Forajido
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Rocket Raccoon
Rocket
10-02-2025, 04:38 AM
Eché un vistazo de reojo a los papeles que Asra le había pasado a mi capitán, Lobo. No eran perfectos, digo, cualquiera con dos neuronas y media podría notar que algo no cuadraba si miraba lo suficiente, pero la hermosa sirena se había esforzado en hacerlos lo bastante decentes como para engañar a cualquiera que no tuviera la nariz metida hasta el fondo en el papeleo. Y eso era lo importante, porque mi jefe tenía la intención de meterse de cabeza en las entrañas de la Marina, olfatear su interior y, por qué no, montar un espectáculo de esos que hacen historia. Porque claro, si algo define al Sindicato, es el puro estilo… aunque, seamos realistas, ninguno lo lleva con tanta gracia y desparpajo como Lobo. Es un arte, y el condenado lo domina mejor que nadie.
-Bah, las fábulas son solo mentiras con marketing y algunas se usan solo para asustar a los niños y que no salgan lejos de casa, ya que más que fantasmas y esas cosas, lo que si es verdad es que fuera hay muchos bandidos y bestias peligrosas. Joder eh-. Me encogí de hombros, cruzándome de brazos. -Pero, eh, si hay algo por ahí afuera que pueda arrancarnos la cabeza, pues si es mejor que intentemos evitarlo y no ir como pendejos a que nos corten la cabeza. Así que acepto tu idea Asra. Joder eh- No es que me asusten unos árboles y un par de cuentos de terror, pero tampoco es que me emocione la idea de meterme en un bosque desconocido sin un buen motivo. Aunque, siendo honestos, si el motivo es lo suficientemente caótico… quién sabe.
Recibi de agrado el par de documentos que me había facilitado. Solté una risita corta y le di un par de golpecitos al papel con los dedos. -Nah, está bien. Buen trabajo. Ya veremos qué tan bien aguantan cuando alguien empiece a hacer preguntas incómodas. O cuando todo explote. Lo que pase primero. Joder eh- Le guiñé un ojo con complicidad antes de guardar los documentos en su sitio. -Pues nada, te seguimos. Joder eh-
Me sacudí un poco la nieve del pelaje antes de entrar en la taberna, olfateando el aire en cuanto cruzamos la puerta. El aroma a comida caliente y especias casi me hizo olvidar que estábamos en una helada maldita. Casi. -Bueno, esto no está nada mal, joder eh.- Murmuré, frotándome las manos para entrar en calor mientras echaba un vistazo al lugar.
El ambiente era animado, con marineros duros como troncos y mujeres que no parecían del tipo que necesita que le sostengan la puerta. Me gustaba. Nadie aquí tenía pinta de preocuparse demasiado por la moralidad, lo que significaba que probablemente podríamos hablar sin que nadie metiera demasiado la nariz.
Nos acomodamos en una mesa cerca de un brasero más pequeño pero acogedor, y antes de que pudiera decir algo, Asradi ya estaba pidiendo una ronda de hidromiel. -Jah, ni Lemon era tan rápido pidiendo alcohol, me gusta cómo piensas. A probar esta cosa, por el nombre parece dulce... joder eh.- Le dije con una media sonrisa, apoyándome en la mesa con los brazos cruzados. -Ahora dime que también sirven algo que no sea pescado seco y empezaré a pensar que este congelador tiene futuro. Joder eh.- Pasé la mirada por el resto del lugar, atento a cualquier cosa interesante… o sospechosa. Nunca estaba de más asegurarse de que no había ojos indeseados antes de entrar en detalles.
Forajido
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Lobo Jackson
Moonwalker
10-02-2025, 02:50 PM
En silencio, el oficial de la Armada Revolucionaria observó el amistoso encuentro entre la bella Asradi y los miembros de El Sindicato. Pocas eran las veces en las que Jackson permitía que el foco principal del escenario iluminase a otra persona, pero un importante cometido recaía sobre sus hombros, uno que estaba por encima de su deseo de ser el centro de atención.
¿De qué responsabilidad se trataba? Pronto se lo haría saber a sus camaradas. Y qué mejor lugar para hacerlo que acobijados de la nieve y las ventiscas, alrededor de una gran mesa de madera sobre la que reposaban varias jarras de hidromiel. Donde el gratificante calor de la hoguera les permitía desprenderse de las pesadas capas de abrigo, que habían quedado blanqueados por la nevada imperecedera del exterior.
