Hay rumores sobre…
... que en una isla del East Blue, hay un prometedor bardo tratando de forjarse una reputación. ¿Hasta dónde llegará?
[Aventura] [T3] Los forajidos del desierto
Evelyn Kedin
Bloody Eve
No Me alegraba que aceptaran mi idea de ir por la parte superior de los cañones, sonreí orgullosa de mi idea mientras le robaba la cantimplora de las manos a Agyo. -Para la próxima, si vas a utilizar el agua para tirártela por encima, mejor empapa un pañuelo y anúdatelo a la cabeza como si fuera un turbante, te refrescará más y no podemos estar malgastando agua cada dos por tres. -Dije antes de robarle un pequeño sorbo de agua de esta. -Por cierto, suerte allí arriba. -Dije guiñándole un ojo antes de devolverle la cantimplora.

Me gustaba la idea de los mensajes en clave, pero conociéndome iba a olvidarme de esos códigos en apenas cinco minutos, pero no me preocupaba demasiado, daba bastante igual revelar nuestros nombres ya que seguramente no sabían quien éramos. Pero si el grupo estaba de acuerdo con ello tendré que poner mi cerebro a trabajar. Toqué el den den mushi que me había dado Lykos unos instantes antes, esperando no tener que utilizarlo más adelante, esperando que todo saliera bien. Y no tener ningún susto durante la misión, al cazar sola siempre me había tenido que preocupar únicamente por mi misma pero ahora… Por alguna razón no quería que a nadie le pasara nada, tenia que estar atenta para que nada se saliera de control.

También escuché las palabras del viejo, parecía que no era la única que se preocupaba por los demás, ese grandullón… Estaba casi segura que nos veía como sus hijos, o sus hermanitos pequeños a los que tenía que cuidar, y por una vez me alegraba sentirme así, sentirme que no estaba sola. Aun así no les iba a dejar ver ese lado blando, ¿como se atrevía a decirme esas cosas? ¿Como si tuviera que cuidar de mi? -Oye viejo, yo sé cuidarme yo sola, si me quedo atrás será para teneros las espaldas cubiertas, al primer signo de peligro os mantengo informados, y si el peligro viene por delante se que tú serás capaz de hacerle frente. -Dije dándole un pequeño golpe amistoso en la espalda. -Aun así que ninguno se desconcentre, a la mínima señal de sospecha alertad al resto.

Finalmente después del pequeño descanso nos pusimos en marcha siguiendo el plan, bordeando los cañones desde las alturas, yo me situué según planeamos, detrás de Lykos, atenta a cualquier movimiento extraño que pudiera haber a los alrededores, mientras caminaba en una posición baja y alerta.

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Virtudes y Defectos
#11
Fon Due
Dancing Dragon
“Menta, hmm, me gusta.” – contesté a la propuesta de Agyo, aunque me hubiera gustado más ser ‘Dragon’. Ya lo propondré en otra ocasión, si salimos vivos de este desierto.

Memorizando los códigos de los demás fue sencillo, todos tenían relación directa, pero la palabra clave me parecía un trabalenguas el cual seguro diría mal, ¿Tengomiopia? ¿Damemiapio?, no, Tangamandapio. Tangaman era el nombre de un Okama que había conocido en el pasado así que esa parte era fácil de recordar de esa forma.

“Tangaman-apio, memorizado” – pensé para mis adentros.

Sonriendo por la interacción con el agua entre Sol y Dientes subí de un salto a la cabeza de Lykos (a quien yo le hubiera llamado Titan por nombre clave). Desde ahí observé como Luna proponía comunicarse a su manera, sin palabras, cosa que acepté sin decir nada, y tras abrir sus enormes alas blancas salió disparado quedando por encima de nosotros.

Lykos claramente preocupado por Eve le pidió que no se alejara mucho de nosotros a lo que yo respondí mientras giraba grácilmente 180 grados.

“Tranquilo, yo me pondré de espaldas para ver hacia donde esta Dientes y estaré alternando la vista a la izquierda y a la derecha en caso de escuchar algo fuera de lo ordinario, hmm.”

Se nos veía a todos motivados, y daba gusto saber que habíamos acordado un plan tan rápido siendo esta nuestra primera misión.

