¿Sabías que…?
... el concepto de isla Demontooth hace referencia a una rivalidad legendaria en la obra.
[Evento] Lo que el rio se llevó
Qazan
Qazan
Personaje
 


Abrí los ojos tras escuchar el chapoteo del Río, algo aturdido, me incorporé para comprobar que a escasos metros míos, fluya, un caudal, lo suficientemente ancho y profundo para poder ser nadado. Allí sentado trataba de recordar que había pasado, pues el último recuerdo que tenía era haber salido de pesca con mi padre. -¿Donde estoy?-. Me preguntaba a mí mismo, mientras trataba de ubicarme, viendo el paisaje a mi alrededor, Cerca de donde me encontraba, se elevaba una inmensa cordillera hacia la cual se adentraba el río que tenía a mis pies. -Tal vez debería subir ahí arriba a ver si me ubico mejor-. Con aquella idea en mente, me acerqué a la orilla del río, para ante mi enorme sorpresa, mirar mi rostro y descubrir que me había convertido en un crustáceo. -¡¡¡Aaaahhh!!! -. No puede evitar pegar un grito que resonó por las montañas haciendo eco. ¿Qué diablos había ocurrido? ¿Dónde estaban mis preciosas aletas negra? Y lo mas importante… ¡¿Porqué tengo dos tenazas por manos?!. 
Tenia muchas preguntas y cero respuestas, pero de pronto un dolor agudo de cabeza, me hizo recordar las palabras de una voz extraña, estas hacían mención a una especie de mundo paralelo, donde las cosas más irreales se podían hacer realidad, también Hacían referencia a una especie de canicas.

Una vez pasado, este dolor de cabeza, me di cuenta de que en mi cintura tenía un pequeño zurrón, lo abrí para encontrarme ahí la susodicha canica-. No entiendo muy bien lo que está pasando pero sea lo que sea esta canica parece importante-. Aunque más importante era saber cómo me había transformado en un asqueroso y feo cangrejo.

Tenía pensado seguir el plan, ir Río arriba, ya que el caudal lo permitía y ver dónde estaba desde el alto de la montaña. Fui a meterme cuando, de pronto caí de bruces contra el suelo. -¡Menuda leche!-. Dije para mí mismo, Más que respuestas lo que ahora mismo necesitaba, era saber cómo diablos coordinar esas malditas, ocho patas sin tropezarme y sin que se líen las piernas. -¿Y si pruebo de un salto?-. La idea podría ser interesante, aunque también un suicidio si no sabía caminar por tierra, imagina nadar sin aletas. - Bueno, qué demonios, ¿Qué podría ser lo peor? ¿Que el río me arrastre por toda la isla?-. Luego del monólogo conmigo mismo me zambullí de un salto.
#1
Galhard
Gal
Personaje

En las sombrías y susurrantes Montañas del Lamento, donde cada paso podía ser el último, Galhard, en su inusual forma de gnomo, espiaba desde detrás de un árbol retorcido. Su atuendo verde y su gorra cónica le conferían un aire cómico, contrastando fuertemente con el ambiente sombrío. Su tarea era clara, aunque bizarra: recolectar canicas en un juego surrealista y peligroso.

Observando desde su escondite, Galhard divisó a su próximo objetivo: un gyojin tiburón, ahora convertido en un cangrejo gigante y desorientado, luchando por coordinar sus nuevas y numerosas extremidades cerca del río. Aprovechando la confusión y el ruido del chapoteo, Galhard se preparó para actuar.
Con sigilo, el pequeño gnomo verde se movió entre las sombras, acercándose al gyojin con una mezcla de curiosidad y cautela. Su caza-mariposas en mano, estaba decidido a usarlo no solo como herramienta, sino como arma en este juego de astucia y agilidad.

—¡Menudo día para pescar, eh! —exclamó Galhard con un tono jovial y algo burlón, intentando tal vez distraer o confundir aún más a su adversario mientras hacía un ademán juguetón con su caza-mariposas.

Galhard, con la agilidad de su pequeña forma gnómica, intentó rápidamente acercarse al zurrón donde el gyojin guardaba su preciosa canica. Su estrategia era clara: enganchar el zurrón con el caza-mariposas y hacerse con la canica sin entrar en confrontación directa.

