Airgid Vanaidiam
Metalhead
02-08-2024, 02:55 PM
(Última modificación: 02-08-2024, 03:04 PM por Airgid Vanaidiam.)
Ambas quedaron sentadas en el suelo, atendiendo al pobre herido, con fiebre y sin consciencia. Sería de desalmados dejar a alguien así sin cuidados. Sí, estaba perdiendo horas de trabajo, pero era lo bueno de ser tu propia jefa, ¿no? Poder cerrar la tienda cuando te daba la real gana.
No le importaría compartir una buena cervecita con aquella muchacha tan mona, aunque la mujer no parecía por la labor. Tenía sentido, la verdad, emborrachar a la única médica no parecía ser una gran idea. — Nos las pimplamos después entonces, a ver si despierta el tiarrón. Tiene pinta de que le gusta una buena cervecita. — La verdad es que ya no solo es que estuvieran cuidando de una persona herida, es que igual eran las diez de la mañana. Como para estar bebiendo alcohol a esas horas... aunque tampoco sería la primera vez, no nos engañemos.
La rubia hizo un gesto algo avergonzado cuando la morena halagó su puesto. Para ella sí, era bonito, era su hogar. Pero sabía que podía ser muy caótico, desordenado... por lo general no le gustaba que nadie sin confianza viera su casa por ese mismo motivo, podrían pensarse que era una guarra o algo así. Y ella se duchaba todos los días. Pero no la interrumpió. Parecía un poco cortada, así que quería dejarla hablar y escucharla atentamente, mientras se mordía la lengua por el interior de la boca. Desde fuera parecía como si mascara chicle con las muelas. Sin embargo, fue Asradi quién dejó su propia frase a medias.
La atención de las dos mujeres volvió de nuevo al gigantón. Estaba poniéndose rojo, todo él. Airgid, con su cabeza entre las piernas, pudo observar las expresiones que reflejaba en su rostro. No parecía estar soñando con algo muy bonito, es lo que ocasionaba la fiebre. — Mierda. — Susurró, sin saber muy bien qué hacer ante unos síntomas como esos. Asradi comenzó a examinarle, tratando de encontrar el motivo de ese repentino acaloramiento. Ella, por su parte, le hizo tragar un poco más del té medicinal y luego tomó su cabeza con ambas manos. Le apartó el pelo de la cara y le sopló suavemente aire fresquito desde sus pulmones. Notó su piel cada vez más caliente, y más, y más. Por suerte, Airgid soportaba bien el calor y las temperaturas altas, así que no le molestó su tacto. Muy diferente a la reacción de Asradi.
Sabía que sus soplidos de aire seguramente no sirvieran de mucho, pero poca cosa más se le ocurría. Ya le había dado casi todo el té, ¿quizás solo era cuestión de tiempo? Esperar a que hiciera efecto. — Traaanqui, seguro que ahora se le baja, es el típico despunte antes de la calma. Empeorar antes de mejorar. — Sonrió a la morena, que parecía más nerviosa que ella. Bajó la mirada de nuevo a Hammond, volviendo a soplarle con suavidad por las mejillas, la frente, el cuello. Si no se acabaran de conocer, podría ser un momento hasta romántico, ¿no? Era imposible negar lo guapo y atractivo que era aquel hombre. Pero no era el momento para pensar en ese tipo de cosas. Entonces le vio. El rubio comenzó a abrir los ojos, primero uno, luego los dos. — ¡Está despertando! — Anunció a su compañera, para que se quedara más tranquila. Esbozó una sonrisa enorme mientras clavaba sus ojos miel en los azules del gigante. Podía incluso notar cómo su mirada se enfocaba, retomando la consciencia. — Bienvenido al mundo de los vivos, grandullón. Nos has dao un buen susto, a Asradi casi le da un soponcio. — Bromeó, y soltó una risilla entre los dientes. Su temperatura también parecía estabilizarse, al menos dejó de subir.
