despertó con un sol potente quemándole la cara y por instinto se dio la vuelta y se percató de que estaba sobre arena, hacía mucho que no pisaba tierra, normalmente solo la dejaban bajar una o dos veces al año y era para intentar venderla, en cuanto la rechazaban la volvían a subir. Se rebozó en la arena pero no le gustó nada el tacto en la piel y por puro malestar se bañó, pero tampoco le gustó el tacto que le dejaba la sal asique busco otro refugió, al girarse vio que un enorme bosque daba acceso a la playa asique se adentró por el.                                  

El tacto de las hojas, arbustos y arboles rozándola le gustó y disfrutó un momento de respirar aire fresco hasta que su estomago rugió y su nariz comenzó a hacer unos movimientos extraños, estaba olfateando algo, un olor la atraía como por arte de magia y lo siguió, acabó dando con una planta enorme de unos 4 metros con forma de jarrón, el olor venía de dentro, la flor era grande pero no tanto como ella, asique se asomó al jarrón y pudo ver que estaba lleno de un líquido viscoso y el olor venía de ese líquido, metió un brazo para coger un poco y probarlo cuando la planta se cerró sobre este haciéndole bastante daño -AHHHH- gritó Gretta mientras arrancaba la tapa que la aferraba con su otro brazo y se liberaraba del yugo, la planta se retorció y se desplomó al suelo, dejando caer el líquido de su interior y algo más, cuando miró bien vio huesos de diferentes tamaños pero no le importó, se tragó el líquido comprobando que era de un olor dulce pero de un sabor ácido, lo que la dejó con mal sabor de boca pero con el estomago algo más calmado.                                                                                                              

Siguió vagando hasta que dio con unos gruñidos -OUNGH OUNGH- escuchaba Gretta y se acercó a ver de donde provenían, al pasar unos arbustos grandes, vio como unos animales de grandes dimensiones estaban restregándose en un charco de tierra húmeda y la estaban mirando, no hicieron mención de huir, a Gretta e vinieron las decenas de veces que había visto a esos animales por su cumpleaños, eran una familia de jabalíes, dos adultos y ocho crías, todos rezongando en el barro, Gretta se permitió llorar por primera vez desde lo ocurrido y cayó de rodillas al suelo con las manos en la cara, los animales se asustaron un poco por la reacción pero no huyeron, una cría acabó acercándosele y le olfateó la cabeza -oungh oungh- Gretta abrió las manos y vio a la pequeña criatura a escasos centímetros de su cara olfateándola y al final intentó tocarla, la cría se asustó al principio pero como si fuese por magia se dejó tocar y al momento se fue a la charca mirando a Gretta antes de entrar -oungh oungh- parecía que la estaba invitando a entrar y al final Gretta hizo caso, la familia se echó hacia un lado cuando entró y la sensación fue gloriosa.                                                                                                            

Abrió los ojos sin saber dónde estaba, al final recordó a la familia de jabalíes, pero no estaban, había estado dormida 2 días en aquella charca pero eso no lo sabía, tenía hambre asique salió de la charca y siguió a su olfato una vez más.
#2
Gretta
La Devoramundos
Tenía una capa de barro encima y se sentía en calma y protegida con ella puesta, como si la arropase el propio mundo, ese mundo que no había hecho más que darle palos, ahora parecía que la abrazaba, y eso le pareció raro, siguió a su hocico un rato hasta que dio con un arbusto enorme, casi más grande que ella, repleto de bayas, la familia de jabalí se encontraba allí, habían esquilmado la zona a la que podían llegar y ahora los dos padre y siete de las crías estaban tumbados juntos haciendo la digestión, una de las crías, la más pequeña seguía dándole vueltas al árbol, Gretta se fijó y vio que era la misma que se le había acercado hace dos días, era mas pequeña que el resto y eso la había dejado con menos posibilidades de comer del arbusto, parecía hambrienta, el jabato la miró y luego miró al arbusto -oungh oungh- hizo el pequeño ser con el sonido de su nariz, como pidiéndole ayuda para comer a Gretta.                                                                                                                                                            

