Airgid Vanaidiam
Metalhead
06-08-2024, 10:38 PM
(Última modificación: 06-08-2024, 10:41 PM por Airgid Vanaidiam.)
Menos mal, parecía que Hammond había vuelto a la normalidad. Empeorar antes de mejorar, como le había dicho a Asradi hace un momento. Solo que por el camino también acabó con la mitad de su casa. A veces ser amable tenía también consecuencias menos buenas, por sorprendente que pudiera parecer. Sintió pena al principio, pero a Airgid le gustaba darle una segunda vida a los objetos de su alrededor, transformarlos y convertirlos en algo diferente y mejor. Y sinceramente, por mucho cariño que le tuviera a aquel garaje, siempre había deseado hacerse a la mar, por lo que nunca había terminado de ver ese sitio como suyo al cien por cien. Sino como un lugar donde vivía de prestado, un tiempo, hasta que mejorase.
Hammond les reconoció de nuevo, y tomó una bolsa para empezar a hacer... ¿pesas? Si no fuera porque decía que quería algo de comer, le habría enseñado su banco de entrenamiento. Seguro que se lo pasaba pipa con él. Y le hizo gracia como dijo lo de "chiquito". — Chiquito, pero acogedor. — Respondió ella con una sonrisilla. Tampoco es que necesitase mucho más espacio, él sí, claro, era como casi tres veces ella.
— ¡Conozco las mejores tabernas de por aquí! Habláis con una experta gastronómica, ¿sabe? — La verdad es que Airgid era de gran apetito, los músculos no se mantenían solos. Terminó de abrir la puerta del garaje, hasta arriba del todo para que Hammon no la destrozase también al pasar, y con su bastoncito salió hacia fuera, alcanzando la calle. — De hecho... ya sé a donde podemos ir, el dueño me debe una, si me la cobro seguro que nos deja comer gratis. — No estaba tan segura, realmente, pero le sabía mal que Asradi se hubiera ofrecido a pagar e invitarles. Porque ella no tenía un duro, era la pura verdad.
Aunque bueno, si preferían ir a conseguir su propia comida, Airgid tampoco se oponía a esa idea. Aunque no sabía pescar, todo sea dicho. El frutero salió a la calle al ver que Airgid se encontraba fuera. — ¿Todo bien, Airi? ¿Se encuentra mejor tu amigo? — Le preguntó con simpatía. La rubia elevó el brazo hacia él, levantando el pulgar y agrandando aquella blanca sonrisa. — ¡Perfe! Pero ya cierro por hoy, mañana será otro día, ¿eh? — Tenía que esperar a que todos salieran para poder echarle el candado a su casa, que no le robasen como la última vez.
Hammond les reconoció de nuevo, y tomó una bolsa para empezar a hacer... ¿pesas? Si no fuera porque decía que quería algo de comer, le habría enseñado su banco de entrenamiento. Seguro que se lo pasaba pipa con él. Y le hizo gracia como dijo lo de "chiquito". — Chiquito, pero acogedor. — Respondió ella con una sonrisilla. Tampoco es que necesitase mucho más espacio, él sí, claro, era como casi tres veces ella.
— ¡Conozco las mejores tabernas de por aquí! Habláis con una experta gastronómica, ¿sabe? — La verdad es que Airgid era de gran apetito, los músculos no se mantenían solos. Terminó de abrir la puerta del garaje, hasta arriba del todo para que Hammon no la destrozase también al pasar, y con su bastoncito salió hacia fuera, alcanzando la calle. — De hecho... ya sé a donde podemos ir, el dueño me debe una, si me la cobro seguro que nos deja comer gratis. — No estaba tan segura, realmente, pero le sabía mal que Asradi se hubiera ofrecido a pagar e invitarles. Porque ella no tenía un duro, era la pura verdad.
Aunque bueno, si preferían ir a conseguir su propia comida, Airgid tampoco se oponía a esa idea. Aunque no sabía pescar, todo sea dicho. El frutero salió a la calle al ver que Airgid se encontraba fuera. — ¿Todo bien, Airi? ¿Se encuentra mejor tu amigo? — Le preguntó con simpatía. La rubia elevó el brazo hacia él, levantando el pulgar y agrandando aquella blanca sonrisa. — ¡Perfe! Pero ya cierro por hoy, mañana será otro día, ¿eh? — Tenía que esperar a que todos salieran para poder echarle el candado a su casa, que no le robasen como la última vez.