Sin embargo, consciente del potencial peligro de un enfrentamiento físico con un ser tan poderoso como un gyojin, incluso en forma de cangrejo, Galhard mantuvo una distancia prudente, listo para retirarse rápidamente en caso de que el cangrejo decidiera atacar o defenderse.
—¡Uno nunca sabe qué esperar en este mundo de locos! —continuó diciendo Galhard, su voz llenando el espacio entre ellos mientras evaluaba cada movimiento del gyojin con precaución.

Mientras el gnomo verde planeaba su próximo movimiento, esperaba una reacción, cualquier señal que pudiera usar a su favor. Tal vez el gyojin cangrejo optaría por una retirada estratégica al río, o quizás intentaría proteger su canica de una forma que Galhard aún no podía anticipar. Con una mirada aguda y su cuerpo siempre listo para saltar hacia la seguridad o hacia la victoria, Galhard se mantuvo alerta, sabiendo que en las Montañas del Lamento, cada encuentro podía cambiar el rumbo de este extraño y peligroso juego.

Mostrar Contenido
#2
Galhard
Gal
En las retorcidas y místicas Montañas del Lamento, el juego surrealista y peligroso continuaba, desafiando a todos los participantes con sus reglas extrañas y consecuencias impredecibles. Galhard, en su forma gnómica, mantenía la mirada fija en su objetivo: el gyojin transformado en un cangrejo gigante, que ahora parecía abrumado por sus nuevas extremidades y el entorno desconcertante.

Con una mezcla de sigilo y astucia, Galhard se movió con la ligereza característica de su pequeña forma, manteniendo una distancia segura mientras planeaba su siguiente paso. Aunque el gyojin estaba distraído intentando coordinar sus patas, Galhard sabía que debía actuar rápido y con precisión.

El gnomo verde se agazapó, utilizando las formaciones rocosas como cobertura. Con el caza-mariposas listo en mano, se aproximó al confundido gyojin, quien seguía luchando con el entorno y su propio reflejo en el agua del río.

—¡Qué curioso espectáculo ofrece el río hoy! —exclamó Galhard con una chispa de humor en su voz, intentando mantener ligero el ambiente mientras se preparaba para su jugada maestra.

Aprovechando que el gyojin estaba enfocado en sus múltiples patas y en su frustrante situación, Galhard dio un salto ágil y silencioso, acercándose al zurrón que colgaba del lado del cangrejo. Con un movimiento rápido y preciso, utilizó su caza-mariposas para enganchar el zurrón, tirando suavemente para liberarlo sin alertar a su adversario.

—¡Es solo un pequeño juego de canicas! —siguió distrayendo, manteniendo el tono juguetón y despreocupado, mientras su mano libre se movía con la destreza de un verdadero ladrón de canicas.

En un instante, el zurrón estaba en sus manos, y con un giro ligero, Galhard se alejó saltando hacia las sombras, su figura pequeña y ágil apenas visible entre la vegetación densa y las rocas. Miró hacia atrás solo una vez para asegurarse de que el gyojin seguía distraído con su predicamento acuático.

Con la canica asegurada, Galhard no pudo evitar sentir una oleada de emoción por la exitosa maniobra. El aire frío de la montaña revoloteaba a su alrededor, llevando consigo los susurros de las antiguas leyendas de las Montañas del Lamento. Aunque el juego era extraño y las circunstancias aún más, en ese momento, bajo el cielo estrellado y con una nueva canica en su poder, Galhard sintió que tal vez, solo tal vez, había algo de magia en este caótico mundo de sueños y pesadillas.
#3
Qazan
Qazan
Al caer al agua, mi propio peso formó una onda expansiva con el río, que hizo levantar sobre mí mismo un torrente de agua empapándome entero, al caer del agua, nuevamente sobre el río, algo me golpeó la cabeza. El río era lo suficientemente profundo, como para que únicamente sobresaliese la mitad de mi tren superior. mi sorpresa no fue ni el golpe ni la poca dureza de este, sino que parecía que lo que me había golpeado, no quería soltarme.

