Marvolath
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03-10-2024, 02:50 AM
La visión se le oscureció por el esfuerzo y no fue capaz sino de sentir los impactos, aunque no supo contra qué había impactado. Un crujido seco, seguido del repiqueteo del metal chocando contra el suelo fueron su única pista de que seguiría con vida. Poco a poco recuperó la vista, donde unos puntos que revoloteaban sobre un fondo borroso reemplazaron la oscuridad. Parpadeó y se forzó a abrir los ojos cuanto pudo, tratando de encontrar en las formas difuminadas a su rival. Sintió cómo perdía el equilibrio y comenzaba a tambalearse.
Sintió un movimiento delante, alguien que se arrastraba. Asentó los pies como pudo y preparó el bastón, atento a cualquier signo de ataque.
- ¿Quieres la mitad?
Había sonado a un lateral del pasillo, a cierta distancia, aunque el aturdimiento hacía que todo sonase lejano. ¿Sería alguno de los observadores? Pero la voz... diría que era como la del mendigo. Aprovechó el inesperado respiro, apretando los ojos con fuerza y respirando hondo. Los abrió lentamente, encontrando al mendigo tendido en el suelo, sujetando algo brillante entre las manos en señal de paz. ¿Comida? Le rugió el estómago. Los niños lo habían abordado cuando iba a desayunar, y con las carreras y los nuevos amigos estaba agotado y hambriento.
No era el único, a juzgar por el silencio y las miradas de interés del público. Sujetó con fuerza el bastón y golpeó con fuerza el suelo, agrietando el escombro de pared sobre el que se encontraba.
Apretó los dientes con tanta fuerza para no mostrar debilidad que casi se parte alguna muela.
- ¿ALGUIEN MÁS QUIERE GANARSE SU PARTE DEL BOTÍN? - preguntó voz en grito, dirigiéndose al público.
- La... la lata... disculpe. La lata era mía - dijo con un hilo de voz otro mendigo en la pared opuesta, a la que Marvolath respondió con una mirada lobuna - Só... Sólo quería decir que les aproveche.
Más pronto que tarde la multitud se disolvió, entendiendo que no tendrían más espectáculo ni comida. Cuando sólo quedaron él y el mendigo se venció al cansancio, cayendo donde estaba. Se desabrochó con dificultad la chaquetilla y el chaleco, dejando ver el costado de la camisa teñido de rojo brillante, antes de desabrochar también la camisa.
- Querría más de la mitad, pero me conformaré. - dijo con la cabeza metida en su mochila, tratando de encontrar el escuálido carrete de hilo de sutura - Aunque espero que tengas algo mejor que tu espada para abrirlo, no querría acabar con más infecciones si cabe.
Empapó una aguja curva en el contenido transparente de un frasco antes de enhebrarla con un hilo grueso. Derramó unas gotas del mismo líquido sobre la herida, limpiando la sangre y... quizá desinfectando. Entonces comenzó a coser con puntadas ágiles y metódicas, en un patrón regular y prieto que dejaría apenas un hilo plateado. Dedicó un tiempo a examinar el resto de heridas y contusiones, agradeciendo para sus adentros no tener nada que lamentar.
- ¿Necesitas algún remiendo? Tranquilo, no te cobraré. Sé que tampoco tienes con qué pagar. - preguntó a su antiguo rival, mirándolo por primera vez desde que quedaron a solas, y descubriendo con sorpresa que tenía mejor aspecto del que recordaba - Aunque no pareces necesitarlo... ¿puedo estudiarte?
Sintió un movimiento delante, alguien que se arrastraba. Asentó los pies como pudo y preparó el bastón, atento a cualquier signo de ataque.
- ¿Quieres la mitad?
Había sonado a un lateral del pasillo, a cierta distancia, aunque el aturdimiento hacía que todo sonase lejano. ¿Sería alguno de los observadores? Pero la voz... diría que era como la del mendigo. Aprovechó el inesperado respiro, apretando los ojos con fuerza y respirando hondo. Los abrió lentamente, encontrando al mendigo tendido en el suelo, sujetando algo brillante entre las manos en señal de paz. ¿Comida? Le rugió el estómago. Los niños lo habían abordado cuando iba a desayunar, y con las carreras y los nuevos amigos estaba agotado y hambriento.
No era el único, a juzgar por el silencio y las miradas de interés del público. Sujetó con fuerza el bastón y golpeó con fuerza el suelo, agrietando el escombro de pared sobre el que se encontraba.
CON101
CONTUNDENTE
Ofensiva Activa
Tier 1
No Aprendida
17
1
Dando un firme paso en el que el usuario buscará generar toda la potencia de impulso y una cierta inercia con la que golpeara con su arma sin compasión a su objetivo causando un [Empuje] de 5 metros.
Golpe Básico + [FUEx2] de [Daño contundente]
Apretó los dientes con tanta fuerza para no mostrar debilidad que casi se parte alguna muela.
- ¿ALGUIEN MÁS QUIERE GANARSE SU PARTE DEL BOTÍN? - preguntó voz en grito, dirigiéndose al público.
- La... la lata... disculpe. La lata era mía - dijo con un hilo de voz otro mendigo en la pared opuesta, a la que Marvolath respondió con una mirada lobuna - Só... Sólo quería decir que les aproveche.
Más pronto que tarde la multitud se disolvió, entendiendo que no tendrían más espectáculo ni comida. Cuando sólo quedaron él y el mendigo se venció al cansancio, cayendo donde estaba. Se desabrochó con dificultad la chaquetilla y el chaleco, dejando ver el costado de la camisa teñido de rojo brillante, antes de desabrochar también la camisa.
- Querría más de la mitad, pero me conformaré. - dijo con la cabeza metida en su mochila, tratando de encontrar el escuálido carrete de hilo de sutura - Aunque espero que tengas algo mejor que tu espada para abrirlo, no querría acabar con más infecciones si cabe.
Empapó una aguja curva en el contenido transparente de un frasco antes de enhebrarla con un hilo grueso. Derramó unas gotas del mismo líquido sobre la herida, limpiando la sangre y... quizá desinfectando. Entonces comenzó a coser con puntadas ágiles y metódicas, en un patrón regular y prieto que dejaría apenas un hilo plateado. Dedicó un tiempo a examinar el resto de heridas y contusiones, agradeciendo para sus adentros no tener nada que lamentar.
- ¿Necesitas algún remiendo? Tranquilo, no te cobraré. Sé que tampoco tienes con qué pagar. - preguntó a su antiguo rival, mirándolo por primera vez desde que quedaron a solas, y descubriendo con sorpresa que tenía mejor aspecto del que recordaba - Aunque no pareces necesitarlo... ¿puedo estudiarte?