Hay rumores sobre…
... una isla que aparece y desaparece en el horizonte, muchos la han intentado buscar atraídos por rumores y mitos sobre riquezas ocultas en ella, pero nunca nadie ha estado en ella, o ha vuelto para contarlo...
[Aventura] [A-T1] Borrón y base nueva. [Jun y Timsy]
Timsy
Timsy
-¡Eh, Que lo decía como un halago! – fue mi molesta respuesta a las palabras de Erny. ¿En qué momento se había ofendido y por qué? Precisamente por cosas como esas era por las que no me gustaban los Marines. Con alguna pequeña excepción, la mayoría eran unos auténticos cabezas de medusa. Cuando Erny se giró para marcharse, le saqué la lengua bajándome el párpado inferior del ojo derecho con el dedo corazón de la misma mano a modo de burla - ¡Será cabeza de medusa! – dije en tono bajito a mi compañera cuando el marine ya estuvo a distancia suficiente para no escuchar mis palabras. La animadversión que sentía hacia esa facción del mundo había pasado de ser una manía personal a ser un hecho completamente justificado. ¿Quién se ofendía ante un cumplido? ¡Estúpidos! De manera inconsciente miré a Gus, el encargado de vigilarnos, a ver qué estaba haciendo. Estaba comprobando su reloj. ¿Qué hora sería? La de comer, tal y como apuntó mi estómago con un fiero rugido sobre la cabeza de Jun.

-Soy mejor manchando, la verdad – le tendí el cepillo para que pudiera enjuagarlo. La verdad es que un cepillo tan impecable como ese sería bueno mantenerlo siempre libre de restos de pintura y tan enjabonado como se pudiera para conseguir que limpiara igual de bien todo el rato. Sería una lástima darnos más trabajo del que nos quitábamos por no tener en cuenta esos pequeños detallitos. El tintineo de las cadenas de Jun volvió a sonar una vez más, lo que me hizo reflexionar fugazmente en como había cambiado la situación desde hacía tan solo un rato. De mordaces e irónicos comentarios cruzados a una sincera cooperación entre ambos. Sí, definitivamente aquella joven de cabellos oceánicos me resultaba agradable – Estoy dibujando un mapa a de la isla y sus alrededores – me sinceré. No tenía nada malo, así que no vi motivos para mentir – Y esta parte de la isla todavía no la tenía estudiada. Supongo que no podré detallar el interior de la base, pero con las zonas exteriores será suficiente. Creo… - tomé el cepillo de nuevo y comencé a raspar la pared para dejarla más limpita que el culito de un alevín recién nacido - ¿Y tú? ¿Naciste aquí o decidisteis venir a la isla solo a dejar un bonito recuerdo en la base de la Marina?


Dado


#21
Gautama D. Lovecraft
El Ascendido
  • Limpieza completada: 86/100.

La limpieza del graffiti se empezaba a completar y ya solo quedaban algunos trazos superiores y otras imperfecciones que aún seguían resaltando en otras zonas medias e inferiores. Tanto Jun como Timsy, seguían limpiando en los compases finales de la tarea de la joven, pareciendo entablar un vínculo amigable entre ambos que, quizá, podría ir algo más allá de los muros de la base. Lo que la marina unió, que no lo separe nadie.

Gus, desde la lejanía, tenía una visión más general de la guarrada y contemplaba la desaparición de esta con cada cepillada de ambos. Escuchaba disimuladamente lo que seguían hablando, y la llegada de Erny parece que los perturbó poco a pesar de la provocación final del anfibio, sin embargo, nada con que alarmarse. El marine a veces, para sofocar el aburrimiento, dejaba la mirada perdida hacia el muro, a veces se apoyaba en su fusil, otras simplemente consultaba su reloj, y otras caminaba de lado a lado recorriendo el límite del perímetro de la sombra del árbol sin salirse de esta. Estaba de servicio y vigilando, pero al fin y al cabo, había horas muertas que se hacían pesadas.

Poco a poco, siguiendo la conversación de cerca, revisaba el avance de Tim y Jun. Llevaban completado a su criterio un gran porcentaje ya y la pintura a penas se empezaba a ver, sin duda, un par más de rascadas con el cepillo y el trabajo estaría completado, él acabaría su turno y Jun quedaría libre. Como calculó que les quedaba poco por finiquitar, decidió acercarse a ellos para romper también con el monótono estado de vigilancia que tenía desde atrás, enderezó la correa del arma sobre su hombro, salió de la sombra y recortó la distancia andando hacia esos 2.

- Bueno, parece que lo tenéis ya prácticamente acabado... Habéis hecho un buen trabajo al fin y al cabo chicos -

Les dijo, posicionándose a penas 1 metro por detrás y ahora contemplando la pared con todos sus detalles.

- Va, dadle un poco a esos trazos y acabemos con esto, tampoco es necesario que le saquéis brillo, no soy de esa clase de marines... eso sí, no olvidéis devolverle todo a Erny. -

Finiquitó sentenciando lo que deberían de hacer para terminar. Gus, siguiendo el ejemplo de su sargento, era benevolente y comprensible dentro de los márgenes que podían contemplarse en la marina, al menos por ahora. Y viendo que el comportamiento de Jun había sido correcto durante la condena que cumplía, no estaba de más alejarse de los cánones ortoxos que imponían a veces en el cuerpo, al fin y al cabo, había sutiles rastros de pintura que las inclemencias del tiempo acabarían quitando tarde o temprano.
       