Me preocupaba que de momento no habíamos encontrado ningún indicio sobre el grupo al que perseguíamos, si los comerciantes que nos habían informado del problema decían la verdad, ya iba siendo hora de avistar algún rastro de los criminales a quienes buscábamos.

Sin embargo, no era momento para preocupaciones, el plan estaba en marcha.

Tomando un ligero sorbo de agua, saque una nueva pastilla de menta mientras veía como Eve se colocaba en su posición detrás de nosotros. Afiné el oído y abrí bien los ojos enfocándome en cualquier indicio o ruido del cual estar pendiente mientras mantenía el Den Den Mushi cerca de mi mano.
 

 
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Virtudes y Defectos
#12
Raiga Gin Ebra
-
El sol sigue golpeando con una intensidad casi inhumana, como si el mismo desierto quisiera demostrar que tiene el poder absoluto sobre todos los que se atrevan a cruzarlo. Cada paso que dais sobre la arena candente parece ser más pesado que el anterior, con el calor trepando por vuestras piernas como una marea imparable. Lo cierto es que dudo que os guste caminar por esta zona. Bueno, ni caminar ni realmente estar ahí, porque incluso respirar es una tarea ardua, pues el aire caliente quema vuestras gargantas y seca vuestras bocas. El sudor se acumula en vuestra piel, pero apenas sirve de alivio; en cuestión de segundos se evapora, dejándoos con una sensación de incomodidad constante. Esto os está empezando a afectar, y comenzáis a percibir que vuestro cuerpo está cercano al límite de soportar esta temperatura. Y eso que estáis empezando...

Agyo y Ungyo, o más bien Sol y Luna según los códigos establecidos, despliegan sus alas y se elevan al cielo, buscando una perspectiva diferente. Desde allí arriba, el panorama cambia, pero no para mejor: la monotonía de la arena se rompe únicamente por las formaciones rocosas que empiezan a asomar en el horizonte del cañón, dejándoos una vista un tanto peculiar. Un intrincado laberinto de piedra comienza a tomar forma a lo lejos, con sus pasajes angostos y sombras engañosas. Sin embargo, algo llama vuestra atención: un delgado rastro de humo se alza hacia el cielo, difuso pero persistente, a la derecha del laberinto y a unos quinientos o seiscientos metros a lo sumo.

Mientras tanto, abajo, el grupo avanza en formación. Lykos lidera con su imponente figura, con su lanza brillando bajo el sol como un faro de esperanza que los demás probablemente necesiten en unos minutos. Cada paso parece drenar más y más la energía de todos los presentes. Eve sigue de cerca, con una mirada alerta y los sentidos afilados como los de un depredador. Fon se mantiene a su lado, atento y tranquilo, aunque no se escapa del sofocante calor. Cada trago de agua de las cantimploras se siente insuficiente, y la idea de quedarse sin reservas comienza a rondar en vuestras cabezas como un pensamiento inquietante. ¿Tenéis plan B? Porque francamente, creo que os hace falta. El calor del desierto empieza a ser vuestro mayor enemigo, y eso que aún no habéis encontrado a aquellos que están sembrando el caos.

La arena parece interminable, y el sol no da tregua. El aire está tan inmóvil que ni siquiera una brisa os ofrece alivio. Aunque si lo pensáis, la brisa probablemente vendría de aire quemando, así que igual hasta os está haciendo un favor con su no presencia. Cada vez se hace más difícil ignorar las señales que vuestro cuerpo os envía: un ligero mareo, la garganta seca, el corazón latiendo con más fuerza de lo normal... La sombra de las rocas cercanas promete un respiro, pero llegar hasta allí parece una tarea titánica.

El laberinto de roca está cada vez más cerca, y aunque desde arriba no se puede ver demasiado, el humo al este parece ser la única pista concreta que tenéis. Quizá sea buena idea informar al grupo, o quizá queráis acercaros algo más antes de informar.

Pero en fin, los que estáis a pie de desierto, tardaréis un par de minutos en llegar a la entrada del laberinto. El contraste es inmediato: aunque el calor sigue siendo insoportable, las paredes de roca ofrecen algo de sombra, suficiente para que vuestro cuerpo agradezca el cambio, aunque sea brevemente. Aún así, la temperatura sigue siendo elevada y el suelo arde. El grupo se detiene frente a una bifurcación: dos caminos os esperan. Uno a la derecha, que parece descender hacia una zona más estrecha, y otro a la izquierda, que se abre ligeramente antes de perderse entre las sombras.