Gretta se acercó al arbusto y lo sacudió con violencia, haciendo que cayesen casi todo el resto de las bayas que quedaban por la parte media y superior, había muchísima comida y la cría no sabía ni por donde empezar, pronto tuvo que decidirse rápido ya que su familia se levantó al ver el festín, corriendo de nuevo a ponerse las botas, Gretta hizo lo mismo que ellos y entre todos se dieron un banquete, a cuatro patas comiendo podría parecer parte de la piara si fuese un poco más pequeña, los animales en esa isla eran de un tamaño superior al de las islas normales, pero aun así en cambio parecía un jabalí hipertrofiado al que le habían inyectado muchos anabolizantes. Mientras comía con ellos, los jabalíes la trataban como una más, e incluso se atrevían a pelear con ella por una baya que estaba más cerca de un morro que de otro, pero no había violencia solo instinto.                   

Cuando hubieron acabado con todas las bayas, Gretta se tumbó y para su asombro el jabalí pequeño se apoyó a su lado, cerró los ojos otra vez para descansar y cuando los abrió, toda la familia estaba al rededor suya tumbada. No se acordaba del último abrazo que había recibido, ella suponía que sus padre le habían dado alguno alguna vez, pero era imposible para ella acordarse, era muy pequeña cuando la raptaron, asique este gesto le llenó el alma y se acordaría toda su vida, sentía una conexión con esos animales y parecía ser recíproco, porque salvo algún movimiento brusco que hiciese no se asustaban de ella y parecía que la habían acogido, al final el que parecía ser el padre se levantó haciendo un sonido -oungh oungh- y al instante el resto le contestaron -oungh oungh- Gretta también lo hizo -Oungh Oungh- el sonido le salió solo, como si fuese una habilidad que siempre hubiese tenido, y al hacerlo la familia la miró y le contestaron -oungh oungh- como saludándola en su idioma, el padre comenzó a andar y todos le siguieron, Gretta se quedó en su sitio sin saber que hacer, entonces el pequeño se giro como esperándola y Gretta se decidió, "era hora de tener una familia" se dijo, se levantó y comenzó a seguirlos.                                                                                                                                                           

Pasaron los días y con estos las semanas y los meses, no sabía cuanto tiempo llevaba así, pero le daba igual, era feliz, los días habían consistido en seguir al padre por la isla en busca de comida, y siempre acababa encontrándola, si había algún animal herbívoro en la zona de comida a dónde se llegaban, estos huían al ver a Gretta, y entre comida y comida se paraban en unas zonas preparadas que ellos solían usar habitualmente como charcas de barro, lo sabía por las marcas de colmillos en el suelo de otras veces, que se encontraba Gretta, ella había aprendido a hacer charcas también al fin y al cabo, tenían que hacerlas el doble de grandes. En aquellos días durante los viajes, la familia se había acostumbrado totalmente a su presencia, cuando se tumbaba, las crías jugaban a saltar sobre su cuerpo, antes lo hacían sobre sus padres, pero antes los bufidos de estos habían aprendido que sobre Gretta era mejor, ya que esta no se quejaba, es más, le encantaba. Los carnívoros por ahora ni se acercaban a la familia, Gretta no se había fijado en eso, pero aquello no era normal, Gretta estaba manteniendo a la fauna a raya con su presencia.                                                                                                              

Una noche cerrada se escuchó un estruendo "BUM" todos se pusieron alerta, otro "BUM" la familia seguía inmóvil, con los jabatos pegados al suelo como camuflándose con el terreno "BUM" este último estallido sonó muy cerca y Gretta identificó el sonido, ya lo había escuchado más veces, eran disparos -Humanos- dijo Gretta, no había hablado en dos meses y le pareció hasta raro, no solo a ella, la familia de jabalíes la miraron como extrañados "BUM" este disparo fue a unas decenas de metros, de repente la maleza y el suelo temblaron con decenas de pisadas y carreras, y muchos animales salieron al claro dónde ellos estaban, corriendo en todas direcciones, huían de algo, Gretta miró y se podían ver sombras en el bosque provocadas por antorchas -Por aquí!, vamos chicos!- se disntiguió una voz en la noche y se acercaban a esa dirección, un ciervo descomunal que huía despavorido se estrelló contra ella, haciéndola tambalear, cuando se recompuso buscó a la familia entre el alboroto y pudo ver como también corrían mas o menos en la misma dirección, salvo el pequeño, este no veía entre tanto alboroto y estaba corriendo en otra distinta, decidió salir tras el, ella era más grande, le seguía el ritmo, pero no podía garrarlo, era impresionantemente esquivo y más para un tamaño como el de Gretta.                 