- Le haré un abrigo a Rocket. - Pensó el mink, mirando al mapache de arriba a abajo a la vez que calculaba sus medidas a ojo de buen cubero. - Imagino que uno tamaño infantil podría valer. -
El servicio de la taberna no tardó en brindarles las bebidas. Lobo Jackson se sorprendió de ver cómo una gran mujer de generoso busto, enfundado en un vestido típico del norte, traía cuatro grandes jarras llenas de hidromiel. Aunque para el caso bien podrían haber sido cubetas para achicar el agua de un barco, pues su tamaño era descomunal.
¿Era así como se divertían en el North Blue? Desde luego, la última vez que había visto un recipiente para beber tan grande, había sido durante su pequeño encuentro con aquel gigantesco gyojin tiburón en el Baratie.
Después de tomar la jarra con las dos manos y probar el fruto de la dulce fermentación de la miel, disfrutando de aquel sabor tan peculiar, el mink se dirigió hacia JoJo, su compañero de aventuras en las islas más tropicales del East Blue.
- JoJo, ¿tú crees en los fantasmas-gara? - Preguntó con ánimo al solarian de llama dorada. - Cuando veníamos de camino, tanto Rocket como yo pasamos junto a un bosque muy curioso-gara. Nuestra querida camarada de las profundidades afirma que son almas que tratan de atraernos-gara, utilizando su encantador brillo igual que un rape se emplea de su lucecita para atraer a los desprevenidos peces-gara. -
- Rocket está seguro de que no son más que reflejos de la aurora boreal-gara. - El mink gesticulaba con sus manos, haciendo gestos para enfatizar cada palabra, como moverlas por encima de su cabeza al decir "boreal". - Y Asradi dice que son fantasmas-gara. ¿Pero yo? Yo opino que todo lo que puede sentir, también puede apreciar la buena música-gara. -
Y deseando hacer énfasis en sus creencias, Lobo Jackson hizo un pequeño círculo con sus labios lupinos y lanzó un aullido armónico que ascendió por todos los rangos musicales, pasando por la escala cromática hasta regresar al punto natural de su voz. Casi como un silbido sobrenatural que recordaba al paso del viento sobre los altos picos de las montañas nevadas.
Aspirante
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Asradi
Völva
11-02-2025, 05:22 PM
El interior del lugar era acogedor a su manera. El bullicio del lugar mezclándose con una música rústica y propia del lugar, las risas, las conversaciones, alguna que otra pelea vocal. Un puñetazo por allí, pero nada más que eso de momento. Asradi sonrió ampliamente cuando Rocket mencionó lo rápida que había sido pidiendo la bebida.
— Hay que aprovechar. Solo en el North Blue hay hidromiel como esta. Y sobre todo en Skjoldheim. — Le guiñó un ojo, confiada, al mink mapache.
Cuando les trajeron las rondas, unas generosas y grandes jarras a cada uno, la sirena asintió.
— Es algo dulce, pero puedes pedir ciertas especias si te gusta un poco más amargo. — Aunque no era lo habitual, claramente tampoco se juzgaba el gusto de cada uno. — En cuanto a lo otro, todas las fábulas siempre tienen su puntito de realidad.
Simplemente dejó caer eso ahí. Le divertía un poco jugar con la mente de Rocket al respecto, sin ofenderle, pero viendo lo escéptico que era con aquellas cosas. En el East no se daba tanto, probablemente, el tema de los fantasmas o los espíritus. No, al menos, en las zonas en las que ella habia estado, pero siempre podía haber excepciones.
Asradi agarró la jarra, entonces, con ambas manos, y dió un primer y generoso sorbo. Por fortuna, tenía buen aguante para el alcohol. Tras dejar que la bebida tibia bajase por su garganta, se relamió sutilmente los labios, ahora escuchando con entretenimiento como Lobo también exponía su postura con respecto a los fuegos fatuos y a los fantasmas. La sirena echó, por igual, un vistazo algo interesado y curioso al lunarian. Irremediablemente le recordaba a Alistair. Esperaba verle pronto, a decir verdad.
— Son almas perdidas, siguen teniendo cierta conciencia, probablemente... — Eso lo dijo más bien con aire pensativo, aunque no estaba muy segura. — Aún así, no me arriesgaría a entrar en el bosque siguiendo uno. En el pasado sí he visto como la gente se perdía y no volvía. — Por desgracia.
