Gautama D. Lovecraft
El Ascendido
27-08-2024, 01:10 PM
- Limpieza completada: 14/100.
La intervención de Gus ante la indiscreta presencia del anfibio que estaba junto a Jun, pareció desencadenar en la joven y en este un pronto y mejor entendimiento para que agilizasen el trámite que fuera, bien para cooperar en la limpieza del muro, o por el contrario, para que resolvieran lo que tuvieran entre manos y dejasen de perder el tiempo con nimiedades. La condena, por muy suave que fuera, era una condena al fin y al cabo, registrada en el expediente de la joven para que fuera llevada a cabo hasta quitar el último trazo del graffiti de la pared exterior, y de no ser así, se iniciaría el trámite correspondiente con una nueva pena que asumiría por no haber llevado a cabo su tarea, lo que derivaría a una condena mayor.
Jun pareció ver en el desconocido una mano con la que limpiar más rápido y agilizar el proceso que tenía en frente, el cual, a penas había arrancado. Gus tras presenciar las palabras de esta, pronto dedujo que esos 2 no se conocían y que el tipo simplemente caminó hasta allí por dios sabe que. Dudó en el proceder, ¿Qué pintaba allí sin conocerla? Quizá, otro compañero de llegar al punto donde Gus llegó, invitaría al tipo a seguir su camino y no inmiscuirse en los asuntos ajenos, a no ser que quisiera buscarse problemas con la justicia, y dado el lugar donde se encontraba, no es que fuera la mayor de las ideas.
Entrecerró los ojos dubitativo por la escena, Jun pareció rebajarse y desquitarse del orgullo con el anfibio, suplicando que le ayudara, ¡Hasta se lo pidió por favor al terminar! ya que esta no estaba en posición de alardear de su condición, no tuvo otra que compensar al pez invitándolo a comer. El por favor de la joven sonó casi tan falso como un berry de chocolate, se notaba que no es que estuviera muy acostumbrada a tener unos modales coherentes con los demás, y las 2 palabras mágicas tenían menos credibilidad que el arrepentimiento de un fugitivo, sin embargo, ahí estaban.
El desconocido, en el momento de responder a la intervención de Gus, pareció subirse por las ramas con un tono que no es que fuera muy inteligente de utilizar por el sitio donde se encontraba, pero maniobró lo suficiente para no trascender con el y corregir sus modales. Gus no es que fuera un marine tan riguroso como cualquier otro de la base, como ya se lo hizo saber a Jun en el camino hasta la puerta, simpatizaba bastante con el al fin al cabo, artífice de esa situación, el Sargento Lovecraft, por ello, su tolerancia hacia el anfibio era más flexible y al ver como reculó y enmendó aquel impulso, no le daría más bola.
Tras ello, el mismo se volvió a dirigir al marine, y risueño accedió a la propuesta de la joven, reafirmando la promesa del pago que cerraron intentando que validase cual juez aquel trato.
- Sería cuanto menos desafortunado por tu parte, Jun, que ya que te van a ayudar no vayas a dar nada a cambio... las deudas han de ser pagadas, si no, vas a volver aquí... tu misma. -
Diría con la determinación que le garantizaba su rol allí, en aquella situación, con cierto tono desenfadado hacia Jun, pero dándole la confirmación que buscaba el pez. No obstante, el pez pareció tropezar con un exceso de confianza que no tenía ni Gus nunca le cedió, ¿Pedirle que le traiga un cepillo? ahí se pasaría de rosca el pez, que no sé hasta que punto desconocía la labor de Gus, o si por otro lado fuera un vano intento de que este se fuera para poder escapar de allí junto a la joven.
- ¿¡Cómo?!! No sé que intentas pidiéndome que vaya yo mismo a por un cepillo, ¿a caso pretendes aprovechar que me vaya para escapar con ella? -
Le dedicó una pregunta para comprobar su reacción. Tenía la certeza de que el tipo pidió el cepillo sin ningún tipo de vinculación a una posible salida, pero Gus, no era un marine al uso, llevaba media vida ejerciendo como tal, y como vigilante responsable de presos, había escuchado y conocido todo tipo de tretas para escapar de la base, y una tan aparentemente simple como la del pez, carecía hasta de dicha intención para él.
- Si necesitas otro cepillo, puedes ir hasta la puerta para pedirle uno al marine de la caseta de vigilancia... si lo pillas de buen humor puede que te preste el suyo, se llama Erny. -
Le terminaría de contestar al pez, que si quería otro cepillo, debería de buscarlo y obtenerlo por sus propios medios. ¿Accedería el pez a ello o se limitaría a continuar enjabonando la pared y Jun raspando con el único cepillo que tenía. Gus seguiría allí presente expectante, una vez que se resolviera el asunto, volvería a su sombra metros atrás para seguir vigilando desde la distancia.