Haciendo un pequeño esfuerzo, coordinando las patas, giré sobre mí mismo para ver de dónde provenía aquel golpe, cuál fue mi sorpresa sino descubrir aquel ser bajito de sombrero, puntiagudo y túnica verte. - ¿Oye y los otros seis como tú dónde están?-. Me vino a la mente una antigua leyenda sobre siete enanos que se dedicaban a la minería y por cosas de la vida. Tenían raptada a una princesa que usaban de sirvienta. -Tú no deberías tener un pico en lugar de jugar con una red de bichos?-. De verdad que la similitud con aquella leyenda parecía hiperrealista

Tampoco sabía, porque de pronto me había golpeado en la cabeza con ese cacharro del demonio diseñado para capturar gusanos de seda, casi parecía que quería robarme la dichosa bolsa con la canica, ya que más o menos sus intenciones parecían ir totalmente enfocadas a rapiñarla. No parecía querer un enfrentamiento directo conmigo, por su expresión corporal, me estaba dando a entender que por un lado estaba interesado en la canica y que por otro, no quería mancharse las manos.

-Hmmm… Por el motivo que sea esta cosa parece valiosa-. Tan valiosa como para buscar una disputa con un Gyojin en el agua. Aquello me hacía plantearme distintos escenarios… aunque definitivamente no me esperaba un gnomo. No me apetecía demasiado enzarzarme en una pelea contra alguien en túnica, seguro que debajo no llevaba ropa interior y no me hacía especial ilusión verle la akuma colgando, asi que era momento de utilizar tácticas evasivas.

Abrí ambos brazos y eché el cuerpo un poco hacia atrás, así haciendo fuerza con las patas, el torso y los brazos y aprovechando el tamaño que tenía siendo un cangrejo gigante logré arrojarle una gran cantidad de agua a modo de ola veraniega. - Bueno enanito, como decimos en mi especie, ciao pescao-. Aproveché aquella distracción con qué ya me había acostumbrado al movimiento de las patas y eche a correr río abajo, asegurándome de que la bolsa con la canica seguía atada a una de mis patas delanteras
#4
Galhard
Gal
A la luz de las trémulas sombras de las Montañas del Lamento, Galhard, en su forma diminuta y verde de gnomo, observaba con astucia cómo el gyojin tiburón en forma de cangrejo intentaba escapar. La mágica canica que pendía de la bolsa del gyojin resonaba con un brillo especial, alimentando el impulso del gnomo por reclamarla para sí.
A pesar del ingenioso esfuerzo del cangrejo por zafarse, lanzando una onda acuática en su dirección, Galhard no se dejó intimidar. Utilizando su agilidad de gnomo, saltó ágilmente sobre las gotas que salpicaban alrededor, su capa ondeando tras él como la vela de un barco pirata en tormenta.

—¡Vaya, vaya! si fuéramos siete el juego terminaría demasiado rápido —exclamó Galhard, su voz elevándose sobre el estruendo del río —¡Parece que tienes más trucos que una sirena en marea baja!—Añadió entre risas mientras continuaba su persecución.

Sin perder el ánimo, y con una sonrisa juguetona pintada en su rostro, Galhard se lanzó tras el gyojin con renovado vigor. Mientras el cangrejo avanzaba torpemente río abajo, Galhard, aprovechando su tamaño pequeño y su conocimiento del terreno, tomó un atajo entre las rocas y raíces que se retorcían a lo largo de la orilla.

Con el caza-mariposas en alto, preparado para capturar la canica en cuanto tuviera oportunidad, Galhard calculó sus movimientos con precisión. Sabía que el gyojin podría tener ventaja en el agua, pero en tierra, o cerca de ella, el gnomo tenía su propio reino de astucia y velocidad.

—¡No tan rápido, amigo mío! —gritó mientras se deslizaba entre las sombras, cerrando la distancia con cada salto ágil.

Justo cuando el gyojin pensaba que había ganado distancia, Galhard emergió de entre las sombras directamente en su camino. Con un movimiento rápido y decidido, el gnomo apuntó con su caza-mariposas a la bolsa que contenía la canica, su objetivo claro como el cristal de un relojero.