Rocket hizo, posteriormente, el comentario hacia la comida, y la pelinegra se rió un poco.
— Claro, con este clima la gente tiene que alimentarse bien para resguardar las fuerzas. El pescado seco es según temporadas, cuando la caza no es buena o las tormentas terminan aislando los pueblos durante semanas. — Explicó, mientras alzaba una mano para llamar la atención de alguna de las camareras.
Poco después se aproximó una, efectivamente, voluptuosa mujer de ensortijados cabellos pelirrojos. Era hermosa y fuerte al mismo tiempo. Y sonrió con amplitud descarada a los peculiares comensales que, ahora, tenía delante.
— Vaya, vaya, veo aquí caras hambrientas. Espero que os guste el estofado de alce. Es nuestra especialidad. — Promulgó, tomando nota de dicho pedido. Asradi, por su parte, sonrió hambrienta. Era carnívora, al fin y al cabo, así que estaba encantada con aquello. — También tenemos oso, pescado y una sopa de verduras locales que levantaría hasta un muerto.
Anunció la pelirroja en lo que iba tomando nota de lo que le pidiesen. Una vez hecho esto, se retiraría de nuevo para ir a llevar el pedido a la cocina y que les preparasen todo. Asradi volvió a sonreír de manera más suave.
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John Joestar
Jojo
13-02-2025, 02:29 AM
-Rocket, me apena tener que decirte que yo no descanso contra la marina y el gobierno, tengo cosas importantes que hacer contra ellos, ahora sentados y en calma os lo contaré, por si quisierais ayudarme, pero os advierto que no es muy agradable de escuchar. Sencillamente no puedo permitirme dejar a esa gente en paz, ni un solo dia, quizá sea demasiado vengativo pero, asi ha de ser.-
El camino hacia la taberna fue de lo más tranquilo, unos hierbajos por aqui, un montón de nieve acumulada por allá, nada demasiado vistoso, ni exageradamente descriptivo sinceramente. No logré captar esas ``apariciones´´ que comentaban mis compañeros, pero tampoco les daba mucha importancia, dudo que, de excistir, pudieran hacer mucho contra nosotros...o al menos eso me habia supuesto.
Ya en la mesa, la taberna era de lo más...normal, para lo que he visto por mis viajes en adelante. Una camarera, rápida como el rayo, tomó nota y trajo los pedidos en un breve pestañeo, era increible, se notan los años de experiencia y la velocidad de estas buenas gentes, seria un buen lugar donde asentar la cabeza, si lograba mantenerla unida al cuello después de todo lo que aconteceria en los meses y años venideros.
-No Lobo, si los fantasmas existiesen te aseguro que podriamos hacer mil maravillas, sobretodo en ciertos lugares que yo me se, podria contaroslas ahora que somos un equipo- respondí a Lobo con confianza. -Escuchad, cuando era niño, yo no vivia por aqui, vivia en unas islas alejadas de cualquiera que os podais imaginar, en lo que vosotros llamais la Red Line, allí vivia con un montón de los mios, Lunarians como yo, no eramos los únicos por supuesto, pues yo, por ejemplo, a Alistair no le conocia, pero eramos muchos, muchos. Una mañana, como otra cualquiera, mi padre me llevó a una especie de sótano de emergencia que teniamos en casa, no supe que pasaba hasta que, de repente, un sonido estruendoso apareció, a su vez, una especie de destello me cegó durante segundos, bombas, o misiles, quien sabe, la Marina. Hasta donde he podido investigar, la Marina estaba probando unos nuevos cañones mejorados, y decidió probarles en islas que sabian que estaban pobladas por nosotros. Ese dia perdí a todos mis amigos durante el ataque, y mi madre murió en el incendió posterior salvando a una familia. Mi padre me llevó en una barca que tenia lo más lejos posible, y durante muchos años estuvimos vagando de isla en isla hasta que encontramos un lugar donde no nos encontrase la marina. Es por eso que estoy aqui, quiero encontrar al responsable y saber los motivos del bombardeo, obviamente, voy a hacer pagar al o a los responsables de turno. Y mi misión final es destruir al Gorosei, y dar al mundo un lugar de libertad donde estás cosas horribles, jamás vuelvan a ocurrir.
