Alguien dijo una vez...
Iro
Luego os escribo que ahora no os puedo escribir.
Pirateando [Aventura - Tier 2]
Ray
Kuroi Ya
El hombre, aún visiblemente aterrorizado, cayó sobre sus rodillas hasta el suelo. Sus piernas, que temblaban sin cesar, fueron incapaces de sostener su escaso peso cuando el gyojin le liberó de su letal presa. No parece prestar demasiada atención a las palabras de Gretta, pues aún se encuentra en estado de shock, pero aún así la amenaza de la enorme jabalí queda más que clara. No parece probable que deba preocuparos que aquel tipo, que por lo que habéis podido deducir seguramente planeaba robar a la Marina, vaya a denunciaros. A fin de cuentas, quien está acostumbrado a vivir al margen de la ley suele hacerlo en las buenas y en las malas, ya que acudir a las autoridades es siempre un riesgo que, salvo que no quede otro remedio, suele ser recomendable evitar.

Abandonáis los alrededores de la taberna rumbo hacia el lugar donde os separasteis de Shiro. Por el momento no os habéis encontrado con ningún marine, pero no parece prudente que dos individuos tan fácilmente identificables como vosotros deambulen mucho por las calles en una situación como esa en la que vuestro aspecto seguramente haya sido comunicado a las autoridades como responsables de una trifulca de taberna. Al menos si queréis evitar una multa.

Shiro, puedes ver cómo la esperanza inunda los ojos del encapuchado a medida que escucha tu falsa explicación sobre la estrategia que debe seguir para curar la gravísima herida que le has infligido. No sé qué clase de desalmado hay que ser para mentir con esa naturalidad a alguien que se encuentra casi moribundo y que, como poco, perderá casi con total seguridad la pierna si es que consigue salvar su vida, pero tu interlocutor se cree tu historia a pies juntillas. Tal vez sea la necesidad de pensar que hay una solución lo que le mueve a ello, pero sea como sea no pone ninguna pega y, una vez le has dado las instrucciones pertinentes, te da las gracias y no pone ni el más mínimo problema a que te vayas por tu lado y le dejes allí mientras se desangra.

Apenas sales del callejón ves a lo lejos los enormes corpachones de tus dos compañeros de banda, que destacan entre la multitud como lo haría una oveja negra en mitad de un rebaño. Sus cabezas, ya suficientemente llamativas de por sí, se elevan por encima de los demás viandantes hasta alcanzar una altura que dobla o incluso llega en ocasiones a triplicar la altura de quienes se encuentran a su alrededor.

Una vez os reunáis supongo que os pondréis al día de lo sucedido y de lo que habéis averiguado cada uno, pero es posible que no dispongáis de mucho tiempo para hacerlo. Es hora de, si vais a querer intentar haceros con el supuesto tesoro, trazar un plan para ello. Eso sí, da la sensación de que lo más inteligente sería en todo caso permanecer oculto y mantener un perfil bajo hasta que vayáis a dar vuestro gran golpe. De lo contrario quién sabe qué podría pasar cuando os encontréis con algún marine.
#21
Gretta
La Devoramundos
Gretta llegó a la zona del callejón y vio a Shiro, con su semblante perdido; había andado dos calles fuera del callejón y parecía que le habían cambiado de pueblo por cómo este miraba a todos lados. "Seguro que está triste porque no me ve y me está buscando con ahínco, o estará asustado porque aquel hombre malo le habrá hecho cosas horribles; como lo haya tocado lo mato".
 
—Chsttt, viamos aquí, marines cerca, peligroso fuera, eh— Le dijo Gretta de lejos a Shiro mientras se metía en el callejón donde había peleado este con el otro desconocido. Era el mejor sitio a mano que tenían para poder hablar las cosas. Al entrar al callejón vio al pobre hombre al que se había enfrentado Shiro, tumbado en el suelo con la pierna medio colgando por el tajo, intentando parar una hemorragia que claramente no iba a poder sanar. Shiro no le había levantado la voz a nadie desde que Gretta lo conocía y no le veía capaz de haber hecho esto porque sí. "Si está así, es que se han pegado, y si este hombre ha intentado pegar a Shiro no se va a morir sin pagarla antes".
 