¡Puede que el agua sea tu dominio, pero en este juego de sombras y astucia, incluso un gnomo tiene sus cartas para jugar!— añadió con un guiño malicioso.
Con el corazón latiendo con la emoción de la caza y el juego en pleno desarrollo, Galhard se mantuvo alerta, listo para cualquier movimiento del gyojin. En este mundo de pesadillas y maravillas, cada encuentro era una danza de destino y azar, y Galhard estaba decidido a bailar hasta el final.
#5
Nagaki
Medusa
¡Invasión por re-spawn tras muerte! - Vengo de: el lugar que nunca existió
Nagaki sintió un vacío abrumador al momento de la destrucción. El estruendo de la tormenta resonaba aún en sus oídos cuando, de repente, el caos se tornó en silencio. La tundra, que antes había sido su lugar de aparición en este sueño, se desvaneció, y un nuevo paisaje lo envolvió. Durante un instante, la oscuridad lo tragó todo, y su ser se sintió ligero, como si flotara en un abismo sin fondo.

Cuando la luz regresó, Nagaki se encontró en un lugar completamente distinto. Ante él se alzaban majestuosas montañas, sus picos afilados se elevaban hacia el cielo, como si quisieran desafiar a los mismos dioses. Sentado en una roca fría, se tomó un momento para absorber su nueva realidad. La lluvia todavía caía, pero aquí el ambiente se sentía diferente. Las nubes pesadas que antes lo oprimían habían sido reemplazadas por un cielo que, aunque gris, dejaba entrever una promesa de claridad.

El frío penetrante de la tundra ya no lo acosaba; en cambio, una brisa fresca y vivificante acariciaba su piel. Sin embargo, la memoria de lo que había dejado atrás aún bailaba en su mente. La destrucción era una imagen vívida, como una pesadilla de la que no podía escapar. Recordó el retumbar de los rayos, el crujir de la tierra.

Mientras se ponía en pie, Nagaki observó su entorno. Las montañas no solo eran majestuosas, sino también amenazadoras. De sus laderas colgaban las nieves eternas, y en sus valles se corría un río caudaloso que serpenteaba con una fuerza incontenible. Podía oír su murmullo, un lamento lejano que recordaba los ecos de las voces que lo habían rodeado en la tundra.

-¿Dónde estoy?- Se preguntó, y al decirlo en voz alta, el sonido parecía ser devorado por el viento que aullaba entre las rocas. Mientras sus ojos se ajustaban a la luz tenue entre las nubes, sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal. Las montañas parecían estar vivas, como una entidad que lo observaba con curiosidad y desdén. Se ajustó la bolsa y se la puso más al centro, como si fuera una riñonera en la parte central de la pelvis. -Necesito ir a por más de estas...-

Cada paso se tornaba un desafío. Las piedras y el barro deslizaban sus pies, y la sensación de estar siendo observado lo seguía como una sombra. Las voces de las montañas parecían susurrar secretos olvidados, las ruinas de antiguas civilizaciones asomaban por cada lado, relatos de aquellos que habían caminado antes que ella. 

A medida que subía por la pendiente, sus pensamientos se tornaron más claros. Este nuevo paisaje era un reto. Quizás podría encontrar aliados entre los templos antiguos que adornaban las laderas. Tenía que explorar, pero también sabía que debía ser cauteloso. Las montañas ocultaban peligros a cada vuelta.

Me detuve un instante y miró hacia el horizonte. La lluvia seguía cayendo, y, a lo lejos, una débil luz surgía entre las nubes. El rayo del sol atravesó brevemente las sombras, como una invitación a avanzar más allá de sus miedos.

Justo cuando giraba hacia la dirección de la luz, su corazón se detuvo al vislumbrar unas figuras en la distancia, casi como un espejismo. ¿Sería un viajero? ¿Un ser de estas montañas? La curiosidad lo inundó de inmediato, y la búsqueda de respuestas reemplazó su miedo. Con el viento todavía soplando suavemente a su alrededor, Nagaki comenzó a descender por el sendero, decidido a enfrentarse a lo que viniera, con la esperanza de redescubrir su propósito en este nuevo mundo.

Off

Personaje
#6
Qazan
Qazan
Aquel ser diminuto, estaba empeñado en hurtarme la dichosa canica, Ya había aprendido a coordinar bien todas estas patas sin tropezarme, ahora la cosa era tratar de lidiar con el gnomo, sin duda era ágil mucho, eso me dejaba en una clara desventaja sin embargo, puede utilizar el río a mi favor. Aunque yo eché a correr algo antes que él, su carrera por la orilla del río le llevó a alcanzarme muy rápido. - Eres un poco molesto, eh-. Me quejé al comprobar tanta insistencia por su parte.

