Dharkel
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19-09-2024, 09:47 PM
El kobito en lugar de abandonar el lugar decidió hacer frente al falso desafío, tratando de insultar inútilmente al mendigo en el proceso. No era imposible, pero sí bastante improbable que le dijese algo que no le hubiesen dicho o se hubiese recriminado múltiples veces a sí mismo.
- Eso es porque no ves lo que yo veo... - musitó elevando media sonrisa.
Educadamente, o al menos así lo parecía, el pequeño ser le devolvió la reverencia y salió corriendo en su dirección, lanzándose horizontalmente con el bastón bien sujeto. En respuesta, Dharkel asió con fuerza la empuñadura de su arma, la llevó ligeramente hacia atrás y flexionó levemente las rodillas, dándole la flexibilidad y el empuje necesario para lanzar su contraofensiva.
Cuando su rival se encontró a un par de metros de distancia el espadachín dio un paso al frente, rotando su cuerpo con toda la fuerza posible y realizando un rápido tajo ascendente desde su zurda, por donde vino el ataque de su enemigo.
Una vez más volvió a sonar el repique del metal, chocando con violencia. Aquella pequeña criatura tenía una fuerza espectacular, incomprensible para su tamaño. Aún tenía muchas cosas que descubrir de ese basto mundo. Las armas se separaron brevemente unos centímetros y Dharkel aprovechó la oportunidad para acompañar la caída del kobito con la de su propia katana, haciendo un movimiento circular descendente desde la diestra y utilizando la inercia del tajo anterior para intentar pillarle desprevenido.
Pero sus planes fracasaron pues su adversario había sido más rápido, llegando a propinarle un fuerte golpe en la rodilla derecha. Soltando un alarido de dolor, retrocedió pesadamente un par de pasos.
No había duda de que había perdido demasiado práctica. La mala vida entre licores baratos y amargos, sustancias de dudosa procedencia y alguna que otra enfermedad sexual le habían pasado factura. Tampoco había tenido necesidad de entrenar, pues las fuerzas del orden raramente se internaban allí y normalmente la gente no solía perder el tiempo con un borracho que no tenía nada que perder.
- Eso es porque no ves lo que yo veo... - musitó elevando media sonrisa.
Educadamente, o al menos así lo parecía, el pequeño ser le devolvió la reverencia y salió corriendo en su dirección, lanzándose horizontalmente con el bastón bien sujeto. En respuesta, Dharkel asió con fuerza la empuñadura de su arma, la llevó ligeramente hacia atrás y flexionó levemente las rodillas, dándole la flexibilidad y el empuje necesario para lanzar su contraofensiva.
Cuando su rival se encontró a un par de metros de distancia el espadachín dio un paso al frente, rotando su cuerpo con toda la fuerza posible y realizando un rápido tajo ascendente desde su zurda, por donde vino el ataque de su enemigo.
ESP101
ESPADACHíN
Ofensiva Activa
Tier 1
No Aprendida
22
1
Se trata de un simple pero rápido tajo con el arma buscando encajar un corte con la mayor profundidad posible, causando +10 de daño de [Colisión].
Golpe Basico + [FUEx2] de [Daño cortante]
Una vez más volvió a sonar el repique del metal, chocando con violencia. Aquella pequeña criatura tenía una fuerza espectacular, incomprensible para su tamaño. Aún tenía muchas cosas que descubrir de ese basto mundo. Las armas se separaron brevemente unos centímetros y Dharkel aprovechó la oportunidad para acompañar la caída del kobito con la de su propia katana, haciendo un movimiento circular descendente desde la diestra y utilizando la inercia del tajo anterior para intentar pillarle desprevenido.
Pero sus planes fracasaron pues su adversario había sido más rápido, llegando a propinarle un fuerte golpe en la rodilla derecha. Soltando un alarido de dolor, retrocedió pesadamente un par de pasos.
No había duda de que había perdido demasiado práctica. La mala vida entre licores baratos y amargos, sustancias de dudosa procedencia y alguna que otra enfermedad sexual le habían pasado factura. Tampoco había tenido necesidad de entrenar, pues las fuerzas del orden raramente se internaban allí y normalmente la gente no solía perder el tiempo con un borracho que no tenía nada que perder.