Zath Elion Vhal
Zev el Fiero
05-08-2024, 11:16 PM
Zev observó con una mezcla de asombro y diversión cómo el suricato, Jimbo, descendía del árbol con una gracia que solo los seres tan ligeros como él podían exhibir. Sus ojos ámbar seguían cada movimiento, cada gesto teatral con un interés genuino. El pez, Timsy, parecía compartir su sorpresa, pero también su cautela, algo que Zev comprendía perfectamente.
- "Estos dos son una pareja inusual. Me gustan pero, ¿serán dignos de confianza?" - una sombra de duda aparecía en la mente del Coyote.
- Jimbo, me alegra ver que compartimos el amor por la exploración y la aventura - dijo Zev con una sonrisa. Se acercó un poco, manteniendo una distancia respetuosa, consciente de que aún podían sentirse amenazados - Y Timsy ¿digo bien verdad? Gracias por no atacar nada más verme.
El entusiasmo de Jimbo era contagioso, y por un momento, Zev se permitió disfrutar de la ligereza de la situación.
- "Cada criatura tiene su historia, y seguro que las de estos dos son particularmente fascinantes. ¿Qué secretos guardarán?" - meditó para sí con una ligera sonrisa.
- Creo que cada uno de nosotros ha recorrido un largo camino para llegar aquí - continuó Zev, recogiendo una rama caída y examinándola distraídamente - Yo mismo he cruzado tierras y mares en busca de... bueno, supongo que en busca de un propósito. Y parece que no estoy solo en esa búsqueda. ¿Me equivoco? – lanzó la pregunta al aire pues creía conocer la respuesta. Al fin y al cabo se trataba de animales parlantes, que difícilmente encajarían en el mundo de los humanos mejor de lo que el lo había hecho.
El intento de Jimbo de pronunciar su nombre esbozó una carcajada muda en Zev, una que no había sentido en mucho tiempo; de las que te alargan un poco la vida.
- Cevde está bastante cerca, amigo. Puedes llamarme Zev simplemente, es más fácil - dijo, aún sonriendo y sabiendo casi a ciencia cierta que aquel personajillo tardaría en conseguirlo.
Se arrodilló para estar a un nivel más parecido al de sus nuevos amigos, extendiendo una mano en un gesto de camaradería.
- Quizás podamos ayudarnos mutuamente mientras exploramos. Parece que todos buscamos algo, y juntos podríamos tener mejor suerte. - Añadió tendiendo la mano primero al peludo y luego al escamoso.
- "¿Pero puedo realmente bajar la guardia con estos dos? Timsy aún sostiene a su pez como un arma. Aunque, ¿quién soy yo para juzgar?" – Zev relajó la postura todo lo que pudo por estar encogido para inspirar paz.
- Y si me permitís, estaré encantado de escuchar más sobre vuestras aventuras cuando estéis dispuestos a compartirlas - agregó Zev, su tono lleno de sinceridad y un ligero matiz de esperanza. – Por mi parte creo que debo dirigirme a este lugar. Pero a decir verdad no tengo ni medios ni conocimientos para llegar – Zev mostró un mapa con unas coordenadas que parecían marcar un lugar.
- Creo que aquí podré encontrar respuestas y quizá algún propósito – Añadió casi susurrando para sí - ¿Queréis acompañarme? Si hay sitio para mi no sería raro que lo hubiese para vosotros dos.
- "Estos dos son una pareja inusual. Me gustan pero, ¿serán dignos de confianza?" - una sombra de duda aparecía en la mente del Coyote.
- Jimbo, me alegra ver que compartimos el amor por la exploración y la aventura - dijo Zev con una sonrisa. Se acercó un poco, manteniendo una distancia respetuosa, consciente de que aún podían sentirse amenazados - Y Timsy ¿digo bien verdad? Gracias por no atacar nada más verme.
El entusiasmo de Jimbo era contagioso, y por un momento, Zev se permitió disfrutar de la ligereza de la situación.
- "Cada criatura tiene su historia, y seguro que las de estos dos son particularmente fascinantes. ¿Qué secretos guardarán?" - meditó para sí con una ligera sonrisa.
- Creo que cada uno de nosotros ha recorrido un largo camino para llegar aquí - continuó Zev, recogiendo una rama caída y examinándola distraídamente - Yo mismo he cruzado tierras y mares en busca de... bueno, supongo que en busca de un propósito. Y parece que no estoy solo en esa búsqueda. ¿Me equivoco? – lanzó la pregunta al aire pues creía conocer la respuesta. Al fin y al cabo se trataba de animales parlantes, que difícilmente encajarían en el mundo de los humanos mejor de lo que el lo había hecho.
El intento de Jimbo de pronunciar su nombre esbozó una carcajada muda en Zev, una que no había sentido en mucho tiempo; de las que te alargan un poco la vida.
- Cevde está bastante cerca, amigo. Puedes llamarme Zev simplemente, es más fácil - dijo, aún sonriendo y sabiendo casi a ciencia cierta que aquel personajillo tardaría en conseguirlo.
Se arrodilló para estar a un nivel más parecido al de sus nuevos amigos, extendiendo una mano en un gesto de camaradería.
- Quizás podamos ayudarnos mutuamente mientras exploramos. Parece que todos buscamos algo, y juntos podríamos tener mejor suerte. - Añadió tendiendo la mano primero al peludo y luego al escamoso.
- "¿Pero puedo realmente bajar la guardia con estos dos? Timsy aún sostiene a su pez como un arma. Aunque, ¿quién soy yo para juzgar?" – Zev relajó la postura todo lo que pudo por estar encogido para inspirar paz.
- Y si me permitís, estaré encantado de escuchar más sobre vuestras aventuras cuando estéis dispuestos a compartirlas - agregó Zev, su tono lleno de sinceridad y un ligero matiz de esperanza. – Por mi parte creo que debo dirigirme a este lugar. Pero a decir verdad no tengo ni medios ni conocimientos para llegar – Zev mostró un mapa con unas coordenadas que parecían marcar un lugar.
- Creo que aquí podré encontrar respuestas y quizá algún propósito – Añadió casi susurrando para sí - ¿Queréis acompañarme? Si hay sitio para mi no sería raro que lo hubiese para vosotros dos.