Antes de darme cuenta, ya se había colocado nuevamente delante mía, cazamariposas en mano, intentó gracias a un ágil movimiento de muñeca para pescar la bolsa que contenía el tesoro que tanto anhelaba. Su estrategia no era mala, intentaba robarme la bolsa sin meterse en el agua supongo que sabría que aquí tendría desventaja, pero a mi favor jugaba que la naturaleza de nuestra raza nos hace movernos con una mayor fluidez dentro de ésta. Fue precisamente gracias a este don de la naturaleza que pude reaccionar a tiempo de que se la llevase.

Con el tiempo justo logré dar un salto hacia atrás y ganar algo de espacio con el pequeñín. -Me gusta tu perseverancia, pero si me disculpas no estoy interesado en leyendas de cuentos de hadas-. Aprovechando la distancia que había ganado, lancé un golpe directo con la tenaza apuntando al agua, la idea esta vez no era crear una distracción, sino golpearle con todo el peso del agua al salir está rebotada por mi impacto.

Teniendo en cuenta el pequeño tamaño de aquel ser, seguramente debería derribarle un par de metros hacia atrás. Desconocía cuánta cantidad de agua era capaz de lanzarle, pero de seguro era suficiente para darle un buen susto. Luego de aquel ataque, me preparé en posición defensiva. el terreno me da una clara ventaja, han tenido oponente, sin embargo, su velocidad al moverse va a ser un gran inconveniente. -Veamos de que eres capaz-. Dije poniéndome serio y preparándome para confrontarlo, sin duda iba a ser un rival interesante ya que nunca antes me había encontrado ante la tesitura de enfrentarme a alguien así de veloz. Pero en el cuerpo a cuerpo yo tenía ventaja.

Pasiva Gyojin
RAC002
RACIALES
Pasiva
Tier 1
Gyojin
Los Gyojin pueden crearse una pasiva racial personalizada acorde con algún rasgo de su tipo de pez, con los cuales podrá hablar con normalidad. Adicionalmente al hecho de poder respirar bajo el agua, contando con +10 Agilidad bajo la misma. Además podrán acceder al Estilo Canon Karate Gyojin y el Estilo Canon Jujutstu Gyojin. Obtienen el Estilo Elemental Aqua a nivel 5.
[-3 Puntos de Virtud]

Impacto Directo
COM101
COMBATIENTE
Físico
Tier 1
15
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Combatiente I 5 Fuerza
El usuario encarará de frente a su adversario propinándole un poderoso impacto directo con alguna de sus extremidades.
Golpe Básico CaC + [FUEx1,9] de [Daño contundente]
#7
Galhard
Gal
El impacto del agua fue brutal. Galhard, en su diminuta forma de gnomo, salió disparado varios metros hacia atrás, golpeando el suelo rocoso con fuerza. El golpe lo dejó aturdido por un momento, y sintió un agudo dolor recorrer su pequeño cuerpo. El peso del agua y la fuerza del golpe eran prueba de que el cangrejo gyojin no era un oponente que subestimar. Sin embargo, a pesar del dolor que irradiaba desde su costado, Galhard se levantó lentamente, jadeando, pero con una chispa de determinación en sus ojos.

Aquel ataque había sido poderoso, y lo sentía en cada músculo, pero el gnomo no estaba dispuesto a ceder tan fácilmente. Galhard había enfrentado situaciones difíciles antes, y sabía que el verdadero poder no estaba solo en la fuerza bruta, sino en la resistencia y la capacidad de adaptarse. Sacudió su túnica empapada y, con un leve temblor en las manos, volvió a ajustar su cazamariposas.

—¡Grr eso ha dolido!—exclamó, con una sonrisa torcida que denotaba tanto el dolor como la determinación—. ¡Pero necesitarás más que eso para detenerme!
Sabía que no podía permitir que el cangrejo gyojin se sintiera confiado. El dolor era intenso, pero Galhard decidió usarlo a su favor, dejándolo alimentar su espíritu de lucha. Cojeando ligeramente, el gnomo mantuvo la mirada fija en su adversario, su mente ya maquinando un nuevo plan.

Sin embargo, esta vez, Galhard decidió que la mejor defensa era una mezcla de resistencia y astucia. En lugar de buscar un enfrentamiento directo, optó por una táctica de desgaste. Sabía que el cangrejo gyojin lo superaba en fuerza y que, en el agua, tendría una ventaja considerable, pero también sabía que su pequeño tamaño y agilidad le permitían moverse con rapidez y precisión.