Corrió por la maleza bajo la noche tras el pobre jabato asustado durante bastante rato, los disparos se escuchaban detrás, pero estos se alejaban en otra dirección, al final el jabato se tranquilizó y paró de correr, asustado fue junto a Gretta, que estaba apunto de vomitar del esfuerzo, no se había dado cuenta pero estos dos meses había casi doblado su peso, no era difícil ya que venía de estar muy delgada, pero eso había hecho mella en su agilidad y agotamiento. -oungh oungh- gruñó el pequeño jabato asustado, mirando en dirección de dónde venían, Gretta lo entendió, se dio un momento para recuperarse, agarró al jabato y emprendió el camino de vuelta, los disparos no se escuchaban ya desde hacia una hora y pensó que todo había acabado.                            

Cuando llegó al claro donde se habían separado, había una infinidad de huellas de animales en todas direcciones a las que se sumaban huellas de botas, en ese momento se asustó "¿y si les ha pasado algo?" pensó Gretta -oungh oungh- soltó el jabato, pareciendo decir lo mismo que esta estaba pensando ella, sacudió la cabeza y olfateó hasta encontrar el olor de la familia, llevaba mucho con ellos y al final pudo distinguirlo entre los demás olores, lo siguió.                                                                                                                                                                    

Durante un buen rato siguió el olor por el bosque, hasta que los llevó fuera de el, hacia la costa, nunca había ido hasta allí con la familia de jabalíes en estos meses, y le pareció raro, entonces vio una gran luz en el horizonte, cuando se acerco un poco más desde arriba de un saliente, que daba a la playa, vio una hoguera enorme y decenas de otras luces provenientes de antorchas que estaban alrededor, había un campamento humano, un barco atracado en la playa, decenas de tiendas de campaña en la arena alrededor de la hoguera y un montón de jaulas apiladas, como las que la atraparon hace 20 años.
#3
Gretta
La Devoramundos
Al ver las jaulas, a Gretta le vinieron los recuerdos otra vez, no hacía mucho que ella estuvo en una de esas enjaulada, y ahora podía ver desde su sitio, que tenían muchos animales en su misma situación, se escuchaban rugidos y lamentos de criaturas provenientes de ese sitio, seguramente la familia de jabalíes estuviera allí. No le quedaba otra, tenía que sacarlos, pero primero tenía que dejar a la cría en un sitio seguro, sin bajarala de sus brazos, se la llevó lejos hasta que estuvo dentro del bosque otra vez, y la soltó. -OUNGH OUNGH- le dijo Gretta al pequeño jabalí señalando con el hocico una pequeña cueva, el jabato miró pero no hizo caso, Gretta lo cogió, lo dejó dentro y salió. -oungh oungh- dijo el jabato como cabizbajo saliendo de la cueva detrás de ella. Gretta no podría entrar al campamento con el, le pasaría algo seguro, le dio vueltas y al final no le quedó mas remedio, tendría que encerrarlo, odiaba la idea de hacerle algo parecido a lo que le hicieron a ella, pero era por su seguridad, agarró muchas bayas, las tiró dentro de la cueva y cuando el jabato fue tras ellas, Gretta cerró la cueva con un gran pedrusco, al momento se escucharon los lamentos del jabato intentando salir, Gretta muy triste apoyó la mano en la piedra de la puerta y resopló, antes de irse.