En ninguno de los dos hay pistas sobre cual será mejor o peor. Tampoco indicios de que haya alguien allí o sean peligrosos de por sí. Desde arriba, Agyo y Ungyo ven que tomar el camino de la derecha os acercaría al humo, aunque no pueden discernir si esto os llevará a una trampa o al objetivo. La comunicación mediante el Den Den Mushi parece ser necesaria en este caso, sobre todo para saber qué queréis hacer, o qué camino tomar en función de vuestras prioridades.

El aire se siente más pesado a cada segundo, y los murmullos del grupo se mezclan con los ruidos sutiles del entorno. Las formaciones rocosas que os rodean son como un laberinto diseñado por la naturaleza misma para confundir y atrapar a los incautos. Una sensación incómoda empieza a crecer en vuestro interior: este lugar parece ideal para una emboscada, tanto para vosotros como para vuestros enemigos. Decidir cómo proceder no es solo cuestión de táctica, sino también de supervivencia. ¿Qué haréis? ¿Arriesgaréis todo por seguir el humo, o exploraréis lo desconocido a la izquierda? El reloj parece avanzar más rápido bajo el abrasador sol del desierto.
Cosas


#13
Ungyo Nisshoku
Luna del Alba
Ni bien alzamos vuelo, sentí el aire del desierto, seco pero placentero viajar a mi alrededor. Bajo mis alas el viento era como una suave base que me permitía seguir ascendiendo hacia el sol. El hermoso sol que me daba fuerzas y me enseñaba que en la belleza también hay poder. Agyo "sobacos mojados" Nisshoku alzó el vuelo conmigo, pero le pude notar algo acalorado. Chasqueo mi lengua dos veces en tono lastimero, pero es mi hermano al  final. No quería que pensaran mal de nosotros en nuestra primera misión, así que me acerqué a él y recordando el cconsejo que Eve le dió antes de ascender, de usar un pañuelo, húmedo, le arrebaté su pañuelo y con el agua de mi cantimplora, que prácticamente no había gastado, humedecí el trozo de tela, para luego, con mi habilidad elemental, enfriar el agua, convirtiendo el trozo de tela en una pequeña compresa fría que duraría un poco más de lo normal. Con suerte mi hermanito menor resistiría un poco el calor al que no está acostumbrado.

Luego me dispuse a analizar el entorno y no tardé en notar la columna de humo que subía cortando el cielo con su estela, allá unos minutos más adelante, en el cañón. No teníamos tiempo que perder. El Den Den Mushi en mi mano emite un leve clic antes de que mi voz lo atraviese.

"…Humo. Derecha-Um"

No hay necesidad de más. Tres palabras bastan. Siempre bastan. Desde las alturas, el rastro de humo se estira como una cicatriz en el cielo azul, destacándose sobre la monotonía abrasadora y algo refrescante del desierto. La brisa aquí arriba es un poco más fría, pero los de abajo deben estar sufriendo los embates del desierto en sus propias carnes.

Agyo me mira. Una mirada rápida, acostumbrada. Conoce mi economía de palabras, entiende lo que no digo. Abajo, Lykos y los demás recibirán el mensaje. Sabrán interpretar la dirección, el peligro, la urgencia. Ellos decidirán el siguiente paso, pero el humo... el humo no puede ignorarse. Si no son nuestros objetivos, entonces son algo peor: obstáculos. avanzo ligeramente, lo suficiente para mantener al grupo en mi campo de visión y para que el laberinto que se retuerce a lo lejos no pierda su forma en mi mente. Desde aquí arriba, las sombras y las trampas parecen más pequeñas, casi inofensivas, pero la verdad se siente bajo mis alas. Esto no será sencillo.

Tomo el Den Den Mushi de nuevo. "Preparados-Um"

Otra palabra, porque necesitan saberlo. Lo que sea que haya al final de ese humo, no será amigable. Nunca lo es.

El aire tibio me envuelve de nuevo cuando vuelvo a avanzar. Desde aquí, puedo ver a Agyo ajustar su vuelo para cubrir el otro flanco, un movimiento instintivo, como dos mitades de un mismo cuerpo. Esa es la ventaja de volar juntos: él sabe lo que haré antes de que lo haga, y yo sé que cubrirá mis carencias como siempre lo ha hecho. Es un idiota, pero es mi hermano. Si en alguien puedo confiar, es en la bola de sudor con alas que ahora mismo vuela conmigo.

