¿Sabías que…?
... el autor de One Piece, Eichiro Oda, hay semanas en las que apenas duerme 3 horas al día para poder alcanzar la entrega del capitulo a tiempo.
[Común] [P - Entrenamiento] Matarreyes... ¿marinos?
Airgid Vanaidiam
Metalhead
¿Armas? Listas. ¿Granadas? Preparadas. ¿Metal? Hm. Airgid activó entonces el poder de su fruta del diablo, localizando cualquier pequeña veta de metal que se encontrara a sus alrededores. En mitad del mar se podría decir que no había demasiado, solamente el que el propio barco almacenara en su interior. Supongo que La Alborada podía permitirse prescindir de algunos tornillos y recubrimientos, solo por un rato, luego se encargaría de ponerlos en su sitio, claro. También detectó a Matarreyes, por supuesto, el kanabo que se había agenciado hace poco. Pero de momento, esperaría pacientemente. No sabía si lo necesitaría o no, no conocía del todo bien las habilidades de Umibozu, no había tenido el placer de compartir destrucción con él en la presa de Oykot. Así que ahora era el momento de ver de qué era capaz. — ¿Una pregunta? — Aquello la había pillado por sorpresa, pero le gustaba su iniciativa. Le daba manga ancha a ella de también poder pedir algo a cambio en el caso de que fuera la ganadora. — ¡Me gusta! — Reunió algunos tornillos a su alrededor, eran pequeños, pero podían serle muy útiles si los usaba con cabeza. — Te propongo lo mismo, si gano yo, tienes que responderme a una pregunta también. — Comentó con una sonrisa que poco a poco fue afilándose, volviéndose más pícara.

Tenía ganas de pelear, de medirse, pocas cosas había en el mundo que le gustara más que probarse a sí misma. La rubia se preparó, esperando que el primer golpe viniera por parte de la bestia marina imponente que se alzaba ante ella. Si Umibozu no controlaba bien sus golpes, podría hundir a La Alborada con la misma facilidad que ella mataba a una mosca. Y bueno, algo parecido ocurría también con ella, con sus granadas, sus explosivos, sus bombas... si no tenía suficiente cuidado, el terreno en el que se encontraban pasaría a considerarse un hoyo en lugar de la cubierta de un barco.

Sin embargo, por mucho que estuviera esperando su ataque, por mucho que le tuviera de frente y encañonado con sus dos armas, no fue capaz de vez a la velocidad a la que le atacó el rey marino. Ni siquiera usó un puñetazo, que era lo que más se esperaba ella, sino que simplemente con endurecer la mirada, desató una oleada que la arrastró como un papelillo al viento, provocando que la misma soltara un gritito lleno de sorpresa. ¿Qué clase de poder era ese? Apenas pudo cubrirse, pero era extraño. Mientras su cuerpo retrocedía estrepitosamente hasta chocar contra la barandilla contraria del barco, se dio cuenta de que el daño que había sentido no era... físico, era algo más. Una sensación que no había sentido jamás. Por suerte, el choque contra la madera no le hizo daño.

¿Qué ha sío eso? — Preguntó, realmente intrigada. Aunque rápidamente se dio cuenta de que ahora le tocaba a ella responder a tal golpe que se acababa de llevar. Se incorporó, y comenzó a moverse hacia el costado derecho, es decir, el izquierdo de Umibozu, a base de saltitos sorprendentemente ágiles. — ¡Es igual! ¡Me toca! — Apuntó al enorme objetivo que era Umibozu, y confiando en la defensa que le ofrecían sus gruesas escamas, la mujer le propinó una tremenda ráfaga de disparos con proyectiles que tratarían de fragmentarse, provocando así diversas explosiones contra su oponente. Joder, qué bonito era ver cómo estallaban. Solo esperaba que en caso de no impactar contra el gyojin, se perdieran en el aire y no acabaran en el barco...



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#4


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RE: [P - Entrenamiento] Matarreyes... ¿marinos? - por Airgid Vanaidiam - 11-11-2024, 04:50 PM

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