Cada paso que daba era calculado, buscando mantenerse siempre fuera del alcance de las tenazas del cangrejo, pero lo suficientemente cerca como para no perder la oportunidad de atacar cuando se presentara. Aunque su cuerpo seguía doliendo por el impacto anterior, Galhard se obligó a ignorar el dolor, concentrándose en su objetivo: la bolsa que contenía la canica.
—Vamos, ¿eso es todo lo que tienes?—provocó, su tono mezclando burla y desafío, buscando mantener la atención del cangrejo en él mientras preparaba su próximo movimiento.
Galhard sabía que el cangrejo esperaría otro intento rápido y astuto, por lo que decidió cambiar su estrategia. En lugar de lanzarse directamente hacia la bolsa, comenzó a realizar pequeños ataques falsos, moviéndose hacia un lado y luego hacia el otro, creando la ilusión de que estaba a punto de atacar de nuevo, solo para retroceder en el último segundo. Cada vez que hacía esto, buscaba detectar una apertura, un momento de descuido en el gyojin que pudiera aprovechar.
Finalmente, tras varios movimientos engañosos, vio su oportunidad. A pesar del dolor en su costado, Galhard se lanzó hacia adelante, esta vez directo hacia el Gyojin, usando su caza-mariposas como una espada

El daño que había asumido no había sido en vano. Cada golpe, cada movimiento, lo había llevado a este punto, y aunque sabía que la victoria no estaba asegurada, Galhard estaba dispuesto a seguir luchando hasta el final. Porque en este mundo extraño y peligroso, el gnomo no iba a rendirse tan fácilmente, no sin antes dar guerra.

Mostrar Contenido


Mostrar Contenido


Mostrar Contenido


Cuchillada
ESP201
ESPADACHíN
Fisica
Tier 2
21
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Espadachín II - 5 Destreza - 5 Fuerza
Una estocada que el usuario realiza al mismo tiempo que realiza en un solo paso un impulso de hasta 10 metros en los que busca ensartar a todo lo que encuentre a su paso con la punta de su arma, llevando consigo a su víctima con un [Empuje] en caso de conectar hasta el final del recorrido.
Golpe Básico Arma Filo + [DESx2] de [Daño perforante]
#8
Nagaki
Medusa
Off

Avanzaba con cautela, adentrándome en un paisaje que pululaba de contrastes. El eco de sus pies sobre las piedras frías resonaba sutilmente en el aire, y cada paso que daba lo acercaba un poco más a la incertidumbre que se avecinaba. En mi mente, un torbellino de preguntas revoloteaba como hojas arrastradas por el viento. ¿Qué es lo que realmente había pasado en la Tundra? ¿Este sueño sería una continua persecución de esa tormenta??

El sonido del murmullo del río se tornaba más fuerte a medida que se acercaba. La bruma se disipaba lentamente, lo que me permitía vislumbrar el terreno que se extendía frente a mí. Sin embargo, en un instante, el aire se volvió denso, y un estruendo rompió la calma. Desde detrás de unos árboles, me detuve en seco; mis instintos le indicaron que debía permanecer oculto. Me agaché, tratando de obtener una mejor perspectiva de la escena que se desplegaba ante sus ojos.

A tan solo diez metros, una batalla se libraba entre un... ¿gnomo armado con un caza mariposas y un cangrejo gigante?.  -¿Qué demonios está pasando aquí? –penséi, la incredula. ¿Por qué un gnomo y un cangrejo tendrían que pelear?

El gnomo gritaba con una voz aguda y desafiante, mientras el cangrejo, en un movimiento rápido, intentaba atacar con su pinza sobre el pequeño ser. Mientras los dos se peleaban, sopesé mis opciones. ¿Debería intervenir? La idea me inquietaba, y la imagen de la destrucción en la tundra lo hacía dudar. Me preguntaba si su intervención podría cambiar el curso de la batalla o, en cambio, provocar un cataclismo mayor. -Quizás esto no me concierne... Pero eso necesito esas canicas. A lo mejor así evitará la destrucción de este lugar también. -Pensé-

El cangrejo hizo un movimiento brusco, y el gnomo saltó hacia un lado, disparado por la fuerza del ataque. -Es astuto, eso lo puedo dar por seguro –reflexioné, sintiéndose cada vez más cautivado por la escena. El gnomo apenas parecía estar ganando, y la angustia del pequeño ser lo despertó a un sentido de necesidad de ayuda.

