Vesper Chrome
Medical Fortress
14-08-2024, 10:38 PM
Al final, no podia quedarme de brazos cruzados cuando alguien hacia algo como eso, invitó a todo el restaurante, como si estuvieramos nada mas que en un bar, en una barra libre, me cae bien la gente asi, que no le tiene miedo a sobre pasar las cosas normales que tienden a pensar y hacer los humanos. — Que sean cuatro patos por favor. — Indiqué al mesero mientras señalaba al grandulón. —Ya escuchó, el invita. — Y que bueno que invita, realmente no tengo dinero de mas, entrar a este lugar me cayó como anillo al dedo.
He pensando durante un tiempo, que un hombre sin modales, pues simplemente no es un hombre, alla en el North Blue, donde el frio es el dia a dia, la nieve tu amiga y el fuego el amor platonico de muchos pobres, es el lugar donde precisamente los modales no estan, pues, a la orden del dia, pero el ver a un hombre comer como si no hubiera un mañana era algo que no se veia todos los dias, los mas adinerados comen en lugares exclusivos, y los que menos tienen a penas les alcanza para comer, pero si conozco perfectamente de un grupo en particular que comen hasta saciarse, y lo sé a ciencia cierta por que yo soy parte de ellos, Los piratas.
Pero a pesar de ese titulo, esa faccion a la que pertenezco de las muchas que hay en este mundo, sigo siendo un hombre respetable, por ello me levanté de la mesa para dirigirme hacia el grandulón. — Gracias por la invitación, mi nombre es Vesper Chrome, soy un medico del north blue. — Observe a las chicas brindandole una muy leve sonrisa. —Despues de comer tanto quizas necesites un medico, es lo menos que puedo hacer por tu gran amabilidad. — No esperaba una respuesta de parte del gigantón, mucho menos de las chicas, lo importante era presentarme y darles la impresión de que realmente estoy agradecido, pues parte de esa comida podré llevarla conmigo hasta durar unos dias.
—Bueno, parece que la comida de hoy va a ser más interesante de lo que esperaba — dije, levantando ligeramente la copa que había en la mesa cercana, sin siquiera saber si era mía — A tu salud, grandulón. — Volví a mi mesa, consciente de que, aunque el hombre no hubiera respondido, mi intención de mostrar respeto y gratitud había quedado clara. Me senté de nuevo, esperando el banquete que estaba por venir. Mientras tanto, mi mente seguía trabajando en el plan para los próximos días. Después de todo, un médico pirata no puede darse el lujo de relajarse demasiado, incluso en momentos de aparente calma.
El mesero regresó con los cuatro patos que había pedido. Mis ojos se iluminaron al verlos. Esa comida iba a ser un festín, y tenía la intención de disfrutar cada bocado. Al fin y al cabo, uno nunca sabe cuándo será la próxima vez que se podrá dar un banquete como este. —Gracias, grandulón— murmuré mientras comenzaba a servir. Pero antes de probar la comida, tomé un momento para observar a la multitud en el restaurante. Los rostros de los comensales, los murmullos, las risas… Todo parecía tan normal, y a la vez, tan extraño para alguien que ha pasado tanto tiempo en alta mar.
He pensando durante un tiempo, que un hombre sin modales, pues simplemente no es un hombre, alla en el North Blue, donde el frio es el dia a dia, la nieve tu amiga y el fuego el amor platonico de muchos pobres, es el lugar donde precisamente los modales no estan, pues, a la orden del dia, pero el ver a un hombre comer como si no hubiera un mañana era algo que no se veia todos los dias, los mas adinerados comen en lugares exclusivos, y los que menos tienen a penas les alcanza para comer, pero si conozco perfectamente de un grupo en particular que comen hasta saciarse, y lo sé a ciencia cierta por que yo soy parte de ellos, Los piratas.
Pero a pesar de ese titulo, esa faccion a la que pertenezco de las muchas que hay en este mundo, sigo siendo un hombre respetable, por ello me levanté de la mesa para dirigirme hacia el grandulón. — Gracias por la invitación, mi nombre es Vesper Chrome, soy un medico del north blue. — Observe a las chicas brindandole una muy leve sonrisa. —Despues de comer tanto quizas necesites un medico, es lo menos que puedo hacer por tu gran amabilidad. — No esperaba una respuesta de parte del gigantón, mucho menos de las chicas, lo importante era presentarme y darles la impresión de que realmente estoy agradecido, pues parte de esa comida podré llevarla conmigo hasta durar unos dias.
—Bueno, parece que la comida de hoy va a ser más interesante de lo que esperaba — dije, levantando ligeramente la copa que había en la mesa cercana, sin siquiera saber si era mía — A tu salud, grandulón. — Volví a mi mesa, consciente de que, aunque el hombre no hubiera respondido, mi intención de mostrar respeto y gratitud había quedado clara. Me senté de nuevo, esperando el banquete que estaba por venir. Mientras tanto, mi mente seguía trabajando en el plan para los próximos días. Después de todo, un médico pirata no puede darse el lujo de relajarse demasiado, incluso en momentos de aparente calma.
El mesero regresó con los cuatro patos que había pedido. Mis ojos se iluminaron al verlos. Esa comida iba a ser un festín, y tenía la intención de disfrutar cada bocado. Al fin y al cabo, uno nunca sabe cuándo será la próxima vez que se podrá dar un banquete como este. —Gracias, grandulón— murmuré mientras comenzaba a servir. Pero antes de probar la comida, tomé un momento para observar a la multitud en el restaurante. Los rostros de los comensales, los murmullos, las risas… Todo parecía tan normal, y a la vez, tan extraño para alguien que ha pasado tanto tiempo en alta mar.