Jun Gunslinger
Nagaredama
27-09-2024, 02:02 AM
Jun alzó las cejas, dibujando un gesto de interés repentino. Un pez cartógrafo no era algo usual de ver. Entablar amistad con el podía ser útil, de hecho. A fin de cuentas, un conocimiento como el del Gyojin podría contribuir a su objetivo, o sacarla de algún apuro.
—Ah, un mapa —asintió, sin dejar de trabajar—. ¿Entonces tú no eres de por aquí? Bueno, si quieres puedo darte detalles de como es el área de las celdas —agregó después, con tono burlón, conteniendo la risa—. Aunque mejor déjalo así, bichito, no te pierdes de nada. Te lo aseguro, con el exterior basta. Solo no olvides dibujar aquella caseta, y pintar a Erny.
Con cada intercambio de palabras, Jun encontraba más simpático al Gyojin. Comenzaba a disfrutar de conversar y bromear con él. La peliazul era una muchacha difícil de lllevar, de carácter firme y temperamento fuerte, pero, por lo general, solo era así al principio, cuando no conocía bien a alguien. En realidad no le costaba mucho socializar (si se lo proponía y estaba de humor, claro está).
—Yo nací aquí, en Rostock, pero hace rato que ya me quiero ir —Una sonrisa con los dientes apretados dejaba en evidencia el hastío que sentía—. Se suponía que este grafiti fuera mi despedida. Me largaría junto a Juri para no volver jamás. Pero, como veras.... ¡Aquí estoy! —Juntó las manos en un único aplauso sarcástico, acompañado por el ruido de las cadenas.
Poco rato pudo conversar el dúo limpia-muros, porque Gus abandonó su puesto y se acercó para llevar noticias que, al principio, parecían excelentes. Bueh... pronto sabría Jun que no eran tan excelentes.
El marine le explicó que su amiga permanecía inconsciente, que su estado no parecía ser crítico pero se encontraba en una especie de coma que requería atención permanente. Al oír aquellas palabras, el mundo de Jun pareció tambalearse, se sintió mareada, nublada. Sus pensamientos, minutos antes ligeros y llenos de ironía, se tornaron oscuros. Los ojos amatista se cristalizaron, y el pánico se apoderó de su mirada. Las manos se aflojaron y el cepillo cayó dentro del balde, salpicando alrededor.
—Quiero verla —fue todo lo que pudo responder, con un nudo atorado en la garganta.
—Ah, un mapa —asintió, sin dejar de trabajar—. ¿Entonces tú no eres de por aquí? Bueno, si quieres puedo darte detalles de como es el área de las celdas —agregó después, con tono burlón, conteniendo la risa—. Aunque mejor déjalo así, bichito, no te pierdes de nada. Te lo aseguro, con el exterior basta. Solo no olvides dibujar aquella caseta, y pintar a Erny.
Con cada intercambio de palabras, Jun encontraba más simpático al Gyojin. Comenzaba a disfrutar de conversar y bromear con él. La peliazul era una muchacha difícil de lllevar, de carácter firme y temperamento fuerte, pero, por lo general, solo era así al principio, cuando no conocía bien a alguien. En realidad no le costaba mucho socializar (si se lo proponía y estaba de humor, claro está).
—Yo nací aquí, en Rostock, pero hace rato que ya me quiero ir —Una sonrisa con los dientes apretados dejaba en evidencia el hastío que sentía—. Se suponía que este grafiti fuera mi despedida. Me largaría junto a Juri para no volver jamás. Pero, como veras.... ¡Aquí estoy! —Juntó las manos en un único aplauso sarcástico, acompañado por el ruido de las cadenas.
Poco rato pudo conversar el dúo limpia-muros, porque Gus abandonó su puesto y se acercó para llevar noticias que, al principio, parecían excelentes. Bueh... pronto sabría Jun que no eran tan excelentes.
El marine le explicó que su amiga permanecía inconsciente, que su estado no parecía ser crítico pero se encontraba en una especie de coma que requería atención permanente. Al oír aquellas palabras, el mundo de Jun pareció tambalearse, se sintió mareada, nublada. Sus pensamientos, minutos antes ligeros y llenos de ironía, se tornaron oscuros. Los ojos amatista se cristalizaron, y el pánico se apoderó de su mirada. Las manos se aflojaron y el cepillo cayó dentro del balde, salpicando alrededor.
—Quiero verla —fue todo lo que pudo responder, con un nudo atorado en la garganta.