El desierto, siempre implacable, murmura su amenaza bajo nosotros, pero no puede hacerme dudar. Las grietas del laberinto, las sombras que se ocultan en su interior, todo parece gritar "emboscada", pero si alguien espera al final de ese camino, no son ellos quienes tienen la ventaja.

Yo soy el que los ha visto primero. Yo soy el que trae el juicio. Yo soy el sol que lo quema todo.

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Aclaraciones

#14
Agyo Nisshoku
Sol del Ocaso
Al alzar el vuelo, pude sentir el viento por todo mi cuerpo, si bien era caliente pude ver como Ungyo “Hoy soy el mejor hermano menor” se acerco a mi y siguiendo las indicaciones de la doctora Eve, tomo la toalla y la congelo, para luego ponérmela en el cuello, lo miré y le sonreí, si bien me quejaba del sol era mas por tener que decir, siendo un Lunarian podía aguantar el calor y el fuego sin problema, pero el tirarme agua en el cabello era un gesto de mucha vanidad que me encantaba.

Decidi ahora si pasar a la acción, era el momento de demostrarle a los muchachos que tanto mi hermano menor y yo eramos un recurso indispensable para el gremio. Empece a mirar el terreno y pude detectar una columna de humo, iba a informarle a los muchachos cuando escuché la voz de mi hermano saliendo del den den mushi, es increible la manera en la administra las palabras, pero conmigo no hacia falta, sabia ademas que mis compañeros abajo entendian lo importante que era para Ungyo decir eso, entonces debían estar al tanto que él no hablaba, solo lo hacía cuando tenía la necesidad.
Seguí sondeando el terreno desde el aire, sin perder de vista a mis compañeros, a pesar de la distancia Lykos se veía imponente desde cielo, tendría que haberle puesto de nombre clave “faro” y no “muralla”.
Pude ver que los chicos se acercaban a una especie de bifurcación, el camino de la derecha parecía ir hacia una zona estrecha y el camino de la izquierda se perdía entre las sombras, toqué el den den mushi y decidi informarles a mis compañeros.
-Muralla, Menta y dientes escuchen bien. Estan por llegar a una bifurcación, el camino de la derecha de muralla parece hacerse estrecho, sin embargo, el camino de tu siniestra muralla parece un poco mas abierto, pero parece perderse en la oscuridad, mi recomendación es que tomen la derecha, contigo al frente, menta que se mantenga en el mismo sitio y dientes este atenta a la retaguardia, si bien es estrecho hay luz y es mas facil ubicar a la gente, tambien que los embosquen, pero acá estamos nosotros, la decisión es tuya jefe.
seguí atento mirando todo el lugar sin perder de vista a los chicos, mire a Ungyo, sin necesidad de hablar este cruzo su mirada con la mía y ambos entendimos que si las cosas en el suelo se ponían feas tendríamos que salir disparados a ayudar a nuestros nuevos amigos.

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Aclaraciones
#15
Lykos silver
Drake
El calor del desierto parecía multiplicarse a cada paso que dábamos, mi lanza, al sol, lanzaba destellos que casi podían herir mis ojos y mi escudo se sentía mas pesado de lo normal, podría jurar que el metal se estaba empezando a calentar, provocando que mis manos empezaran a doler, sin embargo, trataba de no mostrar debilidad, el grupo confía en mi, así que no puedo mostrarme agitado, observo de reojo a eve (Dientes) que caminaba junto a mi, alerta, A Fon (Menta), que parece mantenerse tranquilo, aunque no les quito el ojo por que el calor podía tomar factura de cualquier persona (o Tontatta, aunque el se estaba refugiando en mi sombra), el Den Den empieza a Sonar, y escucho a Agyo dar su recomendación, en ese momento me dirigiría a mis compañeros terrestres: 

-Ya habeis oido a Sol. Tsk- Murmuré, pero lo suficientemente alto para que escucharan Eve y Fon, no quería que escucharan personas que nos estuvieran espiando. -A la derecha hay humo, puede que el paso sea mas angosto pero nos vendrá bien la luz, Tsk- Me detuve un segundo en la bifurcación, notando como el sudor me recorría la frente hasta deslizarse a mi cuello. Seguido de un leve mareo que me recordaba que el desierto no es un entorno que deba tratarse sin cuidado, respiro hondo tragando aire caliente que me resecaba la garganta, aunque por suerte nos quedaba aun agua. -Que sea estrecho tiene sus ventajas y desventajas, Ventaja: Si alguien quiere atacarnos, tendrá menos espacio para maniobrar y podremos tomar una posición mas defensiva si yo voy al frente. Desventaja: si usan proyectiles, tendremos que depende de Luna y De Sol, por lo que confió en ellos. Tsk.

