¿Sabías que…?
Si muero aquí, será porque no estaba destinado a llegar más lejos.
[Común] [P - Entrenamiento] Matarreyes... ¿marinos?
Umibozu
El Naufragio
La joven no perdió ni un solo instante en prepararse para el combate. Mientras duraba mi espectáculo dramático aprovechó para activar el poder de su fruta del diablo, atrayendo hacia si un puñado de tornillos, haciendo gala del apodo que yo le daba: chica chatarra. O chica imán. Mi propuesta la pilló por sorpresa, pero no dudó en aceptarla, ofreciéndome lo mismo. En su rostro se fue perfilando una pícara sonrisa. Sin lugar a dudas era una mujer segura de sí misma. Me gustaba.

Encajó con entereza el impacto, aunque el empuje consiguió desestabilizarla por completo y llevarla hasta la barandilla contraria de La Alborada, la joven no dió muestras de flaqueza - ¡Ah ah! Me tienes que vencer para que -lurk - repliqué divertido a su pregunta. Esas eran las reglas pactadas. Nuevamente sin perder ni un solo instante, rechazó la sorpresa inicial y liberó la furia de sus armas. Afiance mi defensa colocando los brazos por delante, dejando el escudo en primera línea para mayor protección. Sin embargo el ataque traería sorpresa, pues los proyectiles explotarían a mí alrededor. Fingiendo un daño que no sentí, proferí un alarido gutural que pretendía ser el mismísimo dolor abisal. Me eché hacia atrás como si el ataque hubiera sido fatal, creando nuevamente olas de gran tamaño que harían oscilar el navío y perjudicarían la estabilidad y puntería de la joven. Nada más sumergirme por completo, sonreí por mi pequeño juego. Inmediatamente activé esa concha tan particular que me desplazaba veinte metros en un instante para colocarme en tan solo un instante al otro lado del barco, a la espalda de la revolucionaria. Una vez allí, saldría violentamente para crear más olas y amplificar el vaivén de La Alborada y lanzar una enorme cantidad de agua a la cubierta trazando un arco con ambos brazos, que terminarían juntándose frente al pecho, al tiempo que avanzaba ligeramente con el pecho para aprovechar mi gran envergadura y movilizar así todavía una mayor cantidad de líquido. Aquello lanzaría suficiente agua como para inundar por completo la cubierta. Dada la ubicación y el terreno en el que estábamos, eludir tal cantidad de agua sería difícil.

Las membranas del cuello batían furiosas expandiéndose y contrayéndose a su libre albedrío, manifestando la adrenalina del combate con su peculiar manera, brindándome el aspecto de un auténtico coloso marino.
Aclaraciones

Cool Downs

Técnicas

Efectos Narrativos
#5


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RE: [P - Entrenamiento] Matarreyes... ¿marinos? - por Umibozu - 12-11-2024, 08:16 PM

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