No le importaría compartir una buena cervecita con aquella muchacha tan mona, aunque la mujer no parecía por la labor. Tenía sentido, la verdad, emborrachar a la única médica no parecía ser una gran idea. — Nos las pimplamos después entonces, a ver si despierta el tiarrón. Tiene pinta de que le gusta una buena cervecita. — La verdad es que ya no solo es que estuvieran cuidando de una persona herida, es que igual eran las diez de la mañana. Como para estar bebiendo alcohol a esas horas... aunque tampoco sería la primera vez, no nos engañemos.
La rubia hizo un gesto algo avergonzado cuando la morena halagó su puesto. Para ella sí, era bonito, era su hogar. Pero sabía que podía ser muy caótico, desordenado... por lo general no le gustaba que nadie sin confianza viera su casa por ese mismo motivo, podrían pensarse que era una guarra o algo así. Y ella se duchaba todos los días. Pero no la interrumpió. Parecía un poco cortada, así que quería dejarla hablar y escucharla atentamente, mientras se mordía la lengua por el interior de la boca. Desde fuera parecía como si mascara chicle con las muelas. Sin embargo, fue Asradi quién dejó su propia frase a medias.
La atención de las dos mujeres volvió de nuevo al gigantón. Estaba poniéndose rojo, todo él. Airgid, con su cabeza entre las piernas, pudo observar las expresiones que reflejaba en su rostro. No parecía estar soñando con algo muy bonito, es lo que ocasionaba la fiebre. — Mierda. — Susurró, sin saber muy bien qué hacer ante unos síntomas como esos. Asradi comenzó a examinarle, tratando de encontrar el motivo de ese repentino acaloramiento. Ella, por su parte, le hizo tragar un poco más del té medicinal y luego tomó su cabeza con ambas manos. Le apartó el pelo de la cara y le sopló suavemente aire fresquito desde sus pulmones. Notó su piel cada vez más caliente, y más, y más. Por suerte, Airgid soportaba bien el calor y las temperaturas altas, así que no le molestó su tacto. Muy diferente a la reacción de Asradi.
Sabía que sus soplidos de aire seguramente no sirvieran de mucho, pero poca cosa más se le ocurría. Ya le había dado casi todo el té, ¿quizás solo era cuestión de tiempo? Esperar a que hiciera efecto. — Traaanqui, seguro que ahora se le baja, es el típico despunte antes de la calma. Empeorar antes de mejorar. — Sonrió a la morena, que parecía más nerviosa que ella. Bajó la mirada de nuevo a Hammond, volviendo a soplarle con suavidad por las mejillas, la frente, el cuello. Si no se acabaran de conocer, podría ser un momento hasta romántico, ¿no? Era imposible negar lo guapo y atractivo que era aquel hombre. Pero no era el momento para pensar en ese tipo de cosas. Entonces le vio. El rubio comenzó a abrir los ojos, primero uno, luego los dos. — ¡Está despertando! — Anunció a su compañera, para que se quedara más tranquila. Esbozó una sonrisa enorme mientras clavaba sus ojos miel en los azules del gigante. Podía incluso notar cómo su mirada se enfocaba, retomando la consciencia. — Bienvenido al mundo de los vivos, grandullón. Nos has dao un buen susto, a Asradi casi le da un soponcio. — Bromeó, y soltó una risilla entre los dientes. Su temperatura también parecía estabilizarse, al menos dejó de subir.
- Rasgos positivos:
-Fortaleza al Calor: Tienes un +15 de [Resistencia] para aguantar los efectos del Calor. No combinable con Debilidad al Calor. Lo uso sobre todo por sentido narrativo.
- Rasgos negativos:
-Tic físico: Tu personaje sufre un síndrome de Tourette, por lo que ocasionalmente puede repetir el mismo gesto de manera continua. Esto puede traer una mala relación con los personajes, así como supone una necesidad de narración cada 3 post, incluyendo combate. Siempre será el mismo tic, y no podrá cambiar durante el transcurso de la historia, con salvedad de una causa que lo apoye. Solo una vez: Morderse la lengua.