Echo un vistazo a Eve, recalco lo de retaguardia con un Ademán. Después movería el hombro izquierdo para acomodar a Axew y a Fon, por suerte, parecía que el lagarto al ser un animal del desierto, estaba acostumbrado.

-Menta, si el camino es estrecho, podrás aprovechar cualquier pequeño hueco en las piedras para cualquier cosa, además de poder pelear sin restricciones, eres el mejor peleador con el que podemos contar actualmente para esta situación.

Mientras caminaba entrando por la derecha, no podía evitar sentir un nudo en el estómago. Este ambiente seco... las temperaturas infernales... y la posibilidad de que nos embosquen en cualquier recoveco hacían que mi pulso se acelerara. Sin embargo, confío en que la fuerza del grupo (nuestra fuerza) será suficiente, si nuestros enemigos están detrás de esa columna de humo, pronto sabrán que los Crimson Crusaders no son un puñado de novatos que se amedrentan por un desierto y unos cuantos matones.

Axew


Off Rol


Vida: 696 / 732
#16
Evelyn Kedin
Bloody Eve
El calor era asfixiante, ya podríamos haber salido de noche, o cuando el sol estaba más bajo. Así le hubiésemos descuartizado mientras duermen. Mi cabeza ya comenzaba a delirar, podía usar la sangre de esos cabrones para hidratarme…

Mientras mi cabeza iba planeando todo aquello nuestros angelitos divisaron humo a lo lejos, tal vez una hoguera, tal vez una trampa. Mi intuición me decía que no deberíamos ir, algo me olía raro. Pero era la única pista que teníamos, era mejor eso que desgastarnos más caminando por el desierto. Por lo que la decisión era obvia, debíamos continuar en esa dirección.

Mientras caminábamos iba más seria debíamos lo normal, tal vez era el valor sofocante, el cual sentía que podía acabar conmigo en cualquier momento, o el hecho de no sentirme segura, como si nuestro plan se pudiera derrumbar en cualquier momento, pese a ello, traté de mantenerme fuerte, no quería mostrar debilidad delante del resto. Por lo que con un paso firme continué detrás de Lykos.

Era cierto que esta zona es perfecta para las emboscadas, estrecha y en descenso, “Ojalá poder volar como esos dos de arriba” pensé mira si las pequeñas sombras que eran Agyo y Ungyo. Además Fon podía defenderse bien en un sitio como este. No me gustaba pero debía confiar en mis compañeros, estaba claro que yo no podía hacerlo sola.

Saqué el den den mushi de mi bolsillo, para poder hablar con ambos hermanos. -Vosotros, angelito uno y dos, que uno no pierda el humor de vista, según nos vayamos acercando avisadnos de que se trata. Pero mientras uno vigila eso, que el otro no nos quite va vista de encima, algo no me huele bien. Alertadnos en caso de cualquier posible emboscada… Paré un segundo para tomar aire y después continuar, como si requiriera demasiado esfuerzo decir lo que iba a decir. -Desde aquí abajo no podemos hacer mucho y me siento demasiado expuesta. Sois nuestros ojos ahora mismo y por más que no quiera aceptarlo tengo que confiar en vosotros. Así que si nos ponéis en peligro pienso arrancaros las atas a bocados. ¿Entendido? -Quería sonar bastante dura pero en el fondo también estaba preocupada por ellos, no quería que les detectaran o les pasara algo. Por suerte o por desgracia me estaba acostumbrando a convivir con ellos, y no se estaba tan mal.

Por lo que con paso firme seguí a la espalda de Lykos, bien pegada a él. Mientras aquel angosto desfiladero se hacía cada vez más estrecho. -Y tú mentitas. El viejo tiene razón, si comenzamos a pelear en un lugar así tienes la ventaja del terreno, úsala a tu favor, pese a ser pequeño se que tienes un gran espíritu de cazador. -Sonreí maliciosamente mientras miraba a Lykos y a Fon. Esperaba al menos haberles motivado al resto. 