-¡Venga, Nagaki! –me reprendí a mí misma–. No puedes permitir que un humano, o lo que sea que sea esto, se enfrente solo a una criatura tan formidable. Pero, al mismo tiempo, el miedo me mantenía inmóvil. Las montañas no solo guardaban secretos; también albergaban peligros inminentes, y el instinto de supervivencia le decía que debía retroceder, esconderse más profundamente entre los árboles.

Aunque el frío del lugar parecía habitual, la calidez de la decisión comenzaba a surgir dentro mí. -¿Y si este gnomo necesita un aliado? ¿O es el cangrejo quien necesita ayuda? - Unirse a alguien que tiene tanto coraje podría ser justo lo que necesito para encontrar mi camino aquí. -¿Pero y si sólo una canica más no era suficiente?-

Resumen de turno

Vida de Nagaki

Personaje
#9
Juuken
Juuken
PERSONAJE

Invasión por respawn debido a que las cenizas no pueden rolear, y así me quedé en cierto lugar que nunca existió, de hecho no se ni de qué hablo

Me incorporé de golpe, tomando una fuerte bocanada de aire, sentía estar sudando a chorretones, tenía todo el cuerpo humedecido. ¿Había sido eso una pesadilla? Tenía pinta, había sido muy absurda la situación aquella. ¿Despertarse de pronto en un lugar nevado solo para que al final sea destruído por un rayo caído del cielo? Que disparatado resultaba eso.

Me llevé las manos a la cara para restregarme el sudor frío que tenía por toda la frente. Mis manos azules se deslizaron por mi frente, extendiendo todo el sudor uniformemente mientras cerraba los ojos para relajarme un poco de aquella pesadilla que sentía que había tenido. Me levanté con algo de dificultad, la cabeza me pesaba demasiado, me llevé las manos hacia arriba y había un gran bulto ahí.

Un momento, gran bulto en la cabeza, manos azules... ¿Qué significaba eso? Abrí los ojos nuevamente sorprendido, y algo asustado, miré mi cuerpo, ahora no era Lance, sino una especie de figura azulada a la que le creía algo parecido a tentáculos, una figura muy esbelta y aparentemente joven, y ahora sentía ser más bajo que mi verdadero yo.

Miré a mi alrededor para ver donde estaba, lo que antes había sido un páramo nevado ahora estaba lleno de cordilleras, había un río próximo que parecía serpentear por todas partes, me aproximé, necesitaba ver mi rostro y saber quién era ahora mismo, y lo más importante, descubrir de una vez el por qué pasaba esto.

La lluvia caía sin pausa, pero sin excesiva intensidad, hacía buen frío, pero nada que ver con lo que recordaba haber experimentado en la tundra. Sonidos como de voces atraídas por el viento resonaban por todas partes, lo que provocaba que me dieran ligeros escalofríos de vez en cuando.

Llegué a la orilla del río y miré directamente al reflejo. Mi nuevo rostro me resultaba conocido, había conocido a una chica pez con este rostro. ¿Por qué ahora tenía esa forma? No recordaba bien su nombre... ¿Navarri, tal vez?

ASPECTO


Todo esto era demasiado extraño. Alcé la vista, comencé a avanzar rápidamente por el cauce del río, cuando de pronto me quedé expectante ante lo que vi, me agazapé un poco cubriéndome por una roca

Un poco más allá había lo que parecía ser un cangrejo gigante haciendo unos movimientos  un tanto extraños, pues parecía estar solo.

-O está jugando o le gusta mucho bailar...

Entonces alcé la vista un poco más cerca de mí, lo que ví no me lo podía creer, mi misma imagen estaba ahí. ¿Sería la auténtica chica pez? No sabía cómo reaccionar, debería ser una sorpresa para ella verse a sí misma, pero igual le resultaba divertido. Entonces recordé que no estaba seguro de su nombre, me paré delante de ella, de pie, con la cara seria. Le señalé y simplemente con voz clara intenté adivinar su nombre,

-¿Navori?

DATOS
#10


Salto de foro:


Usuarios navegando en este tema: 11 invitado(s)