Hizo el camino de vuelta por la selva hacia la playa, cuando llegó, trazó algo parecido a un plan, pensó en llamar la atención de los hombres con ruido mientras ella abría las jaulas, asique lo puso en marcha, arrancó un árbol del suelo y lo arrojó lo más fuerte que pudo al lado opuesto del campamento de dónde ella se encontraba, el árbol voló muchos metros y se estampó contra una de las tiendas del otro extremo, en seguida se armó un revuelo y hombres y voces se alzaron en la noche.  

-¿Que ha sido eso?
-Un árbol ha destrozado la tienda de Wil, espero que no esté dentro 
-Dad la alarma, id a mirar como ha llegado eso hasta aquí

Gretta aprovechó el revuelo y se dirigió a las jaulas, buscó entre ellas a la familia de jabalís, pero no estaban, había todo tipo de animales, algunos que nunca había visto, pero los que ella quería no estaban, cuando las revisó todas, se extrañó, el olor le había llevado hasta allí, aunque ahora no los olía, puede que hubiesen escapado, entonces se permitió alegrarse. Empezó a abrir las jaulas destrozando las cerraduras, los animales por miedo, solo salían cuando ella pasaba a la siguiente jaula, grandes, pequeños, con plumas o con pelo, con colmillos o con garras, todos fueron liberados y salieron corriendo como una estampida por el campamento, en dirección a la jungla, los hombres no sabían que hacer, todo les pilló por sorpresa, los más rápidos fueron a por sus armas y los pobres que habían sido lentos eran arramblados o pisoteados por la marabunta, Gretta fue detrás de ellos.

Entonces lo vio, se paró en seco, no había podido ver la hoguera de cerca, pero ahora que estaba pasando por el centro del campamento lo vio, siete cadáveres trinchados en palos abiertos en canal, dos de ellos grandes y 5 pequeños, casi todos hueso ya, pero alguno aun tenía la carne pegada, eran la familia de jabalíes, Gretta se acercó lentamente a ellos, ajena a todo el revuelo que ocurría a su alrededor, no había ruido ni color en el mundo que ahora veían sus ojos, era todo tristeza, se permitió tocar los huesos, como acariciándolos, totalmente perdida.

"BUM" un disparo le acertó en la espalda, desde aquella fatídica noche en el barco que no sentía aquel dolor punzante, se giró para ver que lo había provocado, un hombre le apuntaba con un rifle que aun echaba humo. 

-Aquí! corred! lo he encontrado! he encontrado al monstruo!- gritó al resto de compañeros, buscando que acudieran para abatir a la bestia.

"¿Monstruo yo?" pensó Gretta, el dolor del disparo le dolía, pero aun le dolía más que el mundo había vuelto a arrebatarle la felicidad, entonces viendo al hombre allí, imaginándoselo hace escasos momentos comiéndose a su nueva familia, lo entendió, el mundo no era el malo, durante este tiempo había sido feliz, los jabalíes no le habían hecho nada, eran estos seres los que le habían jodido toda la vida una y otra vez, en los dos momentos que había tenido una vida, estos malditos seres venían a arrebatársela, como la historia del coco que le contaban de pequeña, un ser malvado que te raptaba mientras dormías, entonces se acordó de aquellas palabras que dijo una vez en alto, "Nunca más, ninguna más" y lo iba a cumplir. 

Miró a los ojos al hombre.

-Después de esta noche, yo seré vuestro COCO- dijo Gretta yendo a por el hombre que sostenía el rifle. 

Cuando amaneció, la escena era la misma que la de aquella noche en el barco, salvo por que no había cadáveres tirados ni partes desmembradas, esta vez no, el campamento estaba destrozado y había mucha sangre, todos los hombres que logró capturar del campamento habían sido trinchados vivos encima de las brasas de la gran hoguera como espetos, algún desgraciado que aun seguía vivo, gritaba de dolor, mientras se asaba lentamente. 

Gretta estaba en el suelo inconsciente, perdiendo sangre a borbotones por decenas de agujeros que tenía por su cuerpo, cuando de repente el suelo empezó a temblar al ritmo de unas pisadas, y una sombra acabó cubriendo el cuerpo de Gretta, una mano enorme la agarró y la arrastró de nuevo al bosque.
#4


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