Vida: 424 / 446


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Virtudes y defectos
#17
Fon Due
Dancing Dragon
El calor que hacía era insoportable, incluso considerando que estamos en un desierto no era normal este calor el cual empezaba a hacer merma en mis fuerzas. Ni siquiera una pastilla de menta podría refrescarme lo suficiente contra este calor tan asfixiante. No obstante, igualmente era buena oportunidad para tomar una así que, sacando un pequeño frasco de un bolsillo interno de mis pantalones, cogí una de las patillas que en este había y me la metí a la boca.

Ah, la menta, que maravilla. Quizás no ayudaba a combatir el calor, pero igual me mantenía mentalmente cuerdo ante situaciones así de extremas, así que en algo ayuda. No quisiera empezar a delirar sobre la cabeza de Lykos, o desnudarme e intentar montar al pobre de Axew, ya la había liado muchas veces así en mi adolescencia allá en los bosques de Green Bit, mi aldea natal.

Después de un tiempo de seguir en este agobiante éxodo, por fin llegamos a visualizar algo diferente a la arena. Un laberinto de piedra se extendía a nuestros pies el cual bifurcaba en dos rutas. Por suerte contamos con el apoyo aéreo de Sol y Luna quienes nos ayudaron a decidir el camino a seguir.

Aunque estrecho para la mayoría (ya tendría que ser la guarida de un ratón para ser estrecho para mi), el camino elegido conducía a una salida visible para los hermanos alados y, mejor aún, pudieron confirmar presencia de humo siguiendo la ruta de este camino estrecho, ¿sería esto prueba de que estábamos cerca de dar con nuestra presa?

Tanto Lykos como Eve coincidieron en lo que ya yo imaginaba dirían, en caso de tener que pelear en estas condiciones tendría cierta ventaja para moverme comparado con los demás, por lo que asentí con la cabeza estando aun estando montado en la cabeza de Lykos.

“Adelante entonces, si alguien es tan valiente como para emboscarnos aquí se enfrentará a la furia del dragón, hmm.” – dije levantando los puños los cuales brillaban debido al reflejo del sol sobre las nudilleras que llevaba puestas.
 

 
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Virtudes y Defectos
#18
Raiga Gin Ebra
-
El sol continúa golpeando sin piedad, y aunque los Den Den Mushi os mantienen coordinados, el calor no perdona. ¿Habíais imaginado un día tan caluroso? Lo lógico sería decir que sí, después de todo, estáis en un desierto. Todos seguís avanzando hacia el camino de la derecha, confiando en el aviso de "Sol" y "Luna". La promesa del humo que se alza a la distancia os impulsa a seguir adelante, pero cada paso cada vez cuesta más y más. ¿No os habéis preguntado aún cuanto tiempo podríais aguantar bajo ese sol? El sudor ya recorre vuestras sienes y forma parte de vosotros, y podéis notar cómo tenéis las ropas completamente empapadas, eso, junto al aire seco y abrasador, parece devorar cada gota de humedad que os queda. No os envidio mucho, la verdad.

Tras unos minutos de ardua marcha, llegáis al origen del humo. Una fogata casi extinta descansa entre las sombras proyectadas por las formaciones rocosas. Las cenizas todavía emanan un leve calor, evidencia de que alguien estuvo aquí hace poco. ¿Quién sería? Alrededor de la fogata, hay señales claras de actividad reciente: restos de comida tales como huesos e incluso algún trozo de lo que parece carne de un animal pequeño. También podéis ver algunas huellas en la arena y un rastro que apunta hacia un camino al oeste. Si inspeccionáis el terreno con ojos críticos, podréis ver que no hay mucho más.

Mientras tanto, "Sol" y "Luna" desde las alturas no pueden aportar mucho más. El laberinto de roca hace que la visibilidad sea limitada, y al ser una formación cerrada, las paredes de la montaña bloquean cualquier posibilidad de ver dentro desde el aire. A fin de cuentas es una cueva.