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Lobo Jackson
Moonwalker
14-02-2025, 02:59 AM
El hidromiel estaba para relamerse los labios y repetir. Un sabor dulce que sin duda habría sido perfeccionado tras años de refinamiento hasta dar con las medidas perfectas. Su aroma dulce invitaba a beberlo, y el efecto relajante y cálido que dejaba en el vientre proporcionaba un remedio efectivo contra el frío de la isla.
- ¿Y las hay más especiadas-gara? ¡Ah! En cuanto me termine esta jarra me pediré otra diferente, una jarra por cada variante especiada-gara. - El mink sujetaba la jarra con una sonrisa embelesada. - ¿Habrá una variante con vino-gara? -
Mientras bebía, escuchó con atención la conversación entre sus camaradas. Asradi hablaba sobre cómo aquellos fuegos fatuos habían cultivado desgracia entre las buenas gentes de Skjoldheim, pero lejos de hablar de ellas con el odio que busca su erradicación, las describía con solemne reverencia.
Aunque para el mapache inventor no se trataban más que de lucecitas, la cultura de la isla las veía como almas perdidas. Espíritus errantes que deambulan por la isla que se convirtió en el reposo de sus restos mortales, moviéndose sin otro propósito que el de transitar el lugar que reclamó sus vidas.
O tal vez Rocket tenía razón y no eran más que luces. Quizás fueran pequeños destellos generados por gases nocivos de origen volcánico, ¿pero qué podía decir? Al mink le atraía más el romance de un alma en pena y con eso se quedaría.
- Sabes mucho de la isla y sus costumbres Asradi-gara, ¿viviste aquí-gara? - Preguntó con curiosidad a la bella sirena.
- ¡Uh! ¡Uh! Yo quiero el estofado de alce-gara. - Se apresuró a decir el Lobo en cuanto la pelirroja, que había aparecido rauda y ágil, se ofreció a tomarles nota. - Hace tiempo que no como carne de caza mayor-gara. -
Al tiempo que el resto pedían sus respectivos manjares, el camarada JoJo les relataba la trágica historia de su infancia. El mink escuchaba en silencio mientras asentía para dar a entender que prestaba atención, pero cuantos más detalles contaba, más triste y nervioso se ponía Jackson.
A Lobo le habría encantado escuchar esa misma historia bajo el cobijo de las férreas paredes de acero reforzado del " The Peace", habría levantado una copa en honor a la madre y amigos de John, jurando acompañar a su camarada en la búsqueda de los responsables que causaron tanto dolor al joven lunarian.
Pero en cuanto JoJo pronunció la frase "destruir al Gorosei", el mink le dedicó una mirada tan fija y firme que parte de su haki se perfiló alrededor de sus pupilas. Con un gesto de su mano le indicó a su camarada que bajase el tono de voz.
- Qué cosas dices amigo mío-gara. - Dijo el mink con aquel tono habitualmente amistoso. - Veo que te empieza a subir el hidromiel-gara. -
Tal vez los aguerridos habitantes de Skjoldheim fueran amistosos, incluso quizá estaban de lado de la causa revolucionaria, pero el mink sabía de sobra que algunas palabras atraían miradas, hacían levantar orejas y llamaban la atención de gente que era mejor evitar. La mejor baza del Ejército era el secretismo, o al menos así era para El Sindicato.
The Frequentia
JIY401
JIYUUMURA KEMPO
Utilidad activa
Tier 4
7/11/2024
5
1
Los usuarios de esta técnica han entrenado su oído para captar unas ondas sonoras que van a una frecuencia a la cual los humanos normalmente no captan, logrando hablar con esta frecuencia cuando presionan unos puntos de su garganta en los que alteran un poco sus cuerdas vocales. Todo esto es con el fin de poder tener conversaciones en cubierta sin que los enemigos puedan interceptar las conversaciones, el alcance de estas ondas será de 50 metros. Usuarios con la Virtud de Sentidos Agudos en Oído podrían llegar a escuchar esta frecuencia si estan a 10 metros o menos.
Los miembros del estilo pueden comunicarse entre ellos sin ser escuchados.
Llevando su mano derecha hacia el cuello, Jackson apretó la parte cercana a su nuez de adán con los dedos índice y corazón para modular la frecuencia de su voz hasta que se volvió casi inaudible.
- Si vamos a hablar de temas delicados es mejor bajar la voz-gara. - Sugirió mientras que su palabras, siendo apenas un murmullo, buscaban alcanzar los oídos de sus comensales.
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