Hay rumores sobre…
... una bestia enorme y terrible atemoriza a cualquier infeliz que se acerque a la Isla Momobami.
[Común] [Presente] El gigante, la tullida, la sirena, el pícaro, el pato y el boxeador
Gavyn Peregrino
Horus il Tessitore
No estaba muy seguro de lo que me sobresaltó más del  estrambótico grupo que se estaba formando, si la aparición del chico de cabello fucsia, quien comenzó a describir lo que parecían ser aspectos e información privada de la mujer rubia; o la reacción del gigante, que, si bien era esperable, de todos modos no dejaba de ser una demostración de fuerza que denotaba… Peligro. Y a mi me encantaba el peligro. El peligro que representaban las personas que conocía, como podían valerse por sí mismas e incluso llegar a ser intimidantes, no me refería al peligro en el que estábamos, no, porque estar rodeado de gánsteres y trajeados que pretendían convertirnos en, mínimo, coladores, sin duda no se encontraba entre mi lista de deseos para las épocas festivas. Mi vena masoquista no era tan extremista.

Moví las alas, sobresaltado al ver que levantaba el mandoble, mandoble el cual llevaba sujetando y apretando desde la empuñadura desde hace rato, y supe que pronto tendría que escapar, por muy cobarde que fuese la idea, ya que, aunque cada uno de nosotros lograse salir intacto, derrotando a los hombres trajeados, de todos modos, un escándalo de esta magnitud en pleno centro del pueblo atraería a la marina. Por que, por supuesto, Kilombo tenía una base de la marina que no dejaría descansar en paz a ningún pirata buscado, y a los no buscados también.

Lo siguiente pasó muy rápido… Y ridículo, siendo sincero. No fue difícil notar el cambio en el aroma y en el ambiente, no considerando que lo que lo cubría era una nube de gas verdoso, eso junto con el aviso de Ubben me llevaron a reaccionar apresuradamente y cubrirme la parte inferior del rostro con el codo. Pero lo que no esperaba es que en medio de las presentaciones que la rubia, Airgid, estaba haciendo tan tranquilamente para el ahora nombrado Alzeid, la chica azabache sentada a su lado, notando el aroma del gas, se arrojase hacia ella para cubrirle la boca tropezando, solo para caerle encima y, por defecto, arrollar a Alzeid en el proceso. Ahí lo vi claramente, lo que hizo tropezar a la morena, pero no pude darle la suficiente importancia ya que Ubben, intentando ayudarlas cayó sobre los otros tres y, por el susto de la caída, batí las alas para esquivar el desastre golpeando una de las jarras en la mesa, que voló por la terraza y le dio en la cabeza a uno de los trajeados, noqueándolo en el instante.



El mejor efecto dominó humano que había visto en mucho tiempo.

. – Pfff ¡Jajajajaja! –Solté una carcajada, tentado por la tontería de toda la situación– Eso fue increíble. Seis de diez por el intento de ayuda.

Intenté contener la risa para no inhalar el gas, cubriéndome con el cuello de la chaqueta de aviador, y batí las alas, esta vez de forma mucho más controlada, para apartar la nube verde, que nos cubría tanto a mí como la pila humana, extendiéndola hacia los hombres trajeados que invadían el local. En ese momento el pato intentó dialogar con los mafiosos, pero fue en vano ya que, apenas terminó de hablar, alguien rompió una ventana desde fuera y lanzó una granada. No tuve tiempo siquiera de agacharme tras la mesa y recoger mis alas cuando el humo comenzó a salir de la granada, luego comenzó el caos en una lluvia de balas hacia los civiles que comenzaron a correr intentando escapar. Me asomé cuando escuché al Pato gritar, ahora vestido con un traje elegante y una escopeta bastón, abriendo fuego hacia los matones. Y, como si la situación no pudiera ser aún más surrealista todavía, una criatura de roca gigante, lo suficiente para abarcar gran parte del espacio de la taberna, se pronunció como el espíritu de la Isla Kilombo ¿Qué? Asustando lo suficiente a los mafiosos como para que soltasen sus armas y escapasen…

Parpadeé, entrecerrando los ojos cuando la piedra comenzó a caerse y deshacerse, dejando ver al muchacho de pelo negro que había intentado escapar y había pedido todo el menú del bar.

. – Solo falta que entren ladrones vestidos en monos rojos, máscaras de Dalí y ametralladoras en mano para rematar…

Volví a mover las alas para alejar el humo y el gas de mí, de la mesa, y de los delirantes que la rodeaban, mientras me ponía de pie. Hastiado, me acerqué a la pila humana y ofrecí mi mano a Airgid, para que pudiera levantarse mientras Ubben ayudaba a la sirena.

. – ¿Por qué no hablamos de ese pago y ese trabajo fuera de este circo? Suena como una buena idea ¿No? A menos que quieran quedarse a, no sé ¿Tomar el té con la marina? –Levanté la mano que tenía libre, mientras miraba al Pato y el chico de brazos largos, en fingido son de paz– Sugerencia.
#58


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RE: [C-Pasado] El gigante y la tullida - por Asradi - 30-07-2024, 08:27 PM
RE: [C-Pasado] El gigante y la tullida - por Asradi - 31-07-2024, 12:17 PM
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RE: [C-Pasado] El gigante y la tullida - por Asradi - 12-08-2024, 11:51 AM
RE: [Presente] El gigante, la tullida, la sirena, el pícaro, el pato y el boxeador - por Gavyn Peregrino - 19-08-2024, 02:22 AM

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