Gautama D. Lovecraft
El Ascendido
08-11-2024, 01:45 PM
(Última modificación: 08-11-2024, 07:27 PM por Moderador OppenGarphimer.
Razón: las dimensiones y forma de la arena
)
~ Torre de Marfil, Tequila Wolf.
Día 53 - Verano del año 724.
Sabía desde mucho antes de alistarme en La Marina en busca de lo que ya conseguí para el templo que, en ocasiones, se producirían situaciones que por orden directa o por como se presentaban los acontecimientos que no irían con los códigos que defendía. Había hecho méritos suficientes en el cuartel como para ser uno de los marines más reputados de la base, algo que tanto para bien o para mal se vería reflejado en mí a la hora de realizar ciertas actividades o recibir algunos reconocimientos.
La orden llegó directamente desde Arganeo, y aunque fue más bien una petición que irremediablemente no podía rechazar, parece ser que ignorando mi evolución en el G-23, se invitó a un representante de La Marina para una contienda en lo que parecía ser una desconocida torre donde se organizaban combates ¿Tenía conocimiento de esto la misma Marina y aun así se permitía? ¿Hasta qué punto se consideraría legal la actividad que se realizaba en su interior?, e independientemente ¿Era moral permitir que todo tipo de personas o seres se matasen o hirieran de forma gratuita? Se arremolinó en mi interior un cúmulo de interrogantes y comenzó a generarse en mi una ola de curiosidad ya conocida, la misma que me arrastró hasta las entrañas de Cozia o me hizo probar suerte en un altar que disparaba rayos negros a todo aquel que osaba tocarlo. La petición y ese cúmulo de preguntas me hicieron reaccionar, y aunque interiormente rechazaba lo que se produciría en aquel lugar, finalmente me destiné a aceptar mi destino, asumiría la orden y me embarcaría rumbo a aquella torre.
En la llegada a la blanquecina y espigada edificación, mi semblante se volvió neutro para que las atentas miradas que pudiera haber allí no se percatasen de mi desaprobación. Algunos pensamientos intrusivos sobre como proceder ante tal sitio si estuviera en mi mano se cruzaron en mi mente, obviamente, si tuviera la suficiente capacidad de cerrar aquel sitio lo haría, pues el divertimento a costa del sufrimiento ajeno era algo fuera de toda lógica civilizada, pero aún no era mi momento, y aquello me lo tomaría como una misión de internamiento para conocer de manera concienzuda que se despachaba en aquella torre, apodada La Torre de Marfil.
Me recibió uno de los contactos que la base se encargó para auxiliarme y orientarme por el lugar, el cual me informó sobre el supuesto combate y sobre las instalaciones. Mi mirada analítica repasaba cada rincón, y aquello sin lugar a dudas apestaba a actividades encubiertas, de momento las desconocía y sería arriesgado indagar en ello fuera del objetivo de la operación, por lo que debía de centrarme en lo que ahora me compete. Llegué hasta una sala acompañado por el tipo, allí me dejó instándome a esperar hasta que fuera llamado. Los minutos pasaron y mi intuición me decía que aquella habitación daría lugar a la supuesta arena donde me mediría contra un rival desconocido. Mientras esperé comencé a calentar mi cuerpo y a realizar algunos estiramientos, aunque mi verdadera función allí iba por otra linde, no quería descuidar mi integridad allí.
ARM300
ARTISTA MARCIAL
Pasiva
Tier 3
No Aprendida
Podrás realizar un calentamiento durante un post para ganar +5 [Agilidad] y +5 [Fuerza] por el resto del tema. Este calentamiento se considerará como [Canalizar].
Largo rato pasó hasta que una voz retumbó por altavoces llegando hasta la habitación, el murmullo y el vocerío de lo que suponía que era gente también lo podía percibir con claridad. Otra puerta contraria por la que entré a aquella sala fue abierta de par en par por 2 asistentes, invitándome con gestos a salir. Sin inmutarme, accedí y me dirigí hacia la salida que daba a un túnel previo. Palpaba las vendas que me recubrían hasta los antebrazos para comprobar que estuvieran en su sitio, mi semblante se mostraba desinteresado ante lo que acontecía pues mi objetivo quedaba lejos de aquella arena contigua.
Al salir a esta, un clamor sacudió el sitio, la voz del presentador me presentó ante todos y un silencio debido al desconocimiento que tenían sobre mí acaeció entre los asistentes. Era consciente de que no despertaba curiosidad alguna, es evidente que los nuevos suelen pasar inadvertidos en este tipo de ambientes, y quizá hasta fuera lo mejor. Una plataforma cuadricular de 30 metros en su diagonal, de baldosas blancas se extendía ante mí, fuera de ella, un margen de entre 2 y 3 metros la alejaban de las gradas. Avancé hasta la que supuse que era mi marca, a 10 metros de la que debía de ocupar mi supuesto contrincante, ambas separadas a 5 metros del respectivo centro. Aguardaba ante cualquiera que saliera del túnel gemelo por el que yo salí, frente a mí, la oscura cavidad aguardaba la figura sombreada de alguien al que pronto conocería.