—¿Senior, que ha pasado? No hable, está de suerte, eh, soy médica, voy a ver pierna, ah, no preocupe— Le dijo Gretta con una voz muy tranquila y arrodillándose para estar lo más cerca del hombre posible. —Voy a tiocar eh, va a doler, apriete dientes, pero tranquilo, salva seguro. Le puso una mano en la pierna que tenía el tajo y la otra en la boca para tapar cualquier grito que intentase dar; su mano le cubría casi la cabeza entera al hombre; acto seguido le dio un tirón para terminar de arrancarle la pierna. Se acercó mucho a su cara con la pierna aun en la otra mano y le dijo. —A shiro no se toca eh— y le dio un batazo en la cabeza con su propia pierna, esperando acabar con la vida de aquel hombre.
 
Gretta supuso que Qazan no le diría nada de lo que acababa de ocurrir y Shiro aún no debería de haber llegado, ya que se encontraba a dos calles cuando ellos le dijeron de ir al callejón.
 
—Había dejado desangrándose, no esperiaba esto de Shiro… bien, bien, sin escrúpulo, aunque yo prefiero muerto muerto siempre— Le dijo Gretta a Qazan mientras esta le daba un bocado a la pierna del tipo que aún tenía en la mano.
 
Gretta miró a Shiro cuando este llegó. —Tiniemos informasión, viene tisioro a isla en barco marino eh, ¿quedamos aquí cubierto hasta que vienga vale? Cuando vienga asaltamos y llevamos tisioro a banda; reciben como héroes ah- Le contaba Gretta a Shiro mientras esta le daba un bocado de vez en cuando a la pierna.

Dudas
#22
Shiro
Ninguno
Shiro se apresuró a salir del callejón y comenzó la búsqueda de sus nakamas por la zona portuaria. Tras un rápido vistazo, el peliblanco vio dos enormes figuras aproximarse a su posición, por lo que el joven esperó tranquilamente a que estos llegasen mientras seguía pensando en las palabras del encapuchado y en si les contaría lo que sabía a sus compañeros. La pareja era demasiado imprevisible para el peliblanco y dudaba que pudiesen acatar ningún tipo de plan. Seguramente, una vez se enterasen, querrían ir corriendo al muelle a esperar el barco y hundirlo a golpes.

- ¡Joder! - masculló el cocinero cortando el hilo de sus pensamientos cuando vio a Gretta llamarlo antes de meterse como pudo en el callejón del que él había salido unos segundos antes. - Además… ¿Cómo qué marines cerca? - se preguntó mientras miraba por todos lados en busca de algún uniforme.

Si había marines cerca, al espadachín no le parecía buena idea reunirse precisamente en el callejón. Si alguien los estaba buscando, les iba a ser muy fácil seguirles el rastro allá a donde fuesen, por lo que esconderse junto a un tipo medio muerto no era la mejor escena que pudiese imaginar Shiro. No sabía si es que Gretta tenía el mismo buen olfato para los problemas que para la comida, pero fuese como fuese, el chico no podía quedarse allí de brazos cruzados esperando a que llegasen dichos marines a detenerlos.

- Juro que la próxima vez que me deje a solas con estos dos pienso pedirle dinero - pensó el muchacho en su capitán mientras volvía al callejón por el que Gretta apenas había podido entrar.

El joven entró reticente al callejón y se encontró con que Gretta lo esperaba, dándose un atracón con lo que parecía un trozo de pierna. Shiro había golpeado, apuñalado y matado incontables veces desde que tenía consciencia. Su vida había sido siempre una vorágine de dolor, robos y sangre… pero aún así nunca antes se había topado con algo tan bizarro como aquello que estaba sucediendo ante sus ojos. Shiro iba a decirle a la cerda que parase, pero una fuerte arcada cortó cualquier palabra que fuese a salir de la boca del muchacho mientras una terrible acidez le recorría la garganta. El peliblanco tuvo que apartar la mirada unos instantes antes de poder decir nada.

- Gretta… por favor… deja de comerte eso - consiguió decir el muchacho con voz entrecortada cuando se recompuso un poco.

Shiro estaba tan en shock que no sabía muy bien cómo reaccionar. La situación a cada minuto que pasaba lo sobrepasaba más y más. Al espadachín no le gustaba tener que ser el que dirigiese ni controlase nada… y  mucho menos le gustaba verse sobrepasado por la situación como estaba pasando ahora. Todo comenzaba a tornarse incontrolable y para colmo se habían enterado de lo del tesoro.

- No, no pienso quedarme aquí esperando hasta que llegue el barco esta noche, Gretta - contestó el muchacho elevando la voz momentáneamente llevado por la crispación. - Por si no lo sabes, comerse la gente no está muy bien visto por la marina y tú misma has dicho que vienen hacia aquí - prosiguió mientras intentaba poner sus sentimientos otra vez en orden.

