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Gautama D. Lovecraft
El Ascendido
03-02-2025, 11:24 AM
Dentro de las variadas y pintorescas islas que el North Blue albergaba, Lvneel aunque a primera vista fuera un grato bastión donde uno podía reposar el culo sin tener que estar mirando constantemente a los alrededores, presentaba una particular forma de estremecerme y eso que no llevaba mucho tiempo aquí.
El humo de las fábricas no terminaba de sentarme de todo bien, su escena era algo degradante y mi más sentido pésame por el medioambiente replicaba por el hecho de que desaparecieran, o se transformasen en otro tipo de fábricas que fueran más sensatas con el entorno. Apuntado queda.
En mis múltiples andanzas por la ciudad, la cabellera rubia de Giorno resaltaba con los brillos dorados y un corte pomposo que solo le gustaba a él. No era del todo mal chico, salvo que su garbo parecía despertar alguna que otra mirada interesada en él. Sus andares me eran desconocidos, obviaba hacia donde se dirigía, pero en el momento que desde una decena de metros quise ir a llamarle la atención, me dispuse a observar algo anómalo que llamó la curiosidad de mis ojos. Un distinguido tipo, parecía pisar los talones del chico témpano, ¿al son de qué?, me acerqué con temple y sin alteraciones hacia ambos, pero orienté mis pasos hacia el desconocido con aspecto de ave.
Su envergadura era mucho mayor que la mía, tenía una altura envidiable y unas alas que descansaban recogidas sobre su espalda. Sin lugar a dudas, ya se me hacían más que familiar aquel tipo de estética, salvando algunos rasgos esenciales que se diferenciaban claramente de aquellos tipos con los que me topé arriba en la Red Line. ¿Tendrá que ver con ellos?, no debía de meter a todos los seres en el mismo cajón, pero aún así, viendo que el desconocido no apartaba la mirada sobre Giorno, me dispuse a interceder entre ambas de manera inteligente.
Hice gala del gallardo uniforme marine para llamarle la atención de manera amigable, al menos en primera instancia hasta al menos saber cual era su propósito allí siguiendo a Giorno.
- Ah hola, ¿se perdió joven? -
Dije algo inocente y entremetiéndome en su paso furtivo y cauto. Simplemente, con la intención de saber con franqueza el propósito que lo llevaba a actuar de esa forma. Le mantuve la mirada con la barbilla alzada, con un gesto agradable pero expectante ante su respuesta.
- ¡FIIIIIUUUUU! ¡Giorno! -
Silvé, y acto seguido llamaría al rubio de melena brillante, sin apartar la vista del joven alado que tenía en frente. Había que llegar al fondo de todo eso, ¿que pretendía aquel ser?
El humo de las fábricas no terminaba de sentarme de todo bien, su escena era algo degradante y mi más sentido pésame por el medioambiente replicaba por el hecho de que desaparecieran, o se transformasen en otro tipo de fábricas que fueran más sensatas con el entorno. Apuntado queda.
En mis múltiples andanzas por la ciudad, la cabellera rubia de Giorno resaltaba con los brillos dorados y un corte pomposo que solo le gustaba a él. No era del todo mal chico, salvo que su garbo parecía despertar alguna que otra mirada interesada en él. Sus andares me eran desconocidos, obviaba hacia donde se dirigía, pero en el momento que desde una decena de metros quise ir a llamarle la atención, me dispuse a observar algo anómalo que llamó la curiosidad de mis ojos. Un distinguido tipo, parecía pisar los talones del chico témpano, ¿al son de qué?, me acerqué con temple y sin alteraciones hacia ambos, pero orienté mis pasos hacia el desconocido con aspecto de ave.
Su envergadura era mucho mayor que la mía, tenía una altura envidiable y unas alas que descansaban recogidas sobre su espalda. Sin lugar a dudas, ya se me hacían más que familiar aquel tipo de estética, salvando algunos rasgos esenciales que se diferenciaban claramente de aquellos tipos con los que me topé arriba en la Red Line. ¿Tendrá que ver con ellos?, no debía de meter a todos los seres en el mismo cajón, pero aún así, viendo que el desconocido no apartaba la mirada sobre Giorno, me dispuse a interceder entre ambas de manera inteligente.
Hice gala del gallardo uniforme marine para llamarle la atención de manera amigable, al menos en primera instancia hasta al menos saber cual era su propósito allí siguiendo a Giorno.
- Ah hola, ¿se perdió joven? -
Dije algo inocente y entremetiéndome en su paso furtivo y cauto. Simplemente, con la intención de saber con franqueza el propósito que lo llevaba a actuar de esa forma. Le mantuve la mirada con la barbilla alzada, con un gesto agradable pero expectante ante su respuesta.
- ¡FIIIIIUUUUU! ¡Giorno! -
Silvé, y acto seguido llamaría al rubio de melena brillante, sin apartar la vista del joven alado que tenía en frente. Había que llegar al fondo de todo eso, ¿que pretendía aquel ser?