Si decidís seguir el rastro que os lleva a la entrada oscura en la montaña, veréis que parece ser una cueva habitada por alguien. Desde la entrada ya podéis ver que es más grande de lo esperado y su interior está sorprendentemente fresco. La humedad os da un respiro del calor sofocante del desierto, y podéis sentir cómo vuestro cuerpo agradece el cambio. La arena cede paso a un suelo más duro, pero con él, desaparecen las pisadas. La cueva es silenciosa, salvo por el ocasional eco de un goterón cayendo a lo lejos y lo que parecen ser algunos murciélagos haciendo sonidos leves.

Al entrar, os encontráis con una especie de piquete defensivo rudimentario: barriles y cajas dispuestas como una barricada improvisada. Aunque parecen abandonados, sus posiciones sugieren que fueron colocados para controlar el paso por la cueva. Rodear el piquete es posible para los más ágiles, pero para Lykos, con su imponente tamaño, el paso es más complicado. Con algo de esfuerzo y ajustes, quizá podéis pasar. Aunque hay que tener en cuenta que quizá hacer poco ruido sea una ventaja aquí.

En cualquier caso, un problema evidente es la visibilidad. Dentro de la cueva, la luz natural se desvanece rápidamente y el entorno se convierte en un mosaico de sombras. Sin una fuente de iluminación, avanzar sería peligroso. Aunque quizá queráis ir a ciegas, desde luego sería más divertido.

En fin, vosotros decidís qué hacéis. ¿Bajarán Sol y Luna a ayudar? ¿Entraréis en la cueva? Y, si entráis, ¿hacia dónde os dirigiréis? Ahora está en vuestras manos decidir el próximo paso. ¿Crearéis luz? ¿Seguiréis adelante con precaución? El silencio de la cueva se siente casi demasiado perfecto, como si alguien o algo os estuviera esperando.

Cosas

Imagen de la cueva

Contenido Oculto
Contenido Oculto
#19
Lykos silver
Drake
El calor era tan denso que el simple hecho de haber llegado a una cueva y poder llegar a sentir un frescor repentino parecía un soplo divino... un alivio inesperado, la verdad, pero aun así... era inquietante, era obvio que ahí tenía que haber alguien, lo mas probable es que se trataran de nuestros queridos rufianes, por lo que no teníamos mucho que esperar, sin esperar ni un poquito, agarro mi den den mushi y lo utilizaría para comunicarme con el dúo de hermanitos, o como los teníamos que llamar: Sol y Luna.

-Chicos, bajad ya. Os necesitamos aquí abajo, esto es mucho mas grande de lo que pensábamos. Entraremos en la cueva, pero no quiero que merodeareis por fuera, por favor, nos vendréis bien abajo con vuestras habilidades. Tsk. Mientras espero que los dos vigías aterrizaran, observo un poco el terreno mas allá de la barricada hecha de cajas y barriles de forma improvisada.... joder, con mi altura y constitución, pasar sigilosamente no es precisamente mi especialidad, pero supongo que tampoco podía quedarme fuera... -Dientes, menta, Tsk.- Digo, girándome hacia ellos- Aquí dentro podremos respirar mejor... pero, no os confiéis, no sabemos la cantidad exacta de la gente que podría estar escondida en el interior... no veo señales de trampas pero esta barricada no me gusta un pelo, seguramente la pusieron para evitar que nadie pasara mientras se refugiaban del calor, y para que los invitados hagan ruido y les dé tiempo para prepararse de forma sencilla. Tsk-. Axew se acerca a Fon, con algo de miedo y se esconde detrás del pequeño tontatta, el pobre lagarto no estaba acostumbrado a salir de aventuras así que tenía miedo de lo que pudiera pasar. 

-Fon... me temo que como siempre vas a ser tu la mejor opción, siendo pequeñito no te esperaran.. echa un vistazo tras las cajas y elige que ruta es mejor llevar.. ¿Alguno sabe si es buena idea encender luz? no tiene pinta de que dentro se pueda ver muy bien, Tsk.- Revisaría el escudo en mi brazo y revisaría también el filo de la lanza, siendo consciente de que en cualquier momento tendríamos que abrirnos paso, pero no iba a lanzarme sin que todos estuvieran listos.

-Despues de hacer los preparativos, yo seré quien encabece la avanzadilla, si alguien recibe daño quiero ser yo... además, tengo una sorpresa para los que se esconden en la oscuridad... jojojojo. Tsk. Pero bueno, ¿vosotros que opináis? confío mucho en vosotros. Tsk.- 
#20


Salto de foro:


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