En el fondo al muchacho le encantaría ponerse a gritar a Gretta por lo que estaba haciendo y por ser tan sumamente inconsciente, pero el muchacho sabía que dejarse llevar por los sentimientos solo le haría perder el tiempo… y precisamente no parecía que tuviesen mucho. Ya habría tiempo de tener una conversación más seria con la daimink, si es que salían de esta.

- Qazan, vámonos de aquí - dijo esta vez girándose hacia el gyojin, buscando algo más de coherencia. - Querer atracar un barco de marines, en una ciudad llena de marines y cuando os están ya buscando dichos marines… no me parece la mejor idea - prosiguió casi a modo de súplica en busca de ayuda.

- Escondámonos bien y hablemos del tema. No creo que merezca la pena perder la vida y poner en riesgo al resto de la banda por quedarnos aquí esperando a que nos atrapen. Ese tipo ha dicho que el barco vendría esta noche, por lo que tenemos tiempo de hacer las cosas bien - acabaría ya dirigiéndose a los dos en un intento de que les hicieran caso.

Energía
#23
Qazan
Qazan
-Calmaos-. Por un segundo me daba la sensación de que aquel pequeño traspiés les había afectado demasiado, por un lado Gretta estaba sacando su lado más salvaje devorando la pierna de aquel hombre muerto, Shiro por su parte parecía haber entrado en pánico ya que simplemente quería marcharse del lugar. - Primero escondámonos, la marina tiene que estar apunto de llegar. Tenemos tiempo no, ¿Shiro? Los marines solo nos buscarán por esta zona, donde hemos armado follón. Vamos a un lugar más retirado como el acantilado que hay cerca de aquí del puerto. Allí no van a buscarnos y de paso tendremos controlado el paso de los barcos al puerto-. En mi mente mi plan no tenía fisura alguna, nos mantendríamos al margen un tiempo mientras bajaba la alerta sobre nosotros y al mismo tiempo podríamos trazar un plan con calma desde allí arriba.

-Aquí no podemos quedarnos Gretta, tu y yo destacamos demasiado y nos acabarán encontrando. Y Shiro, tampoco podemos volver mientras nos estén siguiendo, pondríamos en peligro a la banda-. De donde salía tanta coherencia en mis palabras ni yo mismo lo entendía, pero este era un momento algo crítico, tanto quedarnos como irnos eran malas opciones, teníamos que terminar lo que habíamos empezado. Con aquel plan en mente comprendí que en esta ocasión tendría que ser el que tomase la iniciativa, Gretta había pasado a un modo más bien pasiva-agresiva y Shiro estaba aún en shock tras ver como la cerda le arrancaba una pierna al hombre y se la estaba almorzando. -Nos movemos-. Les dije dandoles una palmada. Asomé la cabeza por el callejón para evitar encontronazos con las autoridades para luego, echar a correr en dirección al acantilado cercano.

No tardaríamos demasiado en llegar y una vez allí podríamos trazar un plan en condiciones para asaltar el barco de la marina en la que trajesen el tesoro. Desde luego no pensaba volver a nuestra guarida sin ninguna recompensa aunque tuviese que jugarme la piel en el asalto. La cosa era, una vez viésemos venir el barco, ¿Cómo lo asaltamos? Esta es una isla con base de la marina, sería una locura tratar de asaltar el tesoro de frente, no habría manera alguna de sobrevivir. Una posibilidad sería crear una distracción entre Gretta y yo que destacamos mucho y mientras que Shiro se trate de infiltrar dentro del barco, aunque en su estado actual dudo mucho que pueda entrar en acción. -Shiro es la clave de todo, tiene que controlar la situación-. Dije mientras encabezaba la avanzadilla hacia el acantilado evitando ser visto por los marines que pudiesen salirnos al paso
#24
Ray
Kuroi Ya
La macabra actuación de Gretta no pasa desapercibida a ojos de sus compañeros. Después de arrancar la ya terriblemente maltrecha pierna del encapuchado y después jugar a béisbol con esta y su cabeza, comienza a dar bocados a la extremidad arrebatada a su enemigo como si de una pata de cordero se tratase. Más vale que nadie más aparte de tus dos nakamas te vea hacer eso, el canibalismo es un delito de categoría muy grave, y si cualquier persona pasara por ahí y se diera cuenta de lo que haces sin ninguna duda tu cara estaría en carteles entre los criminales más buscados de la ciudad en cuestión de pocas horas.

Ahora bien, os ponéis en marcha rápidamente de la forma más discreta que podéis hasta el acantilado. Por fortuna no os cruzáis con ninguna patrulla y apenas con ningún civil, pues vuestra pequeña cuadrilla tiene un aspecto excesivamente reconocible para vuestro bien. Una vez allí tendréis tiempo de planificar cómo queréis llevar a cabo el golpe magistral, si es que tenéis pensado hacerlo. Eso sí, tampoco podéis demoraros más de un par de horas si no queréis arriesgaros a llegar tarde.

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Si al caer la noche os dirigís al puerto podréis ver que hay menos movimiento de lo habitual. El silencio reina en los muelles, tanto que casi resulta sospechoso. No se ve ni un alma por los alrededores, como si nadie tuviese que trabajar esa noche cargando ni descargando. El habitual bullicio y gentío de esa zona ha sido sustituido por la nada más absoluta. Y al fondo, en el último de los muelles del puerto, una lejana luz parpadea con un brillo tenue, haciéndose muy poco a poco cada vez más grande.
#25
Gretta
La Devoramundos
Cuando Shiro llegó, pareció no gustarle nada lo que estaba viendo en las acciones de Gretta; incluso le dieron como arcadas. A Gretta no le gustó ver a Shiro así asique tiró la pierna.

—Gretta… por favor… deja de comerte eso. No, no pienso quedarme aquí esperando hasta que llegue el barco esta noche, Gretta— Le contestó en un tono enfadado a Gretta y esta se extrañó. "Asique tienes carácter, ¿eh?, por fin, nunca te había oído quejarte". —Por si no lo sabes, comerse la gente no está muy bien visto por la marina y tú misma has dicho que vienen hacia aquí.

"Qué pasa, la gente puede comer cerdo todo el rato y ¿yo no puedo darle un bocadito a un humano de vez en cuando? Si estás dispuesto a comerte algo, tienes que aceptar que ese algo pueda comerte a ti también. Es la ley de la naturaleza; grande come a pequeño. Es que ¿acaso no aceptan las leyes naturales estos marines? menudos salvajes..." Pensó Gretta cuando Shiro nombró que los marines se enfadarían si la viesen.

Entonces, mientras ella pensaba en la situación que le planteaba este dilema comilístico, Qazan y Shiro discutieron un plan para irse de ese sitio en dirección a un acantilado. Gretta se limitó a seguirlos. Cuando llegaron al acantilado y estaban a cubierto, les dijo lo que había rumiado por el camino.

—Siento Shiro si tu no acostumbrado ah— Le dijo Gretta a Shiro con un tono arrepentido para luego seguir. —Tu dicho que ¿marinies no gusta que coma gente ah? Ellos come cerdo muchias veces ¿sabies lo que es eso? ¡Eso es de hipocritias!— Dijo Gretta asintiendo con la cabeza, sintiéndose como si acabase de sentar catedra en la ponencia de una clase donde se impartía moralismo.

—Y ahora que todo claro con comer piersona o no, pasiamos tema de tisioro, si barco viene nioche, viamos a puerto con oscruidad, cogiemos marine hipocritia, quitamos ropa, Shiro pones, cuelas barco, Qazan y yo viamos por agua, no ven, cuando tú dentro, subimos, damos ostias y cogiemos tisioro. Banda recibe como héroes eh. Terminó de decir Gretta, contando su plan magistral.

Estaba ya empezando a bajar el sol, Gretta miró a la playa, les miró otra vez y les hizo un gesto con la cabeza en dirección al puerto; acto seguido comenzó a andar escondida hacía allí por la costa en busca de algún marine solitario. "Les guste o no mi plan genial, no hay tiempo para más, si se les ocurre otra cosa, que lo digan por el camino". 
#26
Qazan
Qazan
Me gustaba el plan de Gretta, era sencillo y directo, sin complicaciones innecesarias. Que Shiro se colase de esa manera al barco podía ser justo la clave de todo, alguien que desde dentro entorpeciese a los Marines y nos pusiera fácil las cosas al equipo de limpieza. -Pues tenemos plan entonces-. Dije después de ver que a Gretta le parecían mejor los planes fáciles de ejecutar, era lo mejor, entrar, destrozar y salir, permanecer allí el tiempo justo y salir con los bolsillos bien llenos. -Iré directamente por agua desde aquí, bastante hemos llamado la atención antes como para que se vuelva a repetir-. Además de verdad, volver al puerto juntos era un suicidio, necesitábamos llegar pero por distintos caminos.

- Shiro, cuando esté el barco ya atracando deja caer cualquier cosa al agua, lo veré y salaré al barco-. Esa sería la señal que me daría mi compañero para indicarme que era el momento de dar el golpe, sencillo, sin complicaciones, cualquier cosa servía, una piedra, botella, trozo de madera... Cualquier cosa que crease una perturbación en el agua

-Acordaos del traje chicos, necesitamos que Shiro se cuele-. Dije cuando ya caía el sol. Por mi parte me dirigí directamente al agua, mi plan era alcanzar el puerto buceando evitando ser visto, el color negro azabache de mi piel me permitía pasar desapercibido nadando directamente pegado al fondo. Además solo tendría que sacar la cabeza muy de vez en cuando para coger aire y, cuanto más tiempo pasase más oscuro estaría la zona del puerto y más improbable era que me viesen.

Confiaba en la capacidad resolutiva de mis compañeros si se les complicaba conseguir el uniforme de la marina, así que solo era cuestión de esperar que el barco se acercase a puerto para asaltarlo. -Tendré que estar preparado, conforme Shiro deje caer algo al agua será mi turno-. Dije para mi mismo aguardando el momento exacto para dar comienzo el plan maestro de Gretta
#27
Shiro
Ninguno
Por suerte para el estómago de Shiro, la daimink dejó de comerse la pierna del encapuchado, aunque no sin antes soltar un discurso que para el cocinero no tenía pies ni cabeza. Estaba claro que Gretta no era como cualquier cerdo de corral, pero el peliblanco tampoco quería perder el tiempo con una conversación la cual seguramente no llegase a nada. Lo importante era salir de allí, por lo que el Shiro ignoró el discurso de esta y se centró en el gyojin que parecía más de su parecer para sorpresa de este.

Dado a su aspecto, la tendencia era pensar que era un bruto como Gretta, pero demostró tener una templanza que ni siquiera Shiro había podido mantener del todo. A partir de ahora el cocinero tendría más en cuenta las palabras de la orca.

- Tienes razón, vámonos y ahora vemos qué hacer más tranquilos - dijo el peliblanco algo ansioso por salir de allí.

Tras la charla, el trío se escabulló de la zona y se encaminó hacia el acantilado que había mencionado Qazan. El peliblanco estuvo todo el camino tenso, mirando hacia atrás en cada esquina antes de cruzarla para asegurarse que nadie los seguía. Shiro tenía la sensación de que en cualquier momento caería sobre ellos un grupo de marines para arrestarlos, por lo que hasta que no alcanzaron su destino, el joven no pudo respirar tranquilo.

Ya en el acantilado, Shiro se permitió el lujo de tirarse en el suelo mientras dejaba que la tensión del camino fuese esfumándose poco a poco. El joven necesitaba un momento para sí mismo y poner en orden sus pensamientos… aunque sus compañeros estaban dispuestos a no dejarlo. No sólo porque comenzaron a trazar un plan automáticamente, dando por hecho que Shiro estaba dispuesto a meterse en ese berenjenal, sino que encima en el plan que estaban tramando el peliblanco iba a ser la clave.

El muchacho tenía la cabeza a punto de estallar. No sabía muy bien que hacer, ya que por un lado no tenía ganas de meterse en tantos problemas por un rumor de taberna, mientras que por otro lado no sabía cómo iba a convencer a sus nakamas para que no hicieran una locura. El dúo estaba obsesionado con aquel maldito tesoro y Shiro dudaba que pudiese hacerles cambiar de opinión, pero por otro lado tampoco quería dejarlos solos y que terminaran dentro de un calabozo… o muertos.

Las indecisiones se agolpaban una encima de otra en la cabeza del peliblanco, manteniéndolo aturdido por unos instantes hasta que Qazan, tras sus palabras, se dispuso a marcharse sin esperar una respuesta por parte de Shiro. Estaba claro que sus nakamas contaban y confiaban en él para esto, así que no le quedó otra que dejar a un lado sus dudas y corresponderles como se debía. Para el peliblanco, el tema de la confianza entre nakamas era un tema muy sensible, por lo que decidió que si de todos modos iban a cometer una locura con él o sin él, lo mejor era estar ahí e intentar que todo saliese lo mejor posible.

- Está bien, nosotros vayamos entonces a buscar a un pobre desgraciado despistado - contestó finalmente el espadachín. - Eso sí, nada de comértelo - dijo dirigiéndose a Gretta directamente. - Lo capturamos, lo noqueamos y lo dejamos maniatado en algún sitio donde nadie pueda verlo - puso como condición antes de ponerse a andar junto a ella en busca de algún marine que atrapar como habían ideado sus nakamas.

Energia
#28
Ray
Kuroi Ya
En el puerto no brilla ninguna luz salvo el foco parpadeante que parece proceder del océano y que sigue acercándose poco a poco. Tampoco se escucha ningún sonido más allá de vuestra propia respiración y los poderosos pasos de Gretta y Qazan, cuyos corpachones pesan lo suficiente como para que sus movimientos se sientan.

Por mucho que buscáis por los muelles no sois capaces de dar con ningún marine. De hecho no os encontráis con absolutamente nadie, pues el puerto está completamente desierto. Casi parece hecho a propósito, como si a alguien no le interesara lo más mínimo que nadie viera lo que ese barco transportaba. Un aura de misterio parece envolver todo, pues el silencio reinante lo envuelve todo con su mística aura.

Mientras buscabais a algún marine desprevenido al que robar su traje la luz continúa haciéndose cada vez más grande e intensa, y poco después podéis ver que se trata de un navío de la Marina de tamaño medio. Es altamente probable por lo que parece que se trate del que buscáis. En los últimos minutos se ha acercado bastante, y ya se encuentra a escasos metros del muelle.

Podéis ver que el barco comienza a disminuir su velocidad, pues ya está a punto de atracar. Si planeabais asaltarlo desde el mar es posible que ahora sea el momento más indicado, antes de que toque tierra y descarguen su cargamento. Si preferís esperar y enfrentaros a ellos en tierra firme podéis prepararos también, pues el desembarco es inminente.
#29
Gretta
La Devoramundos
Gretta estaba llegando al pueblo en busca de un marine solitario y distraído al que darle una somanta, para que Shiro se vistiese y pudiese hacerse pasar por ellos, entrar al barco y colarnos luego, pero por ahora no veía a ninguno, es más no había nadie en el puerto… Sus compañeros habían decidido seguir su plan, pero sin un marine al que capturar, el plan tenía que cambiar drásticamente, así que decidieron esperar a ver si aparecía alguno.

—Eso sí, nada de comértelo. Lo capturamos, lo noqueamos y lo dejamos maniatado en algún sitio donde nadie pueda verlo. Le dijo Shiro a Gretta.

—Primiero habrá que encontrarlo, porque aquí no hay ni dios, ¡ah!— Le dijo Gretta, mirando a todos lados y quedándose extrañada ante el puerto vacío. El silencio era incómodo y Gretta tuvo que llenarlo con algo. Ella no era de dejar momentos en blanco. —Bueeeeeno, toca esperiar eh… Shiro, una cosilla ¿Tienes novia? Tu guapo, eh.

Pasaron un par de horas más y lo único que apareció en ese puerto fue la luz de un barco aproximándose. "Tiene que ser ese el barco, vamos, y no hay nadie para recibirlo, ningún marine a la vista... Perfecto, así es más fácil, total el plan ya se ha ido a pique, lo haremos a las bravas" Pensó Gretta. 

—Ya me he cansiado, vamos a por tisioro, sigueme y prepárate para saltar; Qazan va a ver clara la señal, OUNGH OUNGH. Dijo Gretta cuando al barco le quedaba poco para llegar al puerto.

Gretta miró el barco llegando y pensó "No es muy grande, yo creo que puedo, a ver si así sorprendo a Shiro y se termina de enamorar de mí con esta proeza". Gracias a su tamaño, se metió al agua hasta una profundidad que esta le cubriese hasta casi el cuello y esperó al barco venir. 

Se posicionó en una pose que le ayudaría a agarrarlo, con la pierna trasera bien hundida en la arena, la delantera flexionada, el brazo derecho extendido en forma de cuenco para agarrar por debajo el caso y el otro brazo extendido hacia arriba para ayudar con la fuerza de empuje. Confiaba en su desmesurado peso y que el barco ya estaba decelerando para pararlo del todo. El trabajo no sería el mismo que si estuviese a velocidad normal. Cerró los ojos cuando su cuerpo iba a topar con el casco, intentó aguantar y realizó su movimiento. Su intención era que con la ayuda del agua, ya que esta soportaba casi todo el peso del barco, ella con su fuerza pudiese volcarlo de lado y entonces aprovechar Qazan y Shiro para coger lo que hubiese entre el caos que generaría en la tripulación de marines que su barco estuviese de lado.
#30


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