- Por cierto Jun, en cuanto al tema de tu amiga... Por lo que sé, sigue inconsciente en enfermería, los medios actuales de los que disponemos no confirman que tipo de mal le alcanzó, pero sigue en una especie de coma profundo y dependiendo de un suero que le suministran para mantenerla, su estado no es crítico, pero como intuirás, tampoco es bueno porque sigue como en un sueño eterno, y necesita atención médica 24h, ¿Qué querrías hacer con ella? -

nota
#22
Jun Gunslinger
Nagaredama
Jun alzó las cejas, dibujando un gesto de interés repentino. Un pez cartógrafo no era algo usual de ver. Entablar amistad con el podía ser útil, de hecho. A fin de cuentas, un conocimiento como el del Gyojin podría contribuir a su objetivo, o sacarla de algún apuro.

Ah, un mapa asintió, sin dejar de trabajar. ¿Entonces tú no eres de por aquí? Bueno, si quieres puedo darte detalles de como es el área de las celdas agregó después, con tono burlón, conteniendo la risa. Aunque mejor déjalo así, bichito, no te pierdes de nada. Te lo aseguro, con el exterior basta. Solo no olvides dibujar aquella caseta, y pintar a Erny.
 
Con cada intercambio de palabras, Jun encontraba más simpático al Gyojin. Comenzaba a disfrutar de conversar y bromear con él. La peliazul era una muchacha difícil de lllevar, de carácter firme y temperamento fuerte, pero, por lo general, solo era así al principio, cuando no conocía bien a alguien. En realidad no le costaba mucho socializar (si se lo proponía y estaba de humor, claro está).

Yo nací aquí, en Rostock, pero hace rato que ya me quiero ir —Una sonrisa con los dientes apretados dejaba en evidencia el hastío que sentía—. Se suponía que este grafiti fuera mi despedida. Me largaría junto a Juri para no volver jamás. Pero, como veras.... ¡Aquí estoy! —Juntó las manos en un único aplauso sarcástico, acompañado por el ruido de las cadenas.

Poco rato pudo conversar el dúo limpia-muros, porque Gus abandonó su puesto y se acercó para llevar noticias que, al principio, parecían excelentes. Bueh... pronto sabría Jun que no eran tan excelentes.

El marine le explicó que su amiga permanecía inconsciente, que su estado no parecía ser crítico pero se encontraba en una especie de coma que requería atención permanente. Al oír aquellas palabras, el mundo de Jun pareció tambalearse, se sintió mareada, nublada. Sus pensamientos, minutos antes ligeros y llenos de ironía, se tornaron oscuros. Los ojos amatista se cristalizaron, y el pánico se apoderó de su mirada. Las manos se aflojaron y el cepillo cayó dentro del balde, salpicando alrededor.

Quiero verla —fue todo lo que pudo responder, con un nudo atorado en la garganta.

notas
#23
Timsy
Timsy
-Nop – negué con la cabeza mirando a la joven de oceánicos cabellos. No pude contener la carcajada al escuchar sus palabras. A pesar de su antipatía inicial, Jun tenía un sentido del humor que me encantaba. Ya la había escuchado dirigir su mordacidad contra Erny y Gus, también contra mí, y debía admitir que esa lengüita era una joya - ¡Hecho! Le dedicaré un lugar especial en el mapa. Si no es por él, aún seguiríamos limpiando – comenté al ver la pared casi limpia del todo. Me retiré unos centímetros para ganar amplitud de panorámica – Sí, creo que esto ya está.

Escuché la historia de mi compañera de faena. Había nacido allí y era la típica historia de persona hastiada de su encarcelamiento terrenal y quería ver mundo. A pesar de la diferencia de edad yo había visto mucho más mundo que ella. En parte podía entenderla – Yo… no tengo claro dónde nací – los recuerdos se amontonaron difusos y mezclándose con la imaginación del infante que era. Difícilmente podía distinguir lo real de lo imaginario – pero llegué al East Blue siendo muy pequeño y me crió un ciego que me exhibía para ganarse el pan. No fue la mejor de las compañías, ni creo poder decir que me quisiera, aprecio quizás y siendo generoso, pero me enseñó muchas cosas y gracias a él soy el que soy, así que… - me encogí de hombros y dejé caer el cepillo al cubo de agua y junto a él el tono melancólico que había teñido mis palabras. Sacudí la cabeza para deshacerme del todo de aquel sentimiento - ¡Ea, terminado! – tanto el trabajo como el resumen de mi vida.

-¿Entonces vamos a… - Gus se acercó y comentó acerca del delicado estado de la amiga de Jun. Resultó ser un momento muy incómodo para mí así que mantuve un perfil bajo, sin comentar nada y retirándome ligeramente para dejar protagonismo al marine y la cautiva. Aunque pícaro y buscavidas, por suerte o por desgracia tenía algo de humanidad. Me abstuve de decir nada al respecto de mi pago y simplemente me marché sin despedirme mientras que Jun iba a visitar a la joven. ¿Me iba a quedar sin mi pago? En absoluto, no bien llegara al mercado trataría de conseguir algo que llevarme a la boca, por cortesía de Gus de la base de la Marina.


Dados
#24


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