Illyasbabel
cuervo de lobos
08-08-2024, 08:23 PM
(Última modificación: 10-08-2024, 11:53 PM por Illyasbabel.)
Luego de ser rescatado de la isla salvaje, donde había pasado sus últimos cinco años de infancia, Illyasbabel encontró un nuevo mundo lleno de maravillas y desafíos en compañía de su madre adoptiva, la capitana de aquel barco que lo rescató y recibió en sus brazos. Al principio, el joven Lunarian se sintió abrumado por la civilización, tan distinta a la naturaleza salvaje en la que había crecido. Las luces brillantes de los pueblos costeros, las multitudes de personas, y los sonidos del comercio hacían un fuerte contraste con la soledad y el silencio de la isla donde había vivido el ultimo tiempo.
Su madre, una mujer de carácter fuerte y corazón generoso, le enseñó a transitar por este nuevo entorno. Lo presentó como su hijo, aunque insistía en que ocultara sus alas para evitar problemas y confusiones ajenas. Illyasbabel, aunque reacio al principio, comprendió la necesidad de discreción, y como buen niño que era, aceptaba las peticiones de su madre sin demasiadas quejas. Con el tiempo, se convirtió en su aprendiz, aprendiendo el arte de la navegación y, más importante aún, el manejo de la espada. Cada día, su madre le enseñaba nuevas técnicas y tácticas, recordándole que su fuerza debía ser usada con honor y por sobre todo, insistía en forjar la propia voluntad como carácter de un buen guerrero.
Los días a bordo del barco eran una mezcla de trabajo duro y camaradería. La tripulación, inicialmente desconfiada de su origen, fue ganándose el respeto de Illyasbabel, quien mostraba una dedicación incansable a sus tareas y un deseo genuino de aprender, aunque aun fuera un niño se sentía identificado con su deuda, al fin y al cabo, aquel grupo de marineros, lo habían rescatado. Comenzó a hacer amigos, encontrando en ellos una especie de familia que nunca había tenido. Había risas, épicas historias, y un sentido de pertenencia que llenaba el vacío dejado por su infancia solitaria.
Illya también disfrutaba de momentos de paz con su madre, normalmente cuando volvían a su aldea y tenían tiempo para ello, ella siempre lo trataba con un cariño que él nunca había conocido. Juntos, exploraban nuevas islas, conocían culturas diferentes y vivían aventuras inolvidables, pero más que nada, se encargaban de darle sustento a su aldea, fomentando, ciertamente, la comunicación y comercios entre las pequeñas islas de la zona. Durante esos cinco años, Illyasbabel floreció, sintiéndose por primera vez amado y protegido.
Sin embargo, esta felicidad no estaba destinada a durar. Una fatídica noche, mientras navegaban rumbo a la Aldea finalizando su trayecto mensual en búsqueda de víveres, fueron emboscados por un grupo de piratas despiadados, lo cuales les tendieron una emboscada justo a pocos kilómetros del puerto. El ataque fue rápido y brutal, la tripulación luchó con valentía, pero la sorpresa y la ferocidad de los piratas fueron demasiado para ellos. Illyasbabel, a pesar de su entrenamiento y habilidades, fue superado por el número de enemigos, recurriendo a su única y valida alternativa, escapar.
En medio del caos, vio cómo su madre, la mujer que le había dado una nueva vida, caía ante los piratas, el ultimo gesto que recuerda de ella es una sonrisa mientras era atravesada por varias espadas. Lleno de desesperación y rabia, intentó luchar, pero fue arrastrado por las circunstancias, uno de los marineros amigos lo obligo a escapar, forzándolo a que eche vuelo y abandone a los únicos amigos que tenía. Con lágrimas en los ojos y el corazón roto, no tuvo más remedio que huir, utilizando sus alas y el conocimiento que su madre le había enseñado para escapar con vida. A partir de entonces guardaría un gran rencor por los piratas del East Blue, una experiencia que lo llevarían, con el tiempo, a perfeccionarse como cazador de piratas.
Illyasbabel logró sobrevivir, pero las cicatrices de esa noche quedarían grabadas en su alma y espíritu por toda su vida. La culpa y el dolor lo perseguirían con el tiempo, convirtiéndose en una sombra constante en su vida. La pérdida de su nueva familia lo marcó profundamente, endureciendo su corazón y avivando un odio hacia los piratas que lo guiaría en su futuro. A partir de ese momento, Illya se convirtió en un cazador solitario, con un único objetivo, honrar la memoria de su madre y vengar su muerte. Las enseñanzas y el amor que ella le brindó serían su fuerza, pero el dolor de su pérdida sería el motor que lo impulsaría a seguir adelante.
Su madre, una mujer de carácter fuerte y corazón generoso, le enseñó a transitar por este nuevo entorno. Lo presentó como su hijo, aunque insistía en que ocultara sus alas para evitar problemas y confusiones ajenas. Illyasbabel, aunque reacio al principio, comprendió la necesidad de discreción, y como buen niño que era, aceptaba las peticiones de su madre sin demasiadas quejas. Con el tiempo, se convirtió en su aprendiz, aprendiendo el arte de la navegación y, más importante aún, el manejo de la espada. Cada día, su madre le enseñaba nuevas técnicas y tácticas, recordándole que su fuerza debía ser usada con honor y por sobre todo, insistía en forjar la propia voluntad como carácter de un buen guerrero.
Los días a bordo del barco eran una mezcla de trabajo duro y camaradería. La tripulación, inicialmente desconfiada de su origen, fue ganándose el respeto de Illyasbabel, quien mostraba una dedicación incansable a sus tareas y un deseo genuino de aprender, aunque aun fuera un niño se sentía identificado con su deuda, al fin y al cabo, aquel grupo de marineros, lo habían rescatado. Comenzó a hacer amigos, encontrando en ellos una especie de familia que nunca había tenido. Había risas, épicas historias, y un sentido de pertenencia que llenaba el vacío dejado por su infancia solitaria.
Illya también disfrutaba de momentos de paz con su madre, normalmente cuando volvían a su aldea y tenían tiempo para ello, ella siempre lo trataba con un cariño que él nunca había conocido. Juntos, exploraban nuevas islas, conocían culturas diferentes y vivían aventuras inolvidables, pero más que nada, se encargaban de darle sustento a su aldea, fomentando, ciertamente, la comunicación y comercios entre las pequeñas islas de la zona. Durante esos cinco años, Illyasbabel floreció, sintiéndose por primera vez amado y protegido.
Sin embargo, esta felicidad no estaba destinada a durar. Una fatídica noche, mientras navegaban rumbo a la Aldea finalizando su trayecto mensual en búsqueda de víveres, fueron emboscados por un grupo de piratas despiadados, lo cuales les tendieron una emboscada justo a pocos kilómetros del puerto. El ataque fue rápido y brutal, la tripulación luchó con valentía, pero la sorpresa y la ferocidad de los piratas fueron demasiado para ellos. Illyasbabel, a pesar de su entrenamiento y habilidades, fue superado por el número de enemigos, recurriendo a su única y valida alternativa, escapar.
En medio del caos, vio cómo su madre, la mujer que le había dado una nueva vida, caía ante los piratas, el ultimo gesto que recuerda de ella es una sonrisa mientras era atravesada por varias espadas. Lleno de desesperación y rabia, intentó luchar, pero fue arrastrado por las circunstancias, uno de los marineros amigos lo obligo a escapar, forzándolo a que eche vuelo y abandone a los únicos amigos que tenía. Con lágrimas en los ojos y el corazón roto, no tuvo más remedio que huir, utilizando sus alas y el conocimiento que su madre le había enseñado para escapar con vida. A partir de entonces guardaría un gran rencor por los piratas del East Blue, una experiencia que lo llevarían, con el tiempo, a perfeccionarse como cazador de piratas.
Illyasbabel logró sobrevivir, pero las cicatrices de esa noche quedarían grabadas en su alma y espíritu por toda su vida. La culpa y el dolor lo perseguirían con el tiempo, convirtiéndose en una sombra constante en su vida. La pérdida de su nueva familia lo marcó profundamente, endureciendo su corazón y avivando un odio hacia los piratas que lo guiaría en su futuro. A partir de ese momento, Illya se convirtió en un cazador solitario, con un único objetivo, honrar la memoria de su madre y vengar su muerte. Las enseñanzas y el amor que ella le brindó serían su fuerza, pero el dolor de su pérdida sería el motor que lo